La Casa Real ha enviado un mensaje de apoyo a todas las instituciones que han participado en esas manifestaciones del llamado ORGULLO GAY. Ya nada nos asombra, porque la bandera de los maricas (gays en inglés) está en todas partes, y también la hemos visto sobre el escaparate de la Biblioteca Franciscana. El poder de estas flores de invernadero sin ventilar es enorme y nadie se quiere quedar fuera. Hemos visto a la poderosa Cristina Almeida mover sus buenos kilos en el ambiente gay-marica, pidiendo que se obligue a la Conferencia Episcopal a sancionar a un sacerdote por decir algo que a ella le ha disgustado.
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