Han llegado al Ayuntamiento como elefantes en cacharrería. No es de extrañar viendo la procedencia de los ediles, pero habiendo sido juez la señora alcaldesa, no podíamos presumir que se produjeran tantas y tan caras estupideces y abusos de poder.
Por ejemplo, ha gastado en publicidad 122 millones € y solo uno de cada cinco contratos de propaganda se adjudicó por concurso público, según un informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas; mantiene 81 altos cargos y gasta más de tres millones en asesores; gasta hasta 600.000 euros para que los ciudadanos elijan el proyecto de remodelación de la Plaza España, para luego ignorar sus respuestas.
En un determinado momento, el Consistorio anunció que bajaría el IBI a 22 barrios madrileños. En Madrid hay 128 barrios. En consecuencia, los 106 barrios restantes serán discriminados por la alcaldesa y privados de los beneficios de esta rebaja fiscal[1] En un cúmulo de casualidades, sin duda, los 22 barrios a los que se les bajará el IBI son aquellos en los que Podemos obtiene sus mejores resultados electorales. Prometieron nueva política y trajeron caciquismo decimonónico. Y encima no dan solución a problemas básicos para los ciudadanos.
Una de las “carmenadas” es asegurar que la prohibición de circular los coches por la Gran Vía y el Paseo del Prado era para que en Madrid se pudiera volver a apreciar los “maravillosos cielos velazqueños”, cosa de todo punto imposible porque llevan años sin arreglar aceras ni calzadas, ni siquiera las calles peatonales del centro turístico y comercial, de modo que el público en vez de alzar la vista para admirar esos cielos, tiene que bajarla al suelo para no caer en alguna de las innumerables grietas o baches que las adornan.
En el haber de este Ayuntamiento carmenita, siempre recordaremos algunas de sus agudezas creativas como poner a las madres de los alumnos a limpiar los colegios, premiar a los universitarios por recoger “el botellón”, repartir ceniceros a los deportistas (que es sabido que no deben fumar), hacer una web para desmentir las noticias que la dejan mal o ser la reina del nepotismo nada más tomar posesión del cargo.
No han escatimado esfuerzos, ni tampoco dinero para revelar sin asomo de pudor su adoctrinamiento en materia cultural y para que no quede ni sombra de tradición de lo que fuimos.
Lo primero fue tener que cambiar, nada más formar gobierno, a su flamante concejal de Cultura, Guillermo Zapata, por sus elocuentes tuits faltos de respeto sobre los judíos, víctimas de ETA o las niñas de Alcácer. Para solucionarlo nombró a Celia Mayer conocida por su activismo okupa en el Patio Maravillas. Y con este nombramiento comenzó el delirio. La primera acción relevante de la flamante concejal de Cultura de la capital de España fue sustituir la Navidad de toda la vida por algo llamado “la feria de las culturas”, un engendro delirante, con un coste y un procedimiento administrativo digno de capítulo aparte, cuyo mayor logro y por lo que será recordada, fue el de vestir a los Reyes Magos como si hubieran salido de un capítulo de Pepa Pig. Después vino el rosario de desatinos con la aplicación apremiante, disparatada e irreflexiva del Plan de Memoria Histórica, pretendiendo eliminar del callejero madrileño, a aquellos no afines por muy ilustres que hubieran sido. Así pretenden cambiar las dedicadas a Concha Espina, Santiago Bernabéu, Manolete o Juan Pujol, (el espía) con absoluto desconocimiento de la Historia pero con gran rencor e interés sectario.
Lo cierto es que tuvo que rectificar y la Cátedra Complutense de Memoria Histórica del siglo XX renunció a asesorar al Ayuntamiento sin explicar la resolución de esta colaboración que, por cierto, se realizó a dedo por contrato menor, de esos de “por los pelos”, por importe de 17.999 euros. Un euro más y hubieran tenido que sacarlo a concurso público. Un truco para favorecer a amiguetes.
Para seguir aplicando su particular visión de la Historia, Carmena aplicó la Ley de Patrimonio Histórico con exceso de fervor justiciero y arrancó de cuajo la placa que conmemora en el cementerio de Carabanchel a ocho jóvenes de entre 18 y 23 años que fueron detenidos, denigrados y finalmente asesinados durante su apreciada II República por sus antepasados izquierdistas. Amparados en la malhadada ley zapaterina pretenden retirar todo aquello que recuerde las barbaridades que hicieron para que, de ese modo, las generaciones posteriores se crean las mentiras con que envuelven los hechos. Y continuando en esta línea, también derribó el monolito al alférez provisional que está junto al Casón del Buen Retiro y que forma parte de un conjunto declarado Bien de Interés Cultural. Por ello, Patrimonio Histórico abrió una investigación y el ayuntamiento no ha tenido más remedio que reponer todo en su sitio. ¿Estos destrozan y los madrileños pagamos y callamos? La ignorancia y el ridículo no exime el pago por el delito de atentar contra el Patrimonio de todos. Claro que viendo como edificios que son de la ciudad los regala a colectivos sociales, edificios que luego destrozan y quedan ruinosos, nos da idea de lo que para esta señora significa proteger el patrimonio.
Recordemos también otra actuación “gloriosa” con los títeres del Carnaval que hizo correr tanta tinta. Se suponía que iban dirigidos a niños pero el espectáculo trataba de monjas violadas, jueces asesinados y pancartas proetarras además de otras lindezas. Mayer era la concejal de cultura, pero Carmena es la responsable absoluta.
