Proscritos y delincuentes, pero también valerosos héroes. Los soldados de la Legión Extranjera Francesa han pasado a la historia por sus actuaciones en México o Vietnam. Pero antes de ganarse a sangre y fuego sus galones fuera de Europa, los integrantes de este cuerpo combatieron también en España contra los boinas rojas de Carlos María Isidro. Hijos huérfanos de «la France» (la unidad fue instaurada después de que se prohibiera a aquellos que no fueran galos permanecer en el ejército nacional) en la Península demostraron su valía durante la Primera Guerra Carlista bajo la denominación oficial de Legión Auxiliar Francesa. Su bautismo de fuego más reconocido se sucedió en el castillo de Guimerá (en 1835) donde, además de su resolución, demostraron su crueldad fusilando (según varios historiadores) a una treintena de enemigos … leer el resto del artículo en el diario ABC, pulsar aquí.
