El segundo centenario a recordar, éste en octubre, es el primero de la revolución marxista comunista en Rusia que conmemora el triunfo del Partido Bolchevique y la Revolución de Octubre que acabó con el zarismo y dio lugar a la aparición de la URSS. Las teorías y los escritos de Karl Marx se llevaron por primera vez a la práctica política y Lenin inauguró la primera experiencia de un estado socialista en la historia. Por este motivo, el PCE celebrará durante todo el año 2017 una serie de actos culturales y de acciones conmemorativas del centenario de esta revolución, un proyecto al que le dan el nombre de “Espacio 2017”. La idea es originaria de la federación madrileña del partido, el PCM, y en septiembre se presentará en las fiestas anuales del PCE para que se extienda por otras federaciones. Así lo explica su secretario general, Álvaro Aguilera: “Queremos dar a conocer los logros de la Revolución Rusa, y analizar las vinculaciones y las enseñanzas que podemos sacar de entonces para ahora”.
Bien, en esto de recordar, pero absolutamente todo, no sólo los logros que ellos quieren reivindicar, hablaremos de las cifras de muertos que ha causado el comunismo en el mundo tal como describe muy bien el libro coordinado por Stéphane Courtois[1] que afirma que “el comunismo real […] puso en funcionamiento una represión sistemática, hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, el terror como forma de gobierno». De acuerdo con las estimaciones realizadas, cita un total de muertes que «…se acerca a la cifra de cien millones».
- 20 millones en laURSS,( fusilamiento de rehenes o personas confinadas en prisión sin juicio y asesinato de obreros y campesinos rebeldes entre 1918 y 1922; la hambruna de 1922; la liquidación y deportación de los cosacos del Don en 1920; el uso del sistema de campos de concentración del Gulag en el periodo entre 1918 y 1930; la Gran Purga de 1937-1938; la deportación de los kulaks de 1930 a 1932; la muerte de seis millones de ucranianos (Holomodor) durante la hambruna de 1932-1933; la deportación de personas provenientes de Polonia, Ucrania, los países bálticos, Moldavia y Besarabia entre 1939 y 1941 y luego entre 1944 y 1945; la deportación de los alemanes del Volga en 1941; la deportación y abandono de los tártaros de Crimea en 1943; de los chechenos en 1944 y de los ingusetios en 1944).
- 65 millones en laRepública Popular China y la destrucción de los tibetanos
- 1 millón enVietnam
- 2 millones enCorea del Norte
- 2 millones enCamboya (deportación y exterminio sobre todo durante el régimen de Pol Pot
- 1 millón en los regímenes comunistas de Europa oriental
- 000 enHispanoamérica
- 1,7 millones enÁfrica,
- 1,5 millones enAfganistán
- 38.000 a 85.000 en España (represión en la zona republicana durante la Guerra Civil Española. De ellos, 49 niños solo en Paracuellos del Jarama-Madrid).
La Guerra Fría dividió al mundo en dos. Se trató de un conflicto militar, tecnológico, espacial, pero sobre todo ideológico. Y de poder. Visiones opuestas se plantearon entonces: capitalismo versus socialismo, democracia liberal versus los regímenes comunistas de partido único inspirados en el marxismo-leninismo. Esa fragmentación mundial declinó primero en 1989, con la caída del Muro de Berlín, y en 1991, con la desaparición de la URSS, consecuencia del colapso de la Unión Soviética. Entonces se dijo que la democracia y el capitalismo habían triunfado definitivamente. Un teórico tan prominente como Francis Fukuyama incluso se animó a asegurar que estábamos frente al «fin de la historia».
A más de dos décadas de aquel «fin del conflicto», hoy los teóricos debaten acerca de un eventual retorno de la Guerra Fría por la aggiornada disputa entre Rusia y Estados Unidos. Y el comunismo de extracción marxista-leninista sobrevive en una serie de países, casi todos con importantes déficits democráticos, porque como fuerza opositora ha hecho hasta lo imposible por colarse en la sociedad actual valiéndose de “democráticos métodos” para llegar al poder. Muchos combinan el régimen de Partido Único con una economía de mercado. Algunos olvidan que, prácticamente desde finales de la época de Stalin se fueron estableciendo redes de comercio clandestino, destinado a paliar la rigidez del sistema económico soviético, que generaba penurias en todos los sectores. Estas redes, toleradas, exigidas por el sistema, crecieron a medida que disminuía el terror policiaco, y al crecer adquirieron poder. Formaban parte de estas redes de economía paralela, buena parte de la «nomenclatura» soviética. Cuenta el sociólogo Ilja Zemtsov, (profesor en el Instituto Lenin de Bakú) que en la república soviética de Azerbeidjan, se podía comprar un puesto de presidente de un koljós por menos de cincuenta mil rublos, un examen en la universidad de Bakú, se podía obtener por unos cientos de rublos y así casi todo, al tiempo que se solía fusilar a unos cuantos individuos cada año por robos de la propiedad social. Las redes dependían en parte del aparato del estado y del partido; al descomponerse éstos, se transformaron en mafias libres del estado. El 80% de los dirigentes de las industrias rusas son los antiguos directores de las mismas.
En aquellos primeros años de la revolución, la resistencia de las masas a las transformaciones y los malos resultados económicos condujeron a levantamientos de los obreros, ejemplo: Kronstad donde las protestas de los marineros y obreros del puerto fueron ahogadas en sangre (1921). Durante dieciséis días, se implantó una comuna revolucionaria que se opuso al Gobierno soviético que los propios marinos habían ayudado a crear. Después de encarnizados combates y gran número de bajas, la rebelión fue aplastada, justificada por la necesidad de salvar la revolución, que se encuentra en lucha contra los «blancos». El actual enfrentamiento Iglesias/Errejón, ¿terminará como aquél: bolcheviques aplastando a mencheviques?.
El marxismo funcionaba como una religión, tenía sus herejes, (aquellos que disentían de sus principios) y los que convirtieron en sus mártires como Madre Catherine Abrikosova, Camilla Nikolaevna Kruczelnicka, ambas dominicas, magnífico testimonio cristiano en el gulag, P. Franciszek Budrys, ejecutado con disparos el 16 de diciembre de 1937, junto con otros 180 católicos. Toda una generación de intelectuales fueron asesinados o deportados cuando ya no servían para los fines del dictador El Estado soviético utilizó su ingenio hasta que Stalin ordenó silenciar cualquier veleidad creativa. A partir de ahí, «se segaba a la gente por capas» bajo la cruel sentencia de dos palabras claves, saboteador y contrarrevolucionario. Esta purga, la Gran Purga, cobró la mayor cantidad de víctimas (la gran mayoría de ellas, desconocidas) y fue particularmente violenta contra los escritores, (la «generación de la edad de plata», la de Ajmátova, Tsvetaieva, Mandelshtam, Pasternak, Bulgákov, sufrió acoso y derribo, fueron asesinados o deportados cuando ya no servían a los fines de una cultura socialista), músicos como María Yúdina, científicos y miembros de minorías nacionales. En España tuvimos suficientes casos de horror y barbarie en la masacre, incluidas las torturas y muerte en las checas. Dos ejemplos para ilustrar la extensión de las Purgas y su intención de generar terror: los científicos a cargo de una estación de meteorología fueron enjuiciados y fusilados, acusados de no prever una temporada de sequía. Otro caso casi cómico: un ferrocarrilero, A.A. Belski, fue acusado, juzgado y asesinado por haber sido conductor del tren que Trotski utilizó durante la guerra civil; tiempo después se supo que él solamente había trabajado en un tren que llevaba el nombre de “Trotski”, aunque León Trotsky nunca se había subido a éste.
