NUEVA YORK, 3 de octubre de 2014.- El Vaticano acusó a un comité de la ONU de intolerancia hacia los cristianos y de entrometerse en el libre ejercicio de la religión en una mordaz respuesta a un comité de la ONU dada a conocer a la prensa el pasado viernes 26 de septiembre.
La respuesta oficial a los comentarios explosivos efectuados por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas a comienzos de este año (el cual dijo a la Iglesia Católica que cambie su enseñanza sobre el aborto y la atracción entre personas del mismo sexo) se aparta drásticamente de las reglas de cortesía de la ONU al enfrentar al comité de forma contundente y sin pelos en la lengua.
El Vaticano es especialmente duro con el comité por inmiscuirse en la libertad de culto y por sembrar la confusión y la inobservancia del derecho internacional. Reprobó al comité de la ONU por abusar de su posición para desacreditar a la Iglesia Católica durante el procedimiento de presentación de informes conforme a la Convención de los Derechos del Niño.
La recomendación del comité de que se modifique la enseñanza de la Iglesia sobre el aborto es «completamente inaceptable», sostuvo el Vaticano. El tratado establece que los niños deben ser protegidos tanto «antes como después del nacimiento». En cuanto al magisterio de la Iglesia referido al matrimonio, el Vaticano afirmó que las parejas de personas del mismo sexo, la orientación sexual y las diversas formas de familia son «elecciones de estilo de vida subjetivas» y «polémicas» jamás contempladas por los tratados de derechos humanos.
Según el Vaticano, los expertos de la ONU son culpables de «estereotipar negativamente» y de «intolerancia hacia los miembros de la religión católica». El comité se «lanzó» a interpretar la escritura y a hacer comentarios sobre la fe, la moralidad y el derecho canónico.
El Vaticano dijo que el comité aplicó el principio de no discriminación de un «modo carente de principios, es decir, como una espada contra la libertad de culto», cuando sostuvo que la enseñanza de la Iglesia sobre la complementariedad y la igual dignidad del hombre y la mujer son ejemplos de sexismo.
La educación sexual está fuera del ámbito del tratado, señaló el Vaticano. «La educación sobre el auténtico amor humano, la sexualidad humana, el amor conyugal y asuntos afines son principal y fundamentalmente el derecho, el deber y la responsabilidad de los padres».
Aparte de la esencia de las recomendaciones, el comité no comprendió la «naturaleza y misión específica» de la Santa Sede. El comité dijo al Vaticano que era responsable del proceder de los clérigos y de las instituciones católicas que funcionan en el territorio y bajo las leyes de otros países.
«La misión religiosa y moral de la Santa Sede, que trasciende los límites geográficos, no puede ser transformada en una especie de jurisdicción legal universal, que de algún modo se convierte en un asunto sujeto al mandato de un órgano de tratado», explicó el Vaticano. Eso exigiría a la Iglesia «controlar las actividades diarias de clérigos, religiosos y laicos, que viven en territorios de Estados soberanos».
El Portavoz del Vaticano, el Pbro. Federico Lombardi, prometió una respuesta minuciosa tras las observaciones del comité, a comienzos de este año. Explicó que, fuera de los límites de la Ciudad del Vaticano, todo lo que la Iglesia puede hacer es apoyar el tratado con su autoridad moral y espiritual. El Vaticano se convirtió en el cuarto estado parte del tratado en 1990 a las órdenes de Juan Pablo II y dicho acuerdo cuenta con la ratificación casi universal de los estados miembros de la ONU.
Otros estados parte del tratado miembros de la ONU seguirán con interés a la Santa Sede. Queda por ver si el comité incluye la respuesta de la Santa Sede en el documento oficial del procedimiento de presentación de informes que analiza la Asamblea General de la ONU anualmente. Puede que el comité intente limitar la exposición de la respuesta del Vaticano dentro del sistema de la ONU.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano.