«Proclamada como forma de gobierno para España la República Federal, el pueblo republicano, en su inmensa mayoría reclamaba, como imperiosamente exigían las circunstancias, que se organizase la Federación, estableciendo inmediatamente la división regional de los cantones y dando a éstos y al municipio la autonomía suspirada hace tanto tiempo. Pero el pueblo, ansiosísimo de estas reformas, sediento de esta redención tan deseada, veía prolongarse indefinidamente sus momentos de agonía, veía amenazada la República de un golpe de muerte y no veía, ni en el gobierno ni en la Cámara Constituyente una predisposición para la inmediata ejecución de estas reformas y cree que sin ellas se perdería indudablemente para muchísimos años la libertad en esta tierra de España. Era llegada la hora de salvar, de constituir definitivamente la República Federal y que no hacer esto sería tanto como cometer una indignidad que no podemos suponer en ningún pecho republicano donde se albergue y lata un corazón de hombre. El pueblo se ha puesto en armas porque ha creído ver en inminente riesgo la santa causa de la República Federal. Aquí no hay verdugos ni víctimas, opresores ni oprimidos, sino hermanos prontos a sacrificarse por la libertad y la felicidad de sus conciudadanos. ¡Viva la República Federal! ¡Viva la soberanía del pueblo!»
Cartagena, 12 de julio de 1873.
Manifiesto de Antonio Gálvez comandante general de las fuerzas del Ejército, Milicia y Armada donde justifica la proclamación del Cantón de Cartagena como un acto de defensa de la República. Federal..
En su «delirio» llegaron a contactar con el gobierno de Estados Unidos y a solicitar su ingreso en aquel país.
Seis meses más tarde el Diario de Sesiones del Congreso con fecha de 2 de enero de 1874 decía lo siguiente:
«Las Provincias Vascongadas y Navarra se hallan poseídas casi por os Carlistas. Por la provincia de Burgos amenazan constantemente el corazón de Castilla y por La Rioja pasan y repasan el Ebro como acariciando nuestras más feraces comarcas. El Maestrazgo se encuentra de facciones hendido; y los campos de Aragón y Cataluña talados e incendiados. Por todas partes, como si el suelo estuviera atravesado de corrientes absolutistas, se ven brotar partidas, mezcla informe de bandoleros y facciosos. La República que estáis llamados a fundar, pasa en su origen por las mismas durísimas pruebas por qué pasó en la serie de humanos progresos la Monarquía constitucional»
¿Qué puede pasar ahora en esta España nuestra con el actual Congreso de Los Diputados recién constituido y ya convertido en un circo de tres pistas donde no falta más que la cabra haciendo acrobacias?
Confiemos en la Divina Providencia para que ciertos episodios de nuestra historia no vuelvan a suceder.