Uno de los aspectos destacados de informe anual de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada es el valor de la del ofrecimiento de intenciones de Eucaristías como una forma de apoyar a las comunidades perseguidas tanto en su aspecto material como – lo más importante – en su dimensión espiritual.
Según la Fundación, se asignaron casi 20 millones de euros a financiar los estipendios de intenciones de Eucaristías, lo que supone cerca de un millón y medio de Misas celebradas en territorios de persecución. Según el informe, además de ser una ayuda económica, este apoyo es sobre todo espiritual, desarrollando la comunión de la iglesia y contribuyendo a la vitalidad de las comunidades católicas locales.
La Iglesia Católica nunca se lucra de la celebración de los sacramentos, los cuales son un don gratuito de Dios, pero los aportes de los fieles para el Santo Sacrificio contribuye notablemente al apoyo de parroquias y Diócesis que en algunas ocasiones, como las de los cristianos de Medio Oriente, padecen graves dificultades.
Para el caso de los católicos de Medio Oriente, las ayudas de fieles de todo el mundo permite la reconstrucción de templos, conventos, centros parroquiales, escuelas e incluso hogares de las comunidades cristianas. La reconstrucción material de los lugares de culto y de apostolado permiten que la dimensión espiritual de las comunidades pueda ser fomentada de nuevo, obteniéndose de esta manera un beneficio espiritual a través de una labor material. Los fondos recaudados también permiten apoyar la formación de nuevos sacerdotes y la evangelización en lugares de misión, permitiendo a las comunidades de estos lugares acceder a medios de transporte y otro tipo de plataformas materiales que potencian la labor apostólica, informó la Fundación.