Por desgracia el justo avance en la erradicación de la violencia frente a la mujer ha traída un nefasto efecto colateral: la triple victimización de la violencia ejercitada frente a los hombres.
Efectivamente, el maltrato masculino supone una triple victimización para el varón que lo sufre.
La primera victimización es negar al varón su condición de víctima. Dado que la mujer (para los defensores de la ideología de género) constituye el mal llamado sexo débil, para algunos parece imposible reconocer al varón como víctima en todos aquellos casos en que una mujer le maltrata o le veja.
La segunda victimización es la jurídica. Nuestro ordenamiento ha introducido mediante un tortuoso cauce los delitos de autor. El sexo del autor condiciona la pena; así la violencia cometida por una mujer será considera violencia doméstica (y su pena será menos severa), y el mismo hecho cometido por un hombre será considerado violencia de género (y castigado de forma más gravosa).
La tercera victimización es la social. El hombre maltratado se encuentra abandonado. Ni las instituciones le apararán, ni los medios de comunicación mostrarán interés por su situación, ni su entorno social le prestará ayuda, pues nuestra sociedad se niega a constatar un realidad cada día más frecuente: la existencia de hombres maltratados, la existencia de hombres víctimas inocentes de la violencia de las mujeres, y víctimas de un sistema legal que no protege suficientemente a los varones.
El vídeo editado por la Asociación Europea de Abogados de Familia se puede consultar y compartir desde su canal youtube en la siguiente dirección: