Para mi fue un día nefasto la entrada de España en la OTAN, el 30 de Mayo de 1982.
Se ha puesto a nuestro ejército al servicio de las políticas de esa organización, es decir, del mundo anglosajón y a su vez de la plutocracia. Le han convertido, desgraciadamente, en una especie de ejército mercenario.
Pero nuestro glorioso ejército debe estar para servir a las políticas puramente españolas no las de otros países y, mucho menos, las de los poderes plutocráticos.
Encima, nuestros gobiernos envían tropas al exterior cuando peligra hasta la unidad nacional. El artículo 8º de la Constitución lo dice claramente »defender su integridad territorial».
La política española es la marcada por sus antepasados. Península Ibérica, América, Norte de África (no olvidemos Guinea Ecuatorial), sin descartar el Pacífico (Filipinas). Y Europa, mirarla como de soslayo. Nuestra política exterior se resume en estar allí donde la extraordinaria cultura española dejó su impronta.
El mundo de España está junto con nuestros antiguos territorios hermanos, no al servicio de las políticas anglosajonas, enemigo ancestral de todo lo hispánico. Un mundo, que en general, nunca ha entendido el concepto de hispanidad, ni ha querido tampoco nunca entenderlo.
Siempre digo lo mismo, debemos formar un bloque, una »mancomunidad» con esos territorios hermanos, colaboremos todos juntos para que nuestro peso a nivel mundial sea un peso a tener en cuenta de nuevo.