No dejo de oír desde hace bastante tiempo eso de »que la democracia peligra», y cosas parecidas. Bueno, empecemos diciendo que hay dos formas de ver la democracia. La democracia como forma de gobierno, que simplemente es un modo para que la gente elija a sus representantes o gobernantes, que me parece genial, pero que murió hace tiempo. Y luego está la democracia como fundamento de gobierno, esa democracia que está asentada en el principio de que la mayoría del pueblo, simplemente sólo por ser mayoría, diga una cosa y se apruebe, esté bien o esté mal eso da igual. En fin, esto es un error, cuando, para empezar, esa mayoría puede ser idiotizada para luego ser controlada, hoy en día más que nunca, por los grandes y poderosos medios de comunicación y por la partitocracia de turno que publicitan en ellos la criptocracia que es la que realmente tiene el poder. Pero todo esto es un error atribuible al liberalismo impulsado este a su vez por el orgullo y la soberbia humana.
Se ha demostrado de nuevo hoy en día que el liberalismo a nivel político no es más que tener un gobierno con partitocracias al servicio de los grandes cárteles financieros y no al servicio del pueblo. Los gobiernos liberales protegen y ayudan a esos cárteles del pueblo y no al pueblo de esos canallas. Eso, para cualquier persona con sentido común le tendría que parecer una injusticia y con ello un fracaso de sistema. En el antiguo o también llamado viejo régimen, un rey cristiano medieval, que reinaba y gobernaba, tenía ese poder para proteger al pueblo de todo canalla poderoso y llevar al pueblo, con los evangelios en la mano, por el camino recto marcado por Dios al ser ministro suyo en la Tierra y con ello a la salvación de los hombres.
Pero el liberalismo al sustituir el teocentrismo por el antropocentrismo nos trajo toda esa idiotez política al empezar diciendo que el ser humano es como una especie de semidios o de Dios directamente y que por ello parece ser que sabe perfectamente de todo y de que además todo lo que piensa está bien, pues no existe el bien y el mal y la moralidad, que eso es relativo, sólo es un punto de vista, según el liberalismo. Encima dice de que todos somos iguales y no únicos e irrepetibles como somos en realidad. Eso nos lleva por caminos catastróficos como hemos visto ya en el pasado pues nos conduce peligrosamente a una sociedad nihilista la »del todo vale», como ahora.
Y la economía capitalista liberal nos lleva siempre al socialismo y lo que es peor al comunismo y a la lucha de clases. Nada de caridad ni de repartos equitativos como los impulsados por la doctrina cristina, no. El capitalismo liberal es eso de hazte rico y cuanto más mejor y el que se quede atrás, atrás se quedó. Si señor, viva la sociedad materialista como centro de la vida social al mando de una criptocracia luciferina. En fin, una sociedad sin Dios, sin humanidad, sin alma, donde primero es el beneficio económico y no las personas no va a ningún sitio señores.
La criptocracia sabe todo esto, aunque le da igual. Sabe que una sociedad que se rige con semejantes estúpidos principios va hacia el caos y la revolución, ahí está la historia para confirmarlo una y otra vez, por eso, entre bambalinas nos han ido restando libertades al ser una sociedad cada vez más desbocada y autodestructiva gracias en gran medida a esa doctrina liberal. Es por desgracia inevitable a largo-medio plazo un mundo despótico al estar la población más envilecida por culpa de esos principios extendidos por la Tierra.
Resumiendo. Un mundo con esos pensamientos parece haber vuelto a la niñez o a la adolescencia sin dar la sensación de haber madurado apenas durante su historia.