El pasado 17 de marzo de 2016 el Pleno de la Asamblea de Madrid aprobó la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación (ley de transexualidad) con el voto favorable del Partido Socialista, Ciudadanos y Podemos y con la única abstención del Partido Popular.
La sociedad madrileña parece anestesiada pues solo hay dos instituciones que han respondido de forma contundente al intento de adoctrinamiento de los menores: por un lado los obispos de Alcalá de Henares y de Getafe han emitido una carta pastoral conjunta sobre la ley de derechos exclusivos para personas transexuales recientemente aprobada por la Asamblea regional de Madrid. Y por otro lado el Centro Jurídico Tomás Moro ha puesta a disposición de los padres y docentes una guía que revela los peligros que la nueva ley tiene para los menores.
Los prelados ya han recibido numerosas críticas por parte de los lobbys rosa que como siempre tratan de acallar la voz de la razón y de la verdad. Por ello un grupo de laicos ha impulsado un manifiesto en apoyo de los obispos de Alcalá de Henares y Getafe.
El manifiesto de adhesión que se puede leer en la web de la diócesis de Alcalá de Henares entre otras cosas realiza cuatro afirmaciones que podrían ser suscritas por el 99 % de los españoles, a saber:
1.Que la diferencia varón y mujer no es desigualdad, ni opresión, es diferencia para la comunión y la complementariedad.
2. Conocer el misterio de la sexualidad humana es conocer el lenguaje del amor humano: la sexualidad humana es constitutiva de la persona humana, es el modo de existir como varón (masculinidad) o como mujer (feminidad).
3. Que como padres tenemos la obligación de protagonizar la educación de nuestros hijos. Hacemos un llamamiento a todos los padres para unirnos y exigir el derecho a educar en la vocación al amor de nuestros hijos desde la infancia, adolescencia y juventud, de modo que ello les permita descubrir el don de su sexualidad como don para el amor.
4. Que madurar la masculinidad y feminidad es necesario en orden a que ello capacite a nuestros hijos para vivir una vida con sentido, belleza, verdad y con libertad: una vida de santidad.
Para leer y apoyar el manifiesto puede consultarlo aquí.