El logo y el lema del Año Jubilar de la Misericordia son una buena síntesis de lo que será este año. Con el lema «Misericordiosos como el Padre» se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida. El logo —obra del jesuita Marko I. Rupnik— se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, porque indica el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención.
El dibujo destaca al Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor, con inmensa misericordia, carga sobre sí con la humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro de la mandorla (almendra), figura importante en la iconografía antigua y medieval que evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el exterior, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.