Eduardo Verástegui después de mostrarse «muy agradecido con Pablo José Barroso» (Productor de la película), nos habla de la película «una historia que ya quería contar desde hace ya muchos años, sobre todo porque es una historia que ha permanecido oculta, en silencio, guardada con llave, que muy poca gente conoce y que es una historia muy interesante, que es una historia muy rica en muchas cosas. Pues podríamos aprender muchísimo sobre todo de los hombres valientes, de los héroes mejicanos mártires que no tuvieron miedo a defender la fe, su Iglesia, sus principios, sus ideales, su libertad religiosa, sacrificándolo todo, incluso su propia vida, entregando su propia vida por defender aquello que era más grande que ellos, y eso pues nos motiva a todos. Dicen que las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra, entonces alguien te podrá decir mil cosas, pero cuando ves el ejemplo de vida de un mártir, eso te mueve el alma y te transforma y lo empiezas a imitar, esos son más que nuestros mártires mejicanos, mártires de La Iglesia Universal, de La Iglesia católica, del mundo; entonces el martirio traspasa barreras y fronteras, y todo, y se convierten en nuestros hermanos mayores. Y es por eso que yo quería contar esta Historia, y sobre todo enfocarme en la parte de los mártires, para que de esta manera inspiremos al católico que a veces está medio dormido, a despertarle con el ejemplo de los mártires. Y que mejor que este hombre, que fue el Gandi mejicano, porque La Iglesia cuando fue perseguida en Méjico, en los años 20, se armaron dos bandos, el que se levantó en armas, y el otro bando encabezado por Anacleto Gonzalez Flores que era el bando pacífico, porque buscaban los mismos intereses, defender lo mismo, pero con medios pacíficos».