Se podría considerar una anécdota cómica si no fuera porque hechos similares están ocurriendo actualmente. Tras la muerte de Fidel Castro circuló un vídeo en el que dos presentadores de la televisión cubana se planteaban como deberían empezar el programa puesto que tenían cierto temor a que saludar con un ¡Buenos días! estando Fidel recién fallecido, podría ser interpretado como un síntoma de alegría. Desconozco como resolvieron semejante dilema, pero como muestra del terror de estado que el comunismo sigue causando en la isla, dos ejemplos más: El doctor Eduardo Cardet, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación, se encuentra detenido en paradero desconocido por haber criticado en una entrevista a la emisora Es Radio, el luto impuesto por el gobierno cubano tras el fallecimiento del ex gobernante cubano y el pintor graffitero Danilo Maldonado Machado, conocido como «El Sexto», fue detenido el pasado 25 de diciembre cuando se disponía a soltar a dos cerdos con los nombres de Raúl y Fidel en una plaza de La Habana, en una performance inspirada en «Rebelión en la Granja» de George Orwell pero como todavía no se había realizado la acción, lo justificaron de “prisión preventiva”, es decir, por si acaso se le ocurría molestar.
El tercer proceso se refiere a la purga dentro del ejército. Los nueve principales jefes del ejército fueron ejecutados en un juicio secreto. Al poco tiempo unos 40 000 oficiales de mediano y bajo rango fueron destituidos y unos 5 000 asesinados. Los gulag adquirieron su forma más cruel y represiva durante el mandato de Stalin. La apertura hace pocos años de los archivos del KGB mostró el horror de aquellos crímenes contra la inteligencia cometidos por Lenin y Stalin. La sociedad, la crítica de la actuación de los dirigentes, es castigada duramente con la muerte y el campo de concentración desde los tiempos de Lenin. En la época de Stalin, el 80% de los miembros de la dirección del partido que hizo la revolución en Rusia fueron ejecutados, tras ser declarados contrarrevolucionarios. A partir de ese momento surgen disidencias más duras, que cuestan la vida a cientos de miles de militantes, en la URSS y fuera de ella. El sistema soviético, en la época de Stalin, exporta sus terrorismos, tanto el físico como el intelectual, apoyándose en los partidos comunistas, a los países capitalistas. El terror a hablar de Margarita Nelken, Miquel Serra y tantos otros, se justifica por la persecución y muerte que sufrió el otrora héroe, creador del Ejército Rojo, León Trotsky[2], principal instrumento en la consolidación del régimen soviético y fundamento del nuevo patriotismo sobre el que éste se asentaría.
Al tiempo que organizaban tales masacres, crearon también sus Santos Padres: Marx, Engels, Lenin y Stalin que generaron el dogma, la doctrina. Tenían también un Salvador (laico, naturalmente): el proletariado, y un paraíso: el comunismo. La hipótesis se transformó en dogma, en verdad revelada: «Marx es Dios y Lenin su profeta«, (luego Stalin, naturalmente) que recitaban, in pectore los seguidores de la doctrina, los buenos revolucionarios profesionales quienes en vez de modificar su teoría prefirieron intentar cambiar la sociedad, adecuándola al ideal del dogma. Quizás por ello el marxismo ha revivido y encontrado nuevas vías para ser difundido. No es una cuestión circunstancial de un momento de arrebato. Es una tendencia a largo plazo, un movimiento de largo recorrido.
En España, como en otras partes del mundo, hemos tenido dos elementos que han desencadenado este resurgimiento del socialismo marxista. De una parte está la crisis económica desatada en 2008, que ha azotado a muchísimos españoles y ha requerido unos esfuerzos que muchos nunca habían conocido. Y de otra parte, está que quienes nunca han sido contemporáneos de regímenes políticos en los que se aplicaba el marxismo, creen que la desigualdad económica entre unos y otros es profundamente injusta. Se vuelven a plantear con el mismo rencor, idénticas preguntas a las formuladas en 1936: ¿Por qué ese puede tener una riqueza que yo no tengo? ¿Por qué yo no puedo ser igual que él? Darán la misma respuesta a la que dieron entonces? De momento, parece que pretenden conseguir una igualdad de salarios a la baja, siempre que no se trate de los suyos.
