Así titulaba la página web “Germinans germinabit”, un magnífico artículo sobre el nombramiento de monseñor Omella como arzobispo residencial de Barcelona, considerando que con ello se ha venido a dar al traste con el afán catalano/separatista de crear, no solo hacienda, defensa y justicia propias, sino al igual que en China, iglesia propia. Con ello tiró por la borda las esperanzas de quienes apoyaban al obispo auxiliar de Barcelona, Sebastiá Talltavull y al arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives Sicilia quien se había posicionado abiertamente a favor de la independencia de Cataluña y del uso del catalán y cuya candidatura fue avivada desde la sombra por algunos partidos políticos y la propia Generalitat, de modo que los defraudados solo han acertado a decir en favor de monseñor que “es un hombre dialogante y que habla catalán” . A los no catalanistas nos causa cierta hilaridad la frasecita, porque esperábamos que siguiendo el mensaje de Mateo en la Biblia, “por sus frutos los conoceréis” y, debiendo conocer la labor desarrollada por monseñor Omella, expresaran más calor y afecto por aquél que llega a ocupar la sede episcopal de la ciudad condal.
El Papa Francisco ha colocado un aliado, una persona de su confianza, para su plan de evangelización en una de las diócesis más importantes de Europa y para tender puentes con la Conferencia Episcopal Española, en la que Omella está llamado a ser uno de sus hombres fuertes. Pero al mismo tiempo, el pontífice ha marcado distancias con el soberanismo. Omella, ex misionero en África y comprometido con la pastoral social, es un prelado abierto y nada integrista. Es del ‘estilo’ de Bergoglio. Y no es nacionalista, ni siquiera catalanista, aunque “comprende el problema catalán”. Al parecer, Francisco busca para España obispos que sean «pastores» y no «príncipes», centrados en lo social, con capacidad de diálogo y de escucha, y que sepan ayudar en las situaciones complicadas. Juan José Omella, aunque los separatistas no se lo reconozcan, ha sabido dar pasos adelante cuando nadie más lo hacía. El más relevante sucedió hace ahora diez años, una semana después de que, por primera vez en la historia de la democracia española, una veintena de obispos se colocaran delante de una pancarta para manifestarse contra la ley del matrimonio igualitario en España. Siete días después, Omella fue el único obispo que participó en la marcha contra la pobreza.
Formado en los Padres Blancos y con experiencia misionera, Omella, que también es consiliario nacional de la ONG Manos Unidas, sugirió en noviembre de 2015 una cuestión absolutamente novedosa: crear un fondo para ayudar a los parados sin ingresos, que se nutriría, entre otros, de una aportación voluntaria de los sacerdotes a través de una de sus dos pagas extraordinarias o de un 10 % de su sueldo durante un año. También pidió el pasado mes de septiembre a los sacerdotes riojanos que animaran a los feligreses a acoger con «generosidad y afecto» a refugiados y a prestarles toda la ayuda posible y, encabezando la idea con el ejemplo, dispuso dos casas de la diócesis con hasta 170 plazas, para acoger refugiados. Respecto a la retirada del proyecto de reforma del aborto por parte del Gobierno, precisó que le ha «dolido» como ciudadano y como creyente, porque considera que, desde el momento de la concepción, «lo que va a nacer es un ser humano, y ahí hay vida; si no, no nacería». «Ojalá que el Gobierno, que me ha decepcionado en este tema, se tome en serio esa reforma de la ley y que volvamos a evitar que haya tantos abortos y que la vida vuelva a ser valorada por todos los ciudadanos». Aplaudimos con fervor su valentía.
Estas actitudes le convierte en un hombre del agrado del Papa Francisco y en una persona que entronca bien con la sensibilidad de una ciudadanía (católica o no) que pide a la Iglesia que sitúe en primer plano su compromiso con los pobres y los más necesitados. Al igual que Germinans Germinabit nos congratulamos de esta actitud de monseñor y pedimos que el Señor le de fuerzas para llevar a cabo la ingente tarea que tiene por delante. No lo va a tener fácil. La actual situación en Cataluña, inmersa en un proceso de consecuencias impredecibles, no favorece la presencia de un «extraño«. Así, sectores como Esglesia Plural han mostrado en un comunicado sus dudas sobre si el nuevo prelado «velará por el respeto a la personalidad propia de la Iglesia catalana y acompañará decididamente al país en el proceso para alcanzar la plena soberanía y construir una sociedad más humana y justa«. El nuevo arzobispo de Barcelona aunque habla y entiende el idioma, no es catalán, y por no serlo, sus primeros pasos serán analizados con lupa tanto desde la Generalitat como desde Madrid. Los más veteranos recuerdan las dificultades que tuvo el cardenal Marcelo González Martín cuando fue impuesto por Franco en los años sesenta, y no quieren que la historia se repita. Sin embargo considero que su tarea más difícil e ingrata, quizás sea la necesaria “limpieza” del relativismo que anega la clerecía catalana; tan extendido, que alcanza a las más altas figuras a través del Rotary Club.
El Rotary Club, es la cara amable de la Masonería y, aunque jurídicamente son organizaciones distintas, ideológicamente son iguales: filantropía (solo con sus miembros), paz universal a través de una moral laicista, y racionalista, captación de adeptos con alto poder económico y político, etc. No ocultan que entre los dirigentes Rotarios hay buen número de masones. Incluso si, como se suele argumentar, no hubiese una obligación explícita de profesar por ellos, el relativismo como doctrina, la fuerza coactiva de una tal fraternidad, por su misma lógica intrínseca, tiene en sí la capacidad de transformar la estructura del acto de fe de un modo tan radical que no sea aceptable por parte de un cristiano “que ama su fe” (León XIII).
En la Admonición pastoral del Cardenal Primado de Las Españas y Arzobispo de Toledo (23 de enero de 1929), sobre las «instituciones neutras», entre las que se incluyen el «International Rotary Club», el Emmo. y Rvdmo. Dr. Pedro Segura y Sáenz (1880-1957), señala como maldad intrínseca de las denominadas instituciones neutras que «ocultan la negación de la moral verdadera y de la verdadera Religión, que tratan de sustituir con una moral y una religión que no es la de Jesucristo, mientras predican una moral sin religión para llegar a la paz universal, debajo de un aspecto comercial, recreativo, pedagógico, filantrópico, internacional, neutral, pero siempre laico». El 4 de febrero de 1929, la Santa Sede prohíbe a los sacerdotes participar en reuniones rotarias ya fuera como miembros o como invitados [el famoso «non expedire»]. Esta prohibición es reiterada mediante Decreto de la Sagrada Congregación del Santo Oficio de 20 de diciembre de 1950 y G.K. Chesterton[1] dejó escritas unas palabras muy duras al hablar del Rotary Club: “El hombre no se basta a sí mismo, debe apoyarse en Dios; y el rotarismo prescinde de toda idea divina en las relaciones humanas. La hermandad de los hombres necesita de la paternidad de Dios. Cuando se suprime o evita la creencia en lo sobrenatural (como hace el Rotary) todo queda reducido a una mezquina colección de presuntuosos».
En la iglesia conciliar fundada desde el Concilio Vaticano II para defender la libertad religiosa, se interpreta que todos unidos (todas las religiones) rezamos a un mismo dios. Para un liberal eso es bueno, para un católico es aberrante, porque solo hay un Dios que creó el cielo y la tierra, es Señor de señores y Rey de TODO lo visible y lo invisible y solo a Él se le da culto; fundó la Iglesia única arca de salvación y fuera de ella no hay nada más. Esta postura es considerada tradicionalista, intransigente y ultramontana por el relativismo y estas calificaciones son coincidentes con las mantenidas por los rotarios. Los masones y sus organizaciones pantalla son esencialmente anticatólicos y anticristianos. Su plan de actuación no es un enfrentamiento claro y abierto con la Iglesia sino que, como suelen actuar todos estos grupos, buscan infestarla de manera oculta, especialmente en sus puestos clave, para corroerla por dentro y desnaturalizarla.
Ruego a Dios que Omella no caiga en la tentación, (como cayeron otros altos cargos), de acercarse a los rotarios para que los poderes de este mundo no le hagan campaña en contra. ¡Ojalá no! De la Masonería lo de menos es su parafernalia ritual y misteriosa, que al lado de la liturgia católica clásica resulta ridícula. Se trata de una organización secreta (aunque ellos la vendan como solo “discreta”) e hiper jerarquizada y con muchos estratos y brazos dedicados a conseguir su objetivo principal que es el poder y la influencia. Se sirven también para ello de la “ayuda mutua” que se prestan entre sus miembros la cual deriva en una agencia de promoción y colocación, aunque ellos afirmen que es por filantropía. Tratan de imponerse e implantar su ideario en el mundo de la manera más antidemocrática posible, que es infiltrándose, infestando y maquinando en las instituciones de más peso (partidos, prensa, cadenas de televisión, universidades, cultura, editoriales, judicatura, ejército, educación, Iglesia…) para, sin dar la cara, propugnar, extender e imponer sus puntos de vista. ¿Cuál es su ideario básico? En el fondo son ateos o agnósticos, aunque admitan con la boca pequeña un dios abstracto y mero organizador… Son anticristianos y, sobre todo, anticatólicos. Se trata, pues, de desprestigiar y arrinconar a la Iglesia desde fuera y, desde dentro, de desnaturalizarla y “pudrirla”.
