Otro año llega el 23 de abril, y nuevamente observamos con interés y cierto orgullo el general desapego de los castellano-leoneses al llamado «Día de la Comunidad»; mientras a su vez, y en sentido contrario, vemos como va fraguando en distintos ámbitos de nuestra tierra, nuestra propuesta, en la que pedimos desde hace años que la festividad de San Fernando, sea también la de la histórica Corona de Castilla y de León; Y no solamente proponemos esta festividad para la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León, sino que teniendo en cuenta la historia y cultura común de todas las tierras de Castilla, esta festividad debiera ampliarse a todas las «Comunidades Autónomas» creadas sobre el solar de la vieja Corona de Castilla. Por ello, no es de recibo que tengamos que tragar ni un año más con la «farsa comunera».
Falsedad creada a partir de la derrota sufrida por una parte de la nobleza castellana en el S. XVI durante la llamada “Guerra de las Comunidades” -levantamiento que el romanticismo del S. XIX ensalzó al estilo de los también falsos mitos creadores del nacionalismo vasco y catalán-, y que al igual que en esas tierras, ha sido manipulado por los sectores independentistas y más de extrema izquierda de la nuestra. Este día no une, sino que separa, por mucho que se empeñen los políticos en vendernos una fiesta que año tras año manifiesta ser un absoluto fracaso, demostrado en el desinterés general que por ella sienten la mayoría de los castellano-leoneses. Sin duda, no hay mejor fecha para recordar nuestra Historia, y sentirnos orgullosos de nuestra querida tierra que el 30 de mayo, festividad de San Fernando, rememorando así al más noble hijo de Castilla, quien unió a los Reinos de Castilla y de León bajo la misma Corona para siempre, en el ya lejano año de 1230.