Esto también es, en parte, consecuencia de nuestro lamentable sistema educativo en el que, durante décadas, nadie ha enseñado en los colegios el lado positivo del capitalismo y de la creación de riqueza por la iniciativa privada, a base de esfuerzo y sacrificio individual. Hemos permitido una educación controlada por los socialistas que están empeñados en seguir reivindicando una igualdad perversa, también a la baja, menos para sus hijos a quienes llevan a colegios particulares, elitistas y carísimos. La igualdad de oportunidades es exigible. Todos deben poder tener los mismos derechos de educación básica. Todos deben poder ir a la Universidad si tienen la cabeza necesaria para ello, no sólo si tienen el dinero. Pero la igualdad de oportunidades no implica la equiparación de los frutos del esfuerzo de cada uno. Y vivimos en un tiempo en que la desigualdad se ha convertido en un crimen de lesa humanidad. Se niega la evidencia de que la condición humana nos hace a todos diferentes. Hay una nueva generación entre los 20 y los 35 años que cree que tiene derecho a recibir mucho más sin ameritar nada, a la que no se ha educado en la necesidad de hacer esfuerzos para ganarse el pan cada día. Vuelven a creer en que tienen derecho a una generosa ubre del Estado. Es el nuevo auge del marxismo. La realidad de Venezuela no les impedirá soñar con el paraíso.
Los politólogos modernos generalmente definen al Estado según la propuesta de Max Weber de 1918 en la que éste es una institución de gobierno centralizado y jerárquico que mantiene un monopolio sobre el uso de la violencia legítima. Esa definición es aceptada por casi todas las escuelas de pensamiento político incluyendo el anarquismo. El marxismo tiene una definición del Estado diferente, cualquier Estado es un instrumento de represión de una clase social sobre las demás clases, sin embargo, hay algunos puntos de vista convergentes en la falta de libertad, la represión y el terror.
Bien pues este medio pariente del comunismo que es el anarquismo violento y del cual se ha servido en bastantes ocasiones el primero, avanza en España y ya se ha convertido en una de las principales amenazas para la seguridad ciudadana en un contexto en el que la banda terrorista ETA lleva cinco años sin atentar en territorio español. Anarquistas griegos e italianos, partidarios del terrorismo, han instruido a jóvenes españoles. Los objetivos serían las iglesias, la banca y funcionarios de prisiones. Según Interior, hay 120 grupos dispuestos a todo. En muchos casos han logrado infiltrarse en movimientos sociales, en las marchas mineras, en el 15-M, en las protestas anti privatización, en las dedicadas a cercar el Congreso y, últimamente, en los actos violentos de los okupas y antisistema en Can Vives. Mientras, los que actúan de forma individual, los denominados lobos solitarios, han convertido a las iglesias (catedral de la Almudena, Basílica del Pilar) y a los empresarios en sus principales. Sólo el año pasado fueron detenidos 54 anarquistas, un número tres veces superior al de 2012. Sorprendentemente, los grupos anarquistas casi triplican los de extrema izquierda y duplican los de extrema derecha. Entre los propósitos latentes de los anarquistas podrían estar los responsables de prisiones, a los que tildan de secuestradores y carceleros, escudándose en las palabras del anarquista ruso Mijail Bakunin: «Sólo podremos sentirnos libres mientras no exista un solo preso»[3]. Este objetivo queda reflejado claramente en la web de la Cruz Negra Anarquista Meditérranea-Sur, donde se asegura que su lucha es «por los compañeros libertarios secuestrados por el Estado y el Capital y por la abolición de los centros de exterminio que son las cárceles«.
Dos activistas libertarios griegos, Mario Tursunidis y Kostas Jasanis, que abogan por la radicalización del movimiento anarquista para «hacer frente a la política represiva del Estado«[4], participaron en la organización del Grupo Anarquista Mayo Negro, creado en octubre del año pasado con el objetivo de luchar contra la propiedad privada, el principio de autoridad, el Estado, la política, la religión y “contra todos aquellos poderes que obstaculizan la total emancipación del ser humano”. Su primera acción fue impulsar un acto anticlerical que incluía una «fiesta anti-Cristo». Este resurgimiento, más el de Noviembre Negro, ha permitido afirmar al secretario general de la CNT, Pedro Serna, el crecimiento en el número de afiliaciones a asociaciones y sindicatos anarquistas. Para él, los trabajadores buscan, ahora más que nunca, una herramienta de lucha para acabar con la crisis y la falta de condiciones y derechos, pero que cree que no habrá «otro Mateo Morral», en referencia al anarquista que atentó contra los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia causando la muerte a 25 personas además de cien heridos. Se olvida de la labor que siempre han llevado a cabo los miembros de su grupo al poner en marcha muchas de sus teorías revolucionarias; si bien y como propio del anarquismo, haciéndolo “a su aire”, actitud que, en la España del 36 desató una guerra civil (1936/1937) dentro de la guerra civil española, que permitió al partido comunista acabar con el POUM.
