En el Día Mundial del Docente y ante la actual negociación por parte de los grupos políticos con representación parlamentaria para alcanzar un pacto educativo, el Centro Jurídico Tomás Moro se ve en la necesidad de recordar a la comunidad política que la educación es ante todo competencia de los padres y no competencia estatal.
Es notorio que muchos de los problemas por los que está atravesando la sociedad española (conflictividad social, exacerbación nacionalista, desempleo, individualismo, crisis moral y de valores …) encuentran su raíz en un deficiente y errático sistema educativo que ha sufrido continuas y frustradas reformas (LOECE de 1980, LODE de 1985, LOGSE de 1990, LOPEG de 1995, LOCE de 2002, LOE de 2006, y LOMCE de 2013) incapaces de fomentar en los alumnos las competencias humanas y técnicas necesarias para un libre desarrollo integral de nuestros menores.
El Centro Jurídico Tomás Moro considera que muchos de los errores educativos vienen determinados por la profunda politización e ideologización de la educación en los últimos 40 años. Efectivamente todas las leyes educativas dictadas desde 1980 han olvidado que la educación es un derecho natural de los padres, y no un derecho del Estado o de las Comunidades Autónomas, consagrado en nuestra Constitución (artículo 27).
Por ello sólo será posible un pacto educativo fructífero y permanente si la libertad educativa de los padres y de los centros educativos se convierta en la piedra angular del sistema.
Cada día resulta más evidente a la sociedad española que el fallo fundamental de la educación ha sido dejar la misma en manos de organizaciones políticas, que han convertido a los padres y alumnos en rehenes de ideologías no compartidas por la mayoría de la sociedad (nacionalismo, ideología de género, ideología LGTBi, ideologías revisionista de nuestra historia…), por lo que es necesario devolver la educación a sus naturales agentes (padres, alumnos, centros y docentes).
Es inconcebible que actualmente no se respete el derecho de los padres para elegir la lengua en la que sus hijos han de ser educados, no se respete el derecho de los padres para determinar la formación religiosa o laica de sus hijos, y no se respete el inalienable derecho de los padres a escoger con plena libertad el centro educativo más adaptados a sus necesidades y preferencias.
Por todo ello desde el Centro Jurídico Tomás Moro abogan por el cumplimiento en el futuro pacto educativo de los siguientes principios:
– La libertad absoluta de los padres para elegir el tipo de formación moral de sus hijos (laica o religiosa) y la libertad de los padres para seleccionar los contenidos de las materias impartidas evitando en el currículo escolar todas aquellas materias y contenidos de alto contenido ideológico (ideología de género, imposición LGTBi, contenidos nacionalistas o xenófobos …)
– El reconocimiento explícito de los padres, alumnos, profesores y centros escolares como los únicos sujetos activos en el mundo educativo, apartando a los partidos políticos y sindicatos del mundo docente.
– Consagración de la libertad absoluta de elección del centro, siendo necesaria la coexistencia de centro públicos, privados y concertados, dado que la importancia de la educación obliga a evitar la existencia de monopolios educativos (sean monopolios estatales, de organizaciones o de empresas).
– Mejora en la formación del profesorado y mayor inversión económica en los centros públicos y concertados.
– Implantación de pruebas objetivas y uniformes en todo el territorio español con el objeto de comprobar el nivel educativo y facilitar la detección de problemas.
– Elaboración de calendarios escolares que permitan la conciliación familiar, instaurándose el inicio de los calendarios escolares en el primer día hábil de septiembre y el fin de los mismo en el último día hábil del mes de julio, evitando que los centros escolares (de titularidad pública o privada) hagan puentes aprovechando los días festivos.
– Unificación de criterios docentes entre las diferentes Comunidades Autónomas para facilitar la movilidad geográfica de los alumnos.
– La implantación de un currículo básico elemental con el objeto de reforzar las tres principales misiones de la educación: aprender, reflexionar y la adquisición de una cultura básica elemental, evitándose la dispersión curricular y la creación de asignaturas sin contenido real.
– Evitar la separación traumática de la educación primaria y secundaria fomentando la integración entre los colegios y los institutos (integración física y docente).
El Centro Jurídico Tomás Moro considera que en materia educativa es necesario trabajar para lograr un pacto social en lugar de un pacto político bajo el único lema de “libertad para elegir, libertad para enseñar, libertad para aprender, libertad para pensar”, siendo necesario la menor intromisión posible de los poderes públicos en materia educativo cumpliéndose el principio elemental en las sociedades libres de “más sociedad, menos estado”.