Recientemente he vuelto a visitar con mi familia la bella ciudad castellana de Burgos. Evidentemente en Burgos hay cuatro o cinco citas obligadas, a saber: su bella catedral gótica, la iglesia de Santa Águeda (o Santa Gadea) en la que el Cid hizo jurar a su legítimo rey que no había intervenido en la muerte de su hermano, la bella Cartuja de Miraflores con sus regios sepulcros, las bellas calles burgalesas que se dejan pasear mil veces, y el Monasterio de las Huelgas, rico panteón de los reyes castellanos.
Precisamente en este último monumento, que recuerdo haber visitado hace muchos años con mi querido padre (D. E. P.), figuraba en uno de sus muros una placa en recuerdo a la celebración del primer congreso del Consejo Nacional de Falange Española Tradicionalista (FET) y de las JONS que se reunió por primera vez en diciembre de 1937 en el Monasterio de las Huelgas de Burgos.
Ahora una absurda Ley de Memoria Histórica impide recordar que para bien o para mal el primer Congreso Nacional de FET y de las JONS (congresos con profundo significado político durante más de cuarenta años de la historia de España) tuvo como escenario el bello Monasterio de las Huelgas, por lo que dicha placa conmemorativa ha sido retirada.
Para que nuestros lectores (que no son desmemoriados) tengan presente este hecho histórico acompañamos la reproducción de dicha placa en cuyo texto podía leerse:
«Caminante: en la Sala Capitular de este monasterio, el dos de diciembre de 1937, II Año Triunfal celebróse el primer congreso nacional de FET y de las JONS, jurando ante Dios y sus Santos Evangelios el Jefe del Estado exmo. sr. d. Francisco Franco y consejeros dar su servicio y vida en holocausto de una España imperial, grande y libre”