Propugnan además de un único poder mundial el NOM (a partir de la ONU controlada bajo cuerda por ellos), el relativismo, el hedonismo, la barra libre en el sexo, la ideología de género, la eugenesia, la eutanasia y el aborto gratis y libre, y presentan como sustitutivo de la verdadera moral natural una vaga ética más o menos “socialdemócrata” basada en la solidaridad más interesada y en los “derechos humanos”. Su ideal de estado, por supuesto, es “el estado del bienestar”, es decir, el estado paternalista que sustituye a Dios e incluso a la familia. Para ellos, el individuo y la familia, cuanto más “leves” (es decir, cuanto más indefensos y manipulables) mejor. ¿Y los masones intraeclesiales, en que línea van? Por supuesto, en la línea anterior, aunque lo disimulen más o menos. Y además son partidarios de una liturgia “libre” y “creativa”, cuestionan los milagros, la historicidad de los Evangelios, la resurrección (la de Jesús y del resto), la virginidad de María, la presencia real del Señor en la eucaristía, la espiritualidad e inmortalidad del alma, el valor y los efectos de la oración, lo centran todo en la pura acción, para ellos todas las religiones son válidas y verdaderas, son partidarios del sacerdocio femenino y de la supresión del celibato sacerdotal. No es necesario evangelizar ni hacer prosélitos, conciben la Iglesia solo como una gran ONG…
Llegados a este punto, volvemos a monseñor Omella y “la patata caliente” que representa el arzobispado de Barcelona, aunque sólo nos referiremos a los problemas eclesiásticos. La Casa de Santiago[2], uno de los grupos más peligrosos del obispado de Barcelona, fue clausurada por el cardenal Ricardo María Carles en 1994, debido a los escándalos por abusos sexuales de menores por parte de clérigos. Estos hechos fueron denunciados en Barcelona entre los años 1985 y 1988, bajo el gobierno de la Iglesia del cardenal Jubany y cuando monseñor Martínez Sistach (el hoy obispo saliente), era vicario general y después obispo auxiliar. Se puede alegar que por las actuaciones mencionadas y el tiempo transcurrido, es una cosa pasada, pero, lamentablemente, los clérigos denunciados en Barcelona, escaparon de la justicia merced al apoyo eclesial y siguen ejerciendo el sacerdocio sin ningún problema, gracias a la cobertura que les da la ONG «Nous Camins», que supuestamente se encargaba de los hijos de madres solteras y niños procedentes de Kenia.
El cardenal Jubany prometió a las familias afectadas que los diáconos implicados, Salvans y Cané habían sido reducidos al estado laical, pero en realidad ambos fueron ordenados sacerdotes. Alberto Salvans pasó a la diócesis de Westminster y Pere Cané a la de Milwaukee. En marzo de 1991, Peré Cané y Silvia Garriga se mudaron a México para esconder el embarazo de Silvia y más tarde el nacimiento de la hija de ambos, Teresa Cané Garriga, hoy de casi 25 años. Pere y Silvia no desaprovecharon el tiempo y establecieron en México una red de negocios disfrazada de obra de caridad en la que de nuevo ella fue cómplice de las aberraciones características de Nous Camins. Y siguen actuando en España. Hace muy poco se movía por Madrid Salvans buscando donativos de familias adineradas para su obra social de la mencionada organización. Le facilita su labor el hecho de que Alfredo Rubio de Castarlenas (fundador del tinglado) dirigió el «Colegio los Rosales» de Madrid, donde estudiaron los hijos del rey emérito de España y con ellos, muchos hijos de altos cargos políticos ;no solo los obispos estaban interesados en taparlos.[3]
Todos los implicados en estas actuaciones se caracterizan por la dificultad de encontrarlos en la iglesia, ya que tienen demasiadas «ocupaciones» fuera. Siempre ocultan, como si se avergonzaran, que son sacerdotes y se presentan en diversos actos sociales con la carta de presentación de sus «otras profesiones». Su línea ideológica eclesial es completamente «progresista» y «nacionalista», y destaca la gran permisividad que tienen todos en materia de moral sexual. Tanto Andreo como Senabre como Salvans y Cané defendían la libertad sexual, negaban la divinidad de Jesús y la virginidad de María y se aprovechaban de su ascendencia sobre los grupos de menores para cambiar la mentalidad de muchos de ellos. Pura infiltración masónica.
No muy alejada de esos intereses masónicos se encuentra la entidad “Ámbito María Corral” una entidad privada, sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública, con más de 30 años de experiencia. El Ámbito fue fundado en el año 1979 por Alfredo Rubio Castarlenas, (vinculado también a la Casa de Santiago) con el objetivo de observar, investigar e interpretar la realidad contemporánea desde una mirada que destaca el valor de la existencia humana, con la finalidad de crear espacios de reflexión y diálogo, así como diferentes acciones y proyectos que contribuyan a la construcción de una sociedad más igualitaria y justa para todos. Gestionar contenidos que contribuyan a la sensibilización y formación de personas y de la sociedad en general sobre diferentes temas de actualidad e interés social, colaborando con instituciones públicas, privadas y sociales. En su declaración de principios no figura ni una palabra sobre la religión o lo divino, pura laicidad, solo es importante la existencia humana, nada espiritual ni trascendente.
Otro peliagudo asunto al que deberá dar solución monseñor Omella es el tema de lo que sucede en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo. Mossén Custodio Ballester fue uno de los pocos sacerdotes que se atrevió a ventilar las conductas abortistas en hospitales como el San Pablo, más doloroso si cabe por cuanto la Iglesia es miembro importante de la Fundación que lo gestiona.
Y no es menor el tema del Centro de Estudios Pastorales (CEP) de las diócesis catalanas, aunque las siglas también podrían aplicarse a CENTRO DE ESTUDIOS PROTESTANTES, porque es un verdadero banco de pruebas de ideas bien poco católicas plenas de relativismo hasta en lo moral, propio de la posmodernidad y de lo que propugna la Nueva Era.
El nuevo obispo de Barcelona tendrá a su favor el absoluto apoyo del propio Papa Francisco, quien ha apostado fuerte por monseñor Omella. Con este nombramiento, Bergoglio quiere mostrar a los obispos españoles cuál debe ser el perfil de pastor en el actual momento histórico: hombres cercanos a sus fieles, que sepan encontrarse con todos, escuchar antes de tomar decisiones, que sepa tender puentes, algo imprescindible hoy en Catalunya.
A este respecto, corre por Barcelona una significativa anécdota: La muy catalanista Mónica Terribas le ha entrevistado para intentar meterle en la cueva nacionalista, pero el obispo Omella le ha dejado claro que él no viene a hacer política y sí a cumplir el mandato del Papa: “Ud tiene el trabajo de amar. No haga otra cosa; sea pastor”. La Terribas en dicha entrevista le pide que no celebre más misas en castellano:
– “No haga ni una misa más en castellano (…) aquí esta cuestión sabe que es un poco polémica.
– ¿Ah sí?
– ¿Lo ha notado?
– No. Me han dicho que se puede hablar en las dos lenguas. Je je je”
La señora Terribas mientras vivía en su más tierna infancia en el Madrid de Franco pudo asistir a misas en catalán sin que nadie les molestara, (¿dónde queda la terrible persecución franquista?); es significativo de la libertad y democracia que proponen, el hecho que pida ahora que el obispo de Barcelona no oficie misas en la lengua habitual del 51% de los catalanes.
El Papa le pide también que se implique de lleno con los descartados de la sociedad. Y en esto Omella es uno de los líderes entre los obispos españoles. En los últimos meses, el obispo ha presentado el documento en varias provincias, reclamando a los partidos políticos, un pacto de Estado que «deje a un lado la ideología y los partidismos» para «trabajar de forma conjunta y con otras asociaciones y entidades para lograr un pacto social, en el que puedan participar todos y no se aísle a nadie». Junto con su labor social, monseñor Omella se ha convertido en el punto de conexión entre el Papa Francisco y España, especialmente en las cuestiones más delicadas.