Según Albertí [5], la masacre empezó a gestarse cuando en 1922 se creó el grupo «Solidarios» (Durruti, Ascaso, García Oliver…) del que surgiría la FAI en 1927 y que para 1933 tendría el control total del sindicato CNT. En este año 1933 crean «la Legión Roja», un grupo de acción preparado para aprovechar «los impulsos espontáneos o provocados en el pueblo» y conducirlos no a una República democrática sino a la revolución. Los teóricos de este grupo tenían claro que la revolución se enfrentaba a «la hidra de las tres cabezas»: capital, ejército e Iglesia. De éstas, la más fácil de cortar era la Iglesia: consistía en denigrar y luego matar a gente desarmada, bien localizada, muy repartida. El efecto ideológico era muy rentable: cada parroquia en llamas era un aviso de que una nueva era y una nueva moral habían llegado. ¡La revolución!
¿Estarán utilizando de nuevo a los anarquistas como aquellos famosos “incontrolados” tras los que siempre se refugian cuando se les recuerda las barbaridades que hicieron en aquel periodo? No parece descabellada la pregunta si observamos los disturbios de Barcelona y el tradicional “aggiornamiento” con la Esquerra, a su vez también tradicional servidor y cauce de la masonería. Pero ni eran incontrolados ni eran desorganizados. Había que hacer la Revolución empezando por la eliminación visible de la Iglesia. Buscaban personas concretas y tenían listas de nombres. Para conseguirlo formaron unos 200 comités de milicias y patrullas de control en Cataluña y establecieron temibles centros de detención y tortura.
Señaló el secretario general del Partido Comunista de España (PCE) que “La Revolución no la hizo el Partido bolchevique, la organizó. Fue un partido organizado para la gente, no para sí mismo, que tejió políticas de alianzas y tuvo en los soviets sus instrumentos de poder popular«. «El capitalismo es fuerte en la medida en que no cuenta con una alternativa. Mientras exista el comunismo el capitalismo no estará tranquilo y querrá situarnos en el lado oscuro de la historia», dijo Centella. «El ideal es bonito, -en referencia al fin del capitalismo- pero el objetivo es que el ideal sea realizable», concluyó Centella.
En busca de ese ideal trabaja la coordinadora “Espacio 2017” quienes ya tienen un manifiesto en el que aseguran que “De nuevo, un espectro recorre el mundo, pero esta vez se trata del espectro de un capitalismo en crisis permanente que solamente anuncia desempleo, miseria, guerra y destrucción del planeta”. “Un mundo al que el comunismo hoy debe aportar los valores de los Derechos Humanos, que son los que los comunistas defendemos; un mundo en el que la mayoría social sea la que decida su futuro y elabore sus leyes económicas y políticas y que no las dicten un grupo de oligarcas”, prosigue sin ningún rubor. No habla del respeto a la libertad, aquella cuya falta obligaba a los rusos a hablar en susurros por miedo a ser escuchados y luego denunciados, porque en esa defensa de los derechos humanos, la libertad solo se respetaba si coincidía con lo que imponían los líderes. En la URSS nadie respiraba sin permiso de Lenin y luego de Stalin, los oligarcas del momento. …Es esta “benéfica” actuación del tándem Lenin-Stalin, conocida como “terror rojo” lo que quieren celebrar? ¿Quieren volver a repetir la actuación de las checas, los asesinatos de El Arahal (Sevilla), donde anticipándose a la llegada de las fuerzas nacionales liberadoras, los milicianos inundaron de gasolina la prisión y la incendiaron? Todos menos uno perecieron abrasados vivos. Continúa la masacre con los marinos de Cartagena arrojados al mar, los fusilamientos masivos de las prisiones de Úbeda, Ciudad Real, Toledo, Almería, Lérida, Málaga, San Sebastián y el fuerte de Guadalupe, Castellón, Ibiza, Fuenteovejuna, Albacete, Consuegra, Cebreros, Ocaña, Monasterio de Cóbreces, Guadalajara, Bilbao (prisiones de «Ángeles Custodios», «Larrinaga», «La Galera» y «Carmelo») y Martos.
