La división de población de la ONU coincide con el papa Francisco. Más anticoncepción no detendrá el cambio climático.
El aborto y la anticoncepción deben estar ampliamente disponibles para evitar un cambio climático apocalíptico, según algunos científicos. Pero esta opinión no está ganando adhesión en la sede de la ONU y fue rechazada en Laudato Si, la encíclica ampliamente difundida del papa Francisco sobre «el cuidado de la casa común», en la que ratificó la teoría de un calentamiento global antropogénico.
El control demográfico no forma parte del programa para la conferencia mundial de la ONU sobre cambio climático a realizarse en París el próximo mes de diciembre y el trabajo reciente de la división de población de la ONU debilita cualquier argumento para que eso se modifique.
Mientras que algunos científicos están agradecidos por el total aval del papa Francisco a la teoría del cambio climático, otros no quieren que él tenga la «última palabra» sobre cómo debería ser abordado.
Es así como lo expone la editorial del último número de la revista científica Nature Climate Change, antes de presentar una serie de artículos críticos sobre la encíclica que incluye uno del famoso alarmista ambiental Paul Ehrlich, que reprocha al papa Francisco el hecho de defender en Laudato Si la enseñanza de la Iglesia en contra del aborto y la anticoncepción.
Ehrlich dijo al periódico The Guardian que la exclusión del control demográfico de su abordaje del medio ambiente era una «tontería delirante» y que estaba «completamente equivocado».
«Estoy seguro de que sabe que no es así, no es bobo», sostuvo.
En la encíclica, el papa Francisco denuncia a las organizaciones internacionales que condicionan la ayuda económica a la implementación de «políticas de salud reproductiva». «Culpar al aumento de la población» en vez de al consumo y a modelos de producción es una forma de «no enfrentar los problemas» que se les presentan a los pobres, escribió.
Ehrlich replica que las soluciones a la pobreza no pueden encontrarse sin también considerar la «re-producción».
«Al papa Francisco le hace falta prestar atención a sus propios comentarios sobre la “obsesión” de la Iglesia con la anticoncepción y el aborto y asumir una posición de liderazgo en respaldo de los derechos de las mujeres y la planificación familiar», escribe, advirtiendo, en su conocido estilo, sobre inminentes hambrunas y catástrofes apocalípticas debido al crecimiento de la población.
Ehrlich admitió en una entrevista con el New York Times a comienzos de este año que no se hicieron realidad predicciones funestas similares que hizo en la década del 60. Se valió de la hipérbole para provocar «a las personas para que hagan algo».
«La idea de que cada mujer debería tener tantos bebés como quisiera para mí es exactamente lo mismo que decir que se debería permitir a todos tirar toda la basura que quisieran en el jardín de su vecino», dijo Ehrlich.
El último trabajo de la división de población de la ONU sobre demografía y medio ambiente contradice rotundamente las opiniones de Ehrlich sobre el cambio climático.
Su análisis demuestra que el aborto y la anticoncepción tendrán poco impacto sobre las emisiones de carbono en comparación con cambios en la producción y el consumo, y una política ambiental acertada.
En una sesión informativa a comienzos de este año, en la que se explicaron estos hallazgos, John Wilmoth, quien dirige la división de población de la ONU, criticó al movimiento de cambio climático por ser demasiado alarmista.
Wilmoth explicó que hay «relativamente poca incertidumbre» en las proyecciones demográficas sobre el próximo siglo, pero que existe una «total incertidumbre» sobre las emisiones de carbono, ya que tienen que ver con la población.
La falta de certeza sobre las emisiones de carbono futuras se debe a los patrones de consumo y el comportamiento humano, que varían mucho más que los patrones de fertilidad, dijo Wilmoth a los delegados. Informes recientes de la división de población de la ONU ilustran que esta misma imprevisibilidad puede verse entre países en las últimas décadas.
La Iglesia Católica es líder mundial en la denuncia de las ideologías inhumanas y degradantes que se encuentran detrás del control demográfico. Algunos dicen que la ONU finalmente se está poniendo al día.