Se contrapone su figura con la del cardenal Rouco Varela. Le deseamos que pueda desarrollar su labor de manera más tranquila que su eminencia quien se vio muy asediado por la masonería, especialmente la feminista, que le maltrató de palabra y obra por su defensa de la vida. No le perdonaron su valiente lucha en contra del aborto y la eutanasia, la defensa de la familia tradicional (no la que ellas proponen) y también por no querer ocultar las manifestaciones religiosas y reducirlas al ámbito cerrado de la Iglesia, tal como los laicistas pretenden. La masonería que mueve a las Femen organizaron los tremendos escándalos que tanto le atormentaron. Prueba de lo mucho que les molestaba la defensa de los valores tradicionales por parte de su eminencia, es que, valiéndose del poder que las ampara, consiguieron que el cardenal pasara al ostracismo; momento en el cual cesaron las molestas y desagradables acciones públicas de esta organización.
Yo espero que la progresía respete a monseñor Omella y humildemente le pido que ponga orden entre los miembros de su grey, y que su talante liberal no le impida defender la vida y proteger el derecho de los católicos a participar libre y públicamente de las tradicionales festividades religiosas. Estoy segura que lo hará. Monseñor, aunque nacido en 1946, debe conocer el dolor que los radicalismos de izquierdas, los sañudos perseguidores de la religión causaron en el período de 1936-39 en la comarca del Matarraña, en Cretas, su pueblo y aún, seguramente, en su propia familia.
En Cretas del 26 de julio de 1936 a 14 de marzo de 1937 asesinaron a 17 vecinos del pueblo y otras 12 personas, todas de derechas y no residentes en la villa que aparecieron dentro del término asesinadas por arma de fuego. El 4 de agosto de 1936 fueron encontrados en el cementerio del pueblo una serie de vecinos de Calaceite como Manuel Ventura Arbiol (62 años), Ramón Fontcuberta Membrado (57)[4], José Ventura Pol (28), Bautista Pitarque Colás (66), Felipe Jusa Celma (65), José Tello Moliner (48), Ramón Gombau Aguilar (56), Bautista Viver Suñer (46), Juan Celma Barberán (59), Jesús Celma Puchol (30), Bautista Claramunt Serrano (46), Benjamín Calaf Pérez,
Por el contrario, Manuel Tafalla Celma,(48), Joaquín Mulet Riva (29), Francisco Carceller Antolí y Joaquín Falgas Estopiñá, labradores, vecinos de Cretas, fueron fusilados el 3 de agosto de 1936 en el cementerio de Calaceite; a Ramón Estopiñá Llerda (53) y Ramón Amposta Camps (46) los mataron en Caspe; a José Campanals Vives, en Moyuela, y a Antonio Monreal Nicolau (40) en Arens de Lledó, en las proximidades de su masía. A 4 km del pueblo apareció el propietario Carlos Nicolau Sancho, natural de Valderrobles, y en las afueras de la villa el jornalero Miguel Cuartielles Torrosella, nacido en Torre del Compte, residente en Cretas. Constan como participantes en los asesinatos Mariano Valls Puyo, Domingo Piqué Celma, Francisco Buje, Mariano Gil Fous, Joaquín Gasulla Llonga de las Juventudes Libertarias y otros ocho individuos más.
El demostrado odium fidei que movía a estos individuos izquierdistas por el que arrasaron iglesias, elementos religiosos, vidas y haciendas no permitía que se salvara un solo sacerdote. Así le ocurrió a D. Eladio Linacero Cuesta de 66 años, sacerdote natural de Madrid al que Francisco Membrado Llerda (alias Susana) al detenerle le golpeó con saña con la culata del fusil y junto a tres personas más lo asesinaron en el cementerio de Calaceite. El señor cura párroco de Cretas, don José Campos Vives de 69 años fue “paseado” a Ginestar y allí fusilado el 11 de septiembre de 1936. Al sacerdote don José Campos Viñas de 69 años que se encontraba en Tortosa en el inicio del enfrentamiento, quiso volver a Cretas donde ejercía como párroco, pero fue detenido en Ginestar donde fue asesinado en octubre de 1936. Y ese radical anticlericalismo les llevó a matar incluso a familiares de los sacerdotes. Este es el caso de la familia de don Juan Antonio Villagrasa Albert, sacerdote de la parroquia, al cual el mismo día 26 de julio a 400m del pueblo mataron por arma de fuego; no contentos con ello, dos días más tarde, el día 28, asesinaron a su hermano Joaquín de 29 años y el 12 de noviembre asesinaron a José, su hermano mayor que tenía 54 años. Estos dos últimos fueron fusilados en el cementerio de Valderrobres.
