Desde la Asociación Europea de Ciudadanos contra la Corrupción, asociación aconfesional sin vínculo ni ideario alguno vinculado a la Iglesia Católica, ni a ninguna otra religión que lucha contra la Corrupción de Instituciones y sus redes clientelares, nos pronunciamos de la siguiente manera:
Respecto del ataque al que se ha sometido a la campaña de Hazte Oír sobre los órganos genitales de los menores, denunciamos la incomprensible ignorancia o mala fe de instituciones públicas y redes clientelares financiadas por éstas (organizaciones de gays y lesbianas), con el notable perjuicio que dicha ignorancia y el enfoque que estas organizaciones han dado a la campaña de Hazte Oir, puede generar en los menores transexuales. Genitalidad, sexualidad, y género percibido (conforme a la ley Cifuentes) son cosas distintas como estas organizaciones debieran saber.
Que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva es un hecho científicamente incontestable. Que niños con pene se autoperciban como niñas, responde a una realidad minoritaria, respetable y protegible desde las instituciones públicas, que nada tiene que ver con la transexualidad. Lo mismo ocurre con las niñas que se autoperciben como niños.
La genitalidad, como elemento biológico susceptible de ser modificado o suprimido, se da entre adultos y se muestra prácticamente inexistente hoy por hoy entre menores. No se conoce ningún caso quirúrgico en el que niños hayan modificado su estructura genital por vía de la cirugía por efecto de la identidad de género y tampoco se conoce en niñas, salvo los casos que se producen ante dualidad genital en el momento del nacimiento, al menos en España.
Se puede ser transexual, sin llegar a la cirugía, por lo que manteniendo la genitalidad biológica se puede modificar el sexo en el Registro Civil.
Por ello, este ataque de instituciones públicas y asociaciones subvencionadas, a quien verdaderamente perjudica, es a los menores transexuales que siguen manteniendo su pene o su vulva, es decir a la práctica totalidad de los casos. Esta campaña por parte de estos grupos, pudiera estar creando una terrible confusión en estos menores, que manteniendo sus órganos genitales conforme a su realidad biológica, no pudieran ser considerados transexuales, en tanto en cuando no pasaran por la cirugía.