Según informa C-Fam la afirmación de que 200 millones de mujeres y niñas en el mundo quieren anticonceptivos pero no pueden obtenerlos es falsa, pero aun así es usada para canalizar miles de millones de dólares a la industria internacional de planificación familiar y aborto cada año.
Un artículo recién publicado en New Atlantis desacredita la idea de una gran necesidad insatisfecha de acceso a anticonceptivos, especialmente en los países menos desarrollados, y explica cómo es que la “crisis” de planificación familiar global está basada en falsas presunciones y medidas engañosas que son más adecuadas para el activismo que para el análisis serio.
Con el objetivo de traducir términos políticos malentendidos y convertirlos en discurso, la Dra. Rebecca Oas demuestra cómo los datos de encuestas en países desarrollados han sido interpretados selectivamente para promover los anticonceptivos debido a preocupaciones de sobrepoblación. Las encuestas actuales están siendo dirigidas por el gobierno de EEUU en conjunto con agencias de la ONU y otras organizaciones internacionales. Oas es Directora Asociada de Investigación en C-Fam y editora del Friday Fax.
En el 2012, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) afirmó que más de 200 millones de mujeres tienen una “necesidad insatisfecha” de planificación familiar. Esta cifra tan citada es comúnmente interpretada erróneamente como falta de acceso a anticonceptivos. Basados en el argumento sin fundamentos de que todas las mujeres con una “necesidad insatisfecha” desean usar anticonceptivos, el Instituto Guttmacher y el Fondo de Población de las Naciones Unidas han invitado a la comunidad internacional a invertir $9.4 mil millones anuales para satisfacer “la necesidad de todas las mujeres de servicios anticonceptivos modernos”:
Pero incluso expertos en población han dicho que la medida de las “necesidades insatisfechas” no toma en cuenta la ambivalencia de las mujeres en cuanto a la fertilidad deseada, descubrió Oas. Este término también omite el hecho de que menos del 10% de todas las “necesidades insatisfechas” se deben a la falta de acceso o al costo del servicio.
Un problema adicional es que algunas agencias y organizaciones están avanzando en definir esta “necesidad insatisfecha” más específicamente de acuerdo a lo que ellos definen como métodos anticonceptivos “modernos”. Aunque algunas agencias definen “moderno” de manera diferente, hay muchas que no incluyen los métodos naturales de planificación familiar, los cuales se basan en el monitoreo de la fertilidad y, en muchas ocasiones, en la abstinencia periódica durante los días fértiles de la mujer.
Por tanto, las mujeres que están feliz y exitosamente usando métodos naturales también pueden ser catalogadas dentro de las que tienen la “necesidad insatisfecha” de anticonceptivos.
Al equiparar el deseo de evitar un embarazo con la necesidad de anticonpetivos “modernos”, destaca la Dra. Oas, los activistas de la planificación familiar han dejado de lado los derechos de la mujer, protegidos por derecho internacional, de decidir sus prioridades en cuanto al tamaño de su familia y de usar, o abstenerse de usar, una intervención médica en específico. Además, el uso de muchos anticonceptivos altamente comercializados, particularmente Depo Provera, trae consigo daños a la salud severos y comprobados que muchas mujeres quieren evitar y deberían tener el derecho de rechazar.
Tal como lo indica este artículo, la verdadera “necesidad insatisfecha” dentro de las políticas de planificación familiar es la de mejores medidas y mayor respeto por los derechos y libertades fundamentales de las mujeres.
Oas también advierte a los lectores que las inversiones y la protección a términos como “salud materna” han desaparecido paulatinamente de la agenda que actualmente promueve la ONU.
Ella incluso revela los macabros métodos mediante los cuales algunos grupos de planificación familiar vinculan el progreso en salud materna con el aumento en el uso de anticonceptivos. En resumen, mientras algunas madres mueren al dar a luz junto con sus recién nacidos, todas estas vidas podrían ser teóricamente “salvadas” con anticonceptivos “al evitar su existencia en primer lugar”.