De igual modo sucedió con la familia de don Jorge Omella Omella, de 31 años, párroco de Cáseras. Detenido el 23 de julio fue sacado de la cama pues se encontraba enfermo, le cargaron en un camión y le trasladaron a Calaceite donde fue fusilado seis días más tarde después de haber sido maltratado de palabra y obra. Se ensañaron con su cadáver arrastrándolo con una cuerda hasta la fosa. El grupo que participó en la detención lo formaban tres vecinos de Torre del Compte, seis de Arens de Lledó, dos de Tarragona y el chófer, también de Arens; doce personas para detener a un hombre enfermo. Le “pasearon” hasta el cementerio de Calaceite “donde le hicieron mil fechorías, pinchándolo con cuchillos hasta el extremo que Salvador Salvador Campanals le dio en el corazón, alardeando después que salió la sangre con gran fuerza”[5] Sus familiares, Ramón Juan Omella de 64 años fue fusilado el 3 de agosto de 1936 en el mismo lugar, y a Ramón Riva Omella de 59 años le asesinaron el 14 de marzo de 1937 en Moyuela. Miguel Omella Roig de 51 años, afiliado a Acción Popular, sufrió la invasión de su casa el 25 de julio por unos milicianos que los sacaron de ella y lo asesinaron en la proximidad de la balsa del pueblo. Según declaración de su hijo, el sacerdote don Tomás Omella Pitarque ante la Causa General, su cadáver apareció deshecho por las balas en el cementerio municipal.[6]
“Me voy con la satisfacción de haberme sentido cómodo y pido perdón por todas esas veces que os he fallado porque no soy santo» Son las humildes palabras de monseñor en la despedida de la sede anterior. No tengo el honor de conocerle, pero estoy segura que las reliquias de San Pío de Pietrelcina que llegan a Barcelona, junto a los mártires de su familia, velarán porque desarrolle con éxito su labor para bien de su feligresía y la del resto de España.
[1] Gilbert Keith Chesterton; Campden Hill, 1874 – Londres, 1936) Crítico, novelista y poeta inglés, cuya obra de ficción lo califica entre los narradores más brillantes e ingeniosos de la literatura de su lengua. Poco después de graduarse se dedicó por completo al periodismo y llegó incluso a editar su propio semanario, G.Ks Weekly. Durante esta época se interesó por el ocultismo. En su Autobiografía señala que dentro del grupo de los que realizaban espiritismo, ocultismo o «juegos con el demonio», él era el único de los presentes que realmente creía en el demonio. Al final, se volvió agnóstico «militante». Luego, con el pasar de los años se acercó cada vez más al Cristianismo. Desde joven se sintió atraído por el catolicismo, como su amigo el poeta Hilaire Belloc, y en 1922 abandonó el protestantismo en una ceremonia oficiada por su amigo el padre O´Connor, modelo de su detective Brown, un cura católico inventado años antes.
[2] La Casa de Santiago: A finales los años 70, el cardenal Jubany decidió crear un seminario para alentar las vocaciones tardías, a cuyo frente colocó como rector al sacerdote Alfredo Rubio de Castarlenas, que se convirtió en el verdadero ideólogo del grupo de sacerdotes que se formaron en aquel centro. Relacionado con dicho Seminario se hallaba una orden femenina seglar, denominada Claraeulalies, que también dependía de la Casa de Santiago. Sacerdotes, diáconos y seminaristas vivían en las llamadas casitas, que no eran otra cosa que residencias independientes. El primer escándalo se suscitó a raíz de varios casos de chicas de la orden que habían quedado embarazadas. El cardenal Jubany, al conocer aquellas situaciones, previno a padres que tenían hijas en ellas, pero no tomó ninguna decisión más.
[3] http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2012/06/la-pederastia-la-casa-de-santiago-y-sus.html
[4] Según declaración de su hijo fue detenido el 28 de julio de 1936 por Tomás Berdel, Ramón Ballobar y Joaquín Manuel, acusados después de otros muchos asesinatos, incidiendo en la responsabilidad de Tomás Berdel basándose en declaraciones de vecinos que oyeron los gritos y lamentos que profería a causa del ensañamiento que emplearon en su asesinato. Al parecer la víctima gritó varias veces el nombre de Tomás y “no me hagas sufrir más y mátame de una vez”. Al ser exhumado su cadáver mostraba los signos del ensañamiento y la cabeza estaba separada 1 m del cuerpo. Causa General 1420, Exp 4, 11-109
[5] Declaración de José Omella Omella, hermano del mártir Jorge: Causa General 1420 Exp 6, 15
[6] Causa General 1420, Exp 4, 85-109