Entre las “ideicas” con que nos deleitan, destacan las actuaciones clave que pretende adoptar en 2016/2017:
. Acupuntura urbana, que consiste en 1º) «crear grandes zonas forestales que actúan como sumideros de carbono y regulación climática», 2º) « intervención en edificios e infraestructuras (‘acupuntura urbana’) a través de soluciones basadas en la naturaleza como cubiertas y fachadas vegetales, creación de microclimas, pavimentos permeables, acciones de revegetación en solares..etc. (Pero no concreta quien correrá con los gastos de instalación y mantenimiento), y 3º) Plataformas de movilidad cero emisiones (pero no hay instalaciones al efecto). De las tres, la más disparatada es la que llama acupuntura urbana.
Uno de los últimos enredos culturales en los que también se ha visto envuelta ha sido la contratación por un millón de euros, más la cesión de IFEMA, para la celebración de la entrega de los premios del cine indio, más conocidos como Bollywood, organizado por una empresa privada y no por la Academia del Cine Indio como dijeron. En contraposición a esta postura, esta pandilla decidió NO formar parte de la Comisión Nacional creada para el IV Centenario de la muerte de Cervantes. Dijeron que para eso ya está Alcalá de Henares. Para estos ilustres, Cervantes es menos importante que el Bollywood que nadie conoce.
Los padres madrileños ven indignados que su labor de prohibir a sus hijos de que recojan cosas del suelo y mucho menos colillas, se va al garete, ante la sugerencia de la corregidora de organizar un concurso para niños para “ver quién recoge más colillas o papeles y darle un premio al ganador”. ¿Para que pagamos los servicios de limpieza? ¿Se le ha ocurrido pensar la de enfermedades que pueden pillar esos niños?
Tenemos suficientes muestras del anticlericalismo feroz que practican y que quizás por ello no participan institucionalmente en ninguna celebración cristiana escudados en la separación Iglesia-Estado, pero si así fuera, deberían actuar igual con todas las manifestaciones religiosas. Sin embargo, tres concejales de Ahora Madrid han promocionado el Ramadán, y la alcaldesa destinó para la celebración del mismo 150.000€, mientras que solo dedicaron 25.000 euros a la Semana Santa y no hubo representación institucional en ningún acto
Y como se van superando día a día, lo mejor son sus dos últimas ocurrencias que ya las están poniendo en práctica. Una la del despatarre. No se rían porque van en serio. De momento, van a colgar carteles en los medios de transporte, metro, autobús, etc. para llamar la atención a los hombres que se sientan con las piernas abiertas. Es decir, el hombre “despatarrao”. Luego vendrán las multas que ya se sabe que es un lucrativo negocio. En cierto modo tienen un punto de razón porque hay hombres que utilizan, por lo menos, asiento y medio, pero este ayuntamiento dominado por el feminismo atroz que nos invade, lo enfoca mal. Su sectarismo les lleva a ponerse en contra del varón cuando la cuestión está en primer lugar en la educación, y luego en la talla, pero no tanto en el sexo. Hay mujeres que si bien no suelen despatarrarse, algunas se desparraman y también resultan molestas al ocupar más espacio del que les corresponde, exactamente igual que los hombres que se sientan con las piernas exageradamente abiertas. Así que si van por la igualdad, yo pido que añadan un cartel llamando la atención a los XXL, ya sean hombres o mujeres.¡¡Carteles paritarios ya!!
Y, la última tontería, de momento. Instalan a mayor gloria y alabanza de los LGTBI, nuevos semáforos, por los cuales Madrid pasa a tener el honor de ser la primera capital de España en disponer semáforos paritarios (pareja hombre y mujer), inclusivos (pareja de hombre y hombre, o de mujer y mujer) e igualitarios (según dicen lleva una mujer, −y espero que habrá otros con un hombre, aunque su feminismo les lleva a no nombrarlo siquiera). Estos que se creen que han inventado la modernidad vuelven a los estereotipos de toda la vida: los hombres con pantalones y pelo corto y las mujeres con faldita y coleta; sólo les falta pintar con ropita azul a los varones y rosa a las féminas, pero como la verdad es la verdad, les diré algo aunque me imagino que por ello me llamarán facha: LOS MEJORES SEMÁFOROS, LOS DE FRANCO.
Porque lo cierto es que fueron los semáforos menos discriminadores y más abiertos y acogedores a todas las tendencias. Si, si, como lo oyen. Además eran sencillísimos: Tres letreros en horizontal situados uno encima del otro: En el de arriba, en rojo, se leía: ESPEREN. En el del medio, en amarillo: PEATONES. En el de abajo, en verde: PASEN. Facilito. ¿Que se encendía el de arriba, en rojo? Pues eso, ESPEREN PEATONES. ¿Que se apagaba el rojo, y se encendía el verde de abajo? Estaba clarito: PEATONES PASEN. Todo el mundo lo entendía y a nadie se discriminaba, porque en el concepto de peatón entraban niños, jóvenes, adultos y ancianos, hombres y mujeres, señores, señoras y LGTBI, o posibles candidatos a serlo. A nadie se discriminaba.
Y ahora van, y para ser modernos, nos montan unos semáforos, cuyo presupuesto es de 21.747 euros y que serán permanentes una vez que acaben las fiestas gay, (por cierto, cuando vamos a reivindicar nuestro día, los heterosexuales?). Y todo ello para decirnos que los hombres con pantalones y pelo corto, y las mujeres con falda y coleta. Ni que decir tiene, al final moderno, moderno, mucho más lo de Franco y mucho más igualitario y barato.
Es triste que con los serios problemas que nos agobian, estos seres del Ayuntamiento de la capital de España se dediquen a estas muy caras tonterías- ¡¡¡Que nos quedará por ver en los veinticuatro meses que les quedan!!!.
[1] Nuria Platón: Ña Razón, 18-10-2016