La persecución musulmana de los cristianos en oriente ha aumentado los últimos años con la crueldad de los grupos terroristas salafistas en África y en Asia, primero por medio de Al Qaida y desde hace unos años por el autodenominado «Estado Islámico», el más bestial y satánico perseguidor de la fe en nuestros días, que tortura y asesina en Siria e Irak.
Hace escasos días, en una nueva muestra de brutalidad, los yihadistas degollaron públicamente en Libia a 21 coptos de Egipto por el mero hecho de ser cristianos. Cuando hasta el presidente de la república laicista de Francia ha condenado los asesinatos, aún estamos esperando que el gobierno de España, mucho más cercana religiosamente a los mártires por la fe, muestre algún tipo de repulsa pública a estos hechos.
Denunciamos que, como han hecho sus predecesores en los dos últimos siglos, los gobiernos liberales de nuestra patria sólo saben plegarse a los intereses del poder económico anglosajón, habiendo cooperado en la financiación y armamento que los terroristas han recibido del Nuevo Orden Mundial y los petrojeques árabes. Lamentamos la indignidad del Gobierno y exigimos que colaboren con los que combaten a los asesinos islamistas, ayudando a cuantos cristianos perseguidos deseen hallar refugio en nuestra tierra
Elevamos nuestras plegarias a la Santísima Madre de Dios, rogando su intercesión por los cristianos perseguidos en el mundo.