Y en los barcos-prisión «Río Segre», de Tarragona; «Isia de Menorca», de Castellón; «Astoy Mendi», de Almería; «Cabo Quilates» y «Altuna Mendi», de Bilbao; «Atlante», de Mahón, y «Alfonso Pérez», de Santander; en los trenes de la muerte en el Pozo del tío Raimundo (Vallecas) así como en los terroríficos pozos de Tahal y de La Lagarta en Almería, y los de Carrión de Calatrava y Herencia y tantos sitios más.
Se ve que esto no lo conoce ni, al parecer, lo quiere conocer el señor Aguilera, secretario general del PCM
[1] El libro negro del comunismo: crímenes, terror y represión(1997) es un libro escrito por profesores universitarios e investigadores europeos y editado por Stéphane Courtois, director de investigaciones del Centre National de la Recherche scientifique (CNRS), organización pública de investigación de Francia Los datos que expone sobre China, Corea del Norte y Cuba, aunque los gobiernos no facilitan datos fiables, están contrastados por las últimas investigaciones a la apertura de los archivos de Moscú. China es comunista desde 1949. Cuba desde 1961. Laos desde 1975. Vietnam del Norte desde 1945. O desde 1976 si se tiene en cuenta su reunificación con Vietnam del Sur. Corea del Norte, si bien reniega del marxismo, es vista como un Estado socialista..
[2] Presidió el Comité Militar Revolucionario bolchevique, desde el cual guió con éxito la Revolución. Fue comisario de Relaciones Exteriores en el gobierno soviético que se constituyó a continuación y negoció la paz por separado con Alemania en Brest-Litovsk, que supuso el abandono ruso de la I Guerra Mundial. El abandono de Lenin por su apoplegía sufrida, llevó a la troika compuesta por Grígori Zinóviev, Liev Kámenev y Stalin a hacerse con el poder. Sus adversarios políticos le destituyeron de su cargo de comisario de Guerra en 1925 y le expulsaron del Politburó en 1926; Stalin le envió al exilio a Asia central en 1928 y fue desterrado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1929. La muerte en dudosas circunstancias de su hijo León en 1938 le destrozó. Se exilió primero en Turquía y luego en Francia y Noruega, y finalmente en México invitado por el general Lázaro Cárdenas, presidente del país, en 1937, pero en todas partes sufría intentos de asesinato. Un grupo nazi asaltó su casa en Noruega; pistoleros comunistas mandados por el pintor Siqueiros ametrallaron su residencia en México, hasta que Ramón Mercader, que había logrado infiltrarse en la casa como amigo de una de las secretarias, lo atacó el 20 de agosto de 1940 con un piolet, que hundió en su cabeza. Murió por la misma acusación que los otros miembros de la troika, Zinoviev y Kamenev, por oposición a Stalin.
[3] Por cierto, que coincide con una “alcaldada” de la Señora Carmena en declaración de no hace mucho tiempo.
[4] Deben referirse a esa “política represiva” que permite se agreda impunemente contra lo más sagrado de la religión católica, incluido el fiscal que no considera delito atentar contra Hostias consagradas.
[5] Filólogo e investigador de Historia y Literatura catalán que se define catalanista y creyente, ha publicado una crónica analítica de los primeros meses de la Guerra Civil en Cataluña, centrándose en la persecución contra los católicos. Se titula «El silenci de les campanes, la persecució religiosa durant la guerra civil». Sitúa detrás de estas persecuciones a la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y a la FAI (Federación Anarquista Ibérica) en su idea de modernidad, asociada a un republicanismo «empapado de postulados anticlericales». . Otros grupos de la izquierda fueron cómplices en distinta medida –especialmente entusiastas los comunistas-, o bien se inhibieron con omisiones culpables.