Se llama Bruno de nombre y Cardeñosa de apellido, y es el Director de la que posiblemente consiga ser con el tiempo (poco tiempo) la peor revista de temas históricos de este hemisferio, y casi con toda seguridad del otro: HISTORIA DE IBERIA VIEJA.
Conocimos esta revista cuando salió a la luz hace años, pero al comprobar que no valía la pena, la olvidamos. Hoy ha caído en nuestras pecadoras manos el número 134, y lo repasamos a fondo. Aunque toda la revista es un rollo sin interés, de una vulgaridad archisabida y ésta, de una perfecta bellaquería. Y lo es, especialmente, por incluir una entrevista a Pío Moa, que va a ser el centro de nuestros comentarios.
Empieza por tutearle, después le llama “El Diablo”, como si fuera un mote habitual y conocido, y por último vierte sobre él lo más sórdido, zafio y estúpido de su personalidad de periodista advenedizo en los “Medios”. Previamente escribe un prólogo a esta entrevista, tres columnas perversas con las que trata de mostrar la catadura del entrevistado, al que se propone destrozar. En ese prólogo dice que Moa defiende “posturas radicales”. También nos asegura este Bruno que las “cosas que dice (Moa) producen repugnancia”, que son “barbaridades”. Ya desmelenado, Bruno nos asegura que Moa es el “sustento ideológico de los que son como él o de los que comulgan en sus entrañas (sic) un odio inconmensurable”. Moa “intoxica” hasta a los más moderados. Como la cita-trampa se hace en una cafetería de la Plaza de Oriente, Bruno aprovecha la ocasión para decirnos: “donde hace medio siglo un grupo de energúmenos aplaudía a un dictador”. Como él nació en 1972, en 1974 todavía se meaba en la cama, mientras que otros, a los que califica de “ergúmenos”, como el que suscribe, disfrutaba de un patriótico día de sol.
Nos asegura que Moa está muy satisfecho con lo que hace porque “su postura le da de comer desde hace décadas”. También nos dice que Moa “no es Historiador de carrera”, como si para saber Historia fuera necesario un título.
De la entrevista es mejor no hablar, así y todo entresacamos que Moa consiguió ser un importante “credit topic”. Como no tenemos diccionario de farfullo-británico, nos quedamos con las ganas de saber qué eso.
Utiliza Bruno el truco de decir frases de Pío Moa fuera de contexto, con las que rellena una esquina de la última página que le dedica. Y para terminar, suelta esta lapidaria frase: “Produce susto, pero más susto produce- y es un reflejo de la sociedad vacía en la que vivimos- que uno, dos, tres millones le sigan y digan las cosas que él dice”.
Menos mal que con esa revista de IBERIA VIEJA, Bruno y sus secuaces va a llenar los vacíos culturales e históricos…
En una segunda entrega sobre este tema de la peor revista del hemisferio norte, vamos a peinar concienzudamente ese número 134. Creemos que valdrá la pena desenmascarar a esos linces de la prensa “progre”