El presidente francés, Emmanuel Macron, ha firmado oficialmente una nueva ley antiterrorista que confiere amplios poderes a los prefectos, la policía y las fuerzas de seguridad, sin necesidad de autorización judicial, para efectuar registros en domicilios, practicar arrestos domiciliarios y cerrar lugares de culto. La medida también autoriza a la policía a llevar a cabo controles de identidad en las fronteras francesas.
La nueva ley, aprobada por el Senado francés el 18 de octubre, convierte en permanentes muchas de las medidas excepcionales que antes sólo se aplicaban en un estado de emergencia de dos años, introducidas tras los atentados yihadistas de París en noviembre de 2015. Ese estado de emergencia iba a expirar el 1 de noviembre.
En el acto solemne de la firma en el Palacio del Elíseo el 30 de octubre, Macron dijo que la medida acordada logra un equilibrio entre la seguridad y el respeto por las libertades civiles. Los más críticos reponen que la nueva ley no es suficientemente dura, mientras que las organizaciones de defensa de los derechos humanos se quejan de que pondrá a Francia en un estado de emergencia permanente.