Hace pocos años, Felice Gaer dijo al público presente en Nueva York que tenía pensado usar su puesto en el comité de la ONU contra la tortura para impulsar el aborto. La semana pasada, hizo precisamente eso, contra el Vaticano. C-FAM ha informado sobre este plan desde el principio.
Nueva Yorl, 9 de mayo (C-FAM) El Vaticano tuvo fuertes expresiones para los expertos de la ONU que acusaron a la Iglesia Católica de tortura debido a su enseñanza sobre el aborto.
«La Santa Sede condena la tortura de cualquier persona, incluso de aquellos que son torturados y asesinados antes de nacer», dijo monseñor Silvano Tomasi, Nuncio Apostólico ante las Naciones Unidas en Ginebra.
Por segunda vez este año, una delegación vaticana estuvo en Ginebra para tratar las obligaciones de la Santa Sede conforme al derecho internacional con expertos de la ONU, y es la segunda oportunidad en la que la doctrina católica sobre el aborto fue objeto de debate, lo cual atrajo la atención de los medios y críticas de los comités de la ONU principalmente oscuros.
Tomasi daba parte de la implementación que el Vaticano hace del tratado de la ONU contra la tortura, el cual ratificó en 2002. Los expertos del comité de la ONU contra la tortura insinuaron que la enseñanza de la Iglesia sobre la inviolable dignidad de la vida humana es una forma de tortura.
«El aborto en fase avanzada constituye una forma de tortura», dijo Tomasi en respuesta a las preguntas de Felice Gaer, experta estadounidense.
Acusó a Canadá y al Reino Unido de ser culpables de tortura al permitir el aborto en fases avanzadas del embarazo, en el que se deja morir a los niños sin atención médica alguna después de nacer vivos.
El Arzobispo dijo que el Vaticano no tiene poder de imponer su doctrina, pero que los católicos de todo el mundo brindan atención médica materna, ofrecen alternativas al aborto y ayudan a las mujeres física y espiritualmente tras haber abortado. Advirtió que no se interfiriera en el ejercicio de la libertad religiosa.
Tomasi asimismo previno sobre los ataques «ideológicos» contra la Iglesia Católica en una entrevista concedida a Radio Vaticano la semana pasada. Dijo que el comité se desacreditaría si mostrara parcialidad.
Algunos expertos asumieron un tono conciliador tras los comentarios de Tomasi.
«Todos conocemos la postura de la Santa Sede sobre el aborto», dijo George Tugushi, del país de Georgia. Al comité le interesaban los casos en los que las mujeres son estigmatizadas tras someterse a un aborto, afirmó, y no la doctrina eclesiástica.
El Presidente del Comité, Claudio Grossman, asimismo fue pacificador. También negó tener un conflicto de intereses después de que artículos periodísticos dijeron que su imparcialidad se veía comprometida debido a que apoyaba el matrimonio entre personas del mismo sexo y defendía el aborto.
Felice Gaer no fue conciliadora. La Vicepresidente del Comité dijo que la postura moral de la Iglesia respecto del aborto era una «preocupación».
«Las mujeres deberían tener derecho legal a optar por el aborto», sostuvo. Sus preguntas fueron extraídas de un comunicado del Centro de Derechos Reproductivos, agrupación que defiende el aborto tardío y que ha cuestionado prohibiciones al aborto por nacimiento parcial en tribunales estadounidenses.
El comité de la ONU contra la tortura dijo en varias ocasiones a los países que las restricciones al aborto en casos de violación son una forma de tortura. Esto obedece a un plan para que se interpreten los tratados de derechos humanos de modo tal que incluyan el derecho al aborto, en lo que el Centro de Derechos Reproductivos participa activamente. En este momento, el aborto no es un derecho humano.
Gaer, que no es abogada, dijo que el comité se atiene al «estricto sentido de la convención [sobre la tortura]».
Aunque la convención define la tortura en términos generales, requiere que la tortura sea practicada o condonada por un estado o autoridades estatales para que sus disposiciones se apliquen. De manera polémica, el comité se deshizo de ese requisito en ciertos casos de abuso sexual.
Algunos quieren ampliar aun más la definición de tortura.
El comité formuló preguntas basadas en información presentada por abogados que representaban a víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero. El periódico Los Angeles Times informó que los abogados quieren que el abuso sexual por clérigos se incluya en la definición de tortura para sortear leyes estatales de prescripción. En un determinado momento, Gaer preguntó cuánto dinero tenía disponible el Vaticano para compensar a las víctimas de abuso sexual cometidos por miembros del clero.
Tomasi expuso en detalle la respuesta del Vaticano ante el escándalo de abusos sexuales y sus permanentes esfuerzos por proteger a los niños. Insistió en que el Vaticano no es culpable de tortura en este sentido.
El comité publicará observaciones por escrito sobre el informe del Vaticano para fines de mayo. Dichas observaciones no son vinculantes ni perentorias.