Entramos en el Adviento y la Iglesia nos llama para estar preparados y velar para recibir al Niño Dios. Nosotros los Carlistas tenemos en nuestras conciencias además la obligación de velar por los intereses y destinos de España que en estos momentos está regida por mentes utópicas, descerebradas y sobre todo anticatólicas que pactan con revolucionarios y separatistas para que los españoles de buena fe «tiren por la borda» todo aquello por lo que nuestros antepasados lucharon por España.
Tenemos la obligación sagrada de seguir con fe y firmeza las enseñanzas cristianas en la educación, en los valores humanos, para llegar a conseguir que el cuatrilema carlista sea una realidad:
DIOS, PATRIA, FUEROS Y REY LEGÍTIMO
Unámonos todos, pidamos al Niño Dios su bendición. Dejemos los egoísmos partidarios, marchemos juntos, trabajando por España, por su unidad sagrada e irrevocable. Recordemos que en Julio de 1936 parecía el fin de la Patria y, sin embargo, un Alzamiento bendito e inolvidable la salvó.
¡VIVA SIEMPRE ESPAÑA!