En abril de 1945 los aliados ya daban por concluida la Segunda Guerra Mundial en el teatro de operaciones europeo. Con la derrota de los ejércitos alemanes la URSS se convertía en el estado hegemónico en el continente europeo.
Ante dicho escenario solo Churchill parecía darse cuenta del peligro del comunismo y de las ansias conquistadores de Stalin que hacía uso de sus ejércitos para sojuzgar a toda la Europa del Este y amenazar a la propia Gran Bretaña.
Churchill pudo comprender que Polonia suponía la clave para la futura libertad Europea. Una Polonia libre supondría poder presionar a la Unión Soviética en su propia frontera, una Polonia controlada por los comunistas significaría que Stalin podría cercar a Gran Bretaña y tendría vía libre para el control de toda la Europa continental.
La historia daría la razón a Churchill pero sus contemporáneas no supieron valorar el peligro real de un comunismo que no estaba dispuesto a permanecer en las fronteras de la URSS. Franklin Delano Roosevelt y sus asesores achacaban erróneamente la insistencia de Churchill en la liberación de Polonia a la política imperialista británica.
En este escenario y ante la pasividad de su aliado americano Churchill ordenó a sus servicios de información que preparasen los primeros planes para un ataque contra la Unión Soviética; la operación que fue bautizada como Operación Impensable pudo haber significado el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
Los polacos ya venían advirtiendo a los aliados de la desmesurada ambición de Stalin, ellos ya habían experimentado en sus propias carnes la anexión del este de Polonia por parte de Stalin en 1939 y solo la necesidad de derrotar al enemigo común había llevado a los polacos a considerar a los soviéticos como aliados, pero ya desde 1943 las relaciones entre el gobierno polaco en el exilio (instalado en Londres) y la Unión Soviética eran inexistentes tras la exigencia de polacos para que la Cruz Roja investigara la masacre de Katyn.
Lo sorprendente de la operación Impensable era que el plan de Churchill era único, ya que el líder conservador inglés se encontraba solo entre los líderes occidentales y sus propios compatriotas; pocos estaban dispuestos a plantearse un ataque preventivo contra las fuerzas soviéticas en el verano de 1945. Ni Roosevelt ni su sucesor Truman contemplaron la amenaza soviética y cuando no pudieron ignorarla se mostraron contrarios al uso de las armas contra los soviéticos. (Estados Unidos no reaccionó a la amenaza de Stalin hasta que este inicio sus gestos de agresión hacia Turquía e Irán, en ese momento los americanos elaboraron un borrador de la llamada Operación Pincher el equivalente estadounidense de la Operación Impensable británica).
Dada la soledad en la que se encontraba Churchill el ejército británico pretendía contar con el apoyo del ejército polaco, y lo que era más sorprendente, pretendía hacer uso de las tropas germanas que habían luchado en defensa del Tercer Reich. Ante el posible rechazo popular al uso de las tropas alemanas el plan estudiaba la posibilidad de influir en la opinión pública británica descubriendo la realidad comunista.
La operación Impensable no sólo era un plan teórico ante una escenario desfavorable a los intereses británicos, sino que en determinados extremos se llegó a poner en práctica, así el mismo Winston Churchill mandó al mariscal Montgomery que guardase las armas tomadas a los alemanes por si su uso era necesario en un hipotético enfrentamiento contra las tropas soviéticas.
PARA CONOCER MÁS: "Operación Impensable. 1945. Los planes secretos para una tercera guerra mundial" Jonathan Walker Ed. Crítica, Barcelona 2015, ISBN:978-84-9892-856-3