Se hace necesaria una pequeña introducción a esta noticia: El Tercio de Requetés de Montserrat, carlista y no franquista, mal que le pese al fondo de reptiles.
Últimamente la prensa liberal y los columnistas y opinadores de ocasión reiteran sin parar la falacia de los supuestos orígenes carlistas de los nacionalismos regionales en España, especialmente del catalán y del vasco (en realidad, anticatalán y antivasco, y por supuesto antinavarro). Por su parte, los propios nacionalistas parecen haber abandonado sus intentos de apropiación y reinterpretación del carlismo del siglo XIX y han retornado a su anticarlismo primigenio. Al fin y al cabo, esos nacionalismos regionales son hijos del mismo liberalismo revolucionario y del mismo romanticismo que el falso nacionalismo español, hoy degenerado en europeísmo constitucional.
Esa falacia que intenta conectar los separatismos con unos supuestos antecedentes carlistas de los mismos es fácil de refutar y ridiculizar. Consúltense, por ejemplo, las publicaciones de los últimos años en FARO y en Carlismo.es).
Ejemplo de este reverdecer del anticarlismo de los separatistas son las publicaciones de éstos, en especial las del entorno radical, marxista y filoetarra. Pero, claro, este entorno tenía viejos lazos con EKA (el falso Partido Carlista de la Transición, hoy casi extinto) y ni esos lazos se pierden de la noche a la mañana, ni deja de resultar útil agitar de vez en cuando ese falso carlismo para intentar mantener la confusión. Así, los filoetarras Diario de Noticias de Navarra y Naiz intercalan, entre los desquiciados alegatos anticarlistas del «Ateneo Basilio Lacort» y las repetitivas calumnias contra el carlismo navarro del siglo XX por boca o teclado de paniaguados de la «memoria histórica», otros del entorno «ekarra» que a veces amagan alguna defensa parcial del carlismo histórico.
En este último género de artículos podemos englobar –no sin reparos, pues es bastante mejor que el resto de ellos– el que firma hoy jueves en Naiz Josep Miralles Climent, «Requetés antifranquistas en Montserrat«. Ante la pretensión, iniciada en Cataluña por los socialistas proseparatistas del PSC-Units (PSOE) de destruir la cripta-mausoleo del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, en el santuario de su patrona, y de la que ya ha informado FARO, escribe Miralles (corregimos la ortografía, y alguna otra cosa):
El pasado 19 de agosto el historiador y benedictino Hilari Raguer escribió en La Vanguardia un importante artículo titulado «Requetés en Montserrat», con el que me identifico completamente.
Efectivamente la pretensión de retirar el monumento al Tercio de Requetés de Montserrat por considerarlo franquista es una barbaridad, y no se puede asimilar con el Valle de los Caídos, tal como han pretendido últimamente algunos comentaristas a propósito de una propuesta del PSC en el Parlamento catalán.
Hilari Raguer menciona que en el catalán Tercio de Montserrat se inscribieron fejocistas (de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña) que huyendo de la represión pasaron a Francia y después en el País Vasco donde se formó este Tercio por carlistas exiliados de Cataluña. Dice también que Franco los utilizó como carne de cañón en Codo y en la Batalla del Ebro. Termina recordando que las autoridades eclesiásticas prohibieron la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña.
Pues bien, para redondear su argumento le faltó la información más importante: que los «Boinas Rojas» de los Tercios de Requetés en particular, y sus fundadores carlistas en general –también los fejocistas–, eran antifranquistas y consecuentemente fueron perseguidos por el régimen dictatorial, tal como se demuestra en mi reciente investigación, publicada con el título: La rebeldía carlista. Memoria de una represión silenciada. Enfrentamientos, marginaciones y persecución durante la primera mitad del régimen franquista (1936-1955), y que abarca la represión al carlismo en toda España.
En cuanto a Cataluña voy a indicar a continuación algunas muestras documentadas de la persecución a la que estuvo sometido el carlismo:
En 1938, el diario carlista El Correo Catalán es obligado a cambiar de director.
En 1939, el General Álvarez Arenas expulsa de Barcelona al jefe carlista Mauricio de Sivatte y manda clausurar los círculos carlistas que habían abierto; los carlistas Busquets, de Barcelona, y Sagrañes, de Reus, son detenidos, y Gimbernau, Roma y Batlle son acusados de «despertar en los tradicionalistas y catalanistas el sentimiento de Patria Catalana»; septiembre, requetés de Valls son encarcelados por lucir símbolos carlistas en la procesión del Corpus; un joven carlista de 14 años es detenido cuando el Conde Ciano visita Tarragona; quince días de arresto domiciliario a los jefes carlistas Ortiz Estrada y Cunill Postius.
En 1940, Sivatte es encarcelado en la Cárcel Modelo donde consigue que los presos políticos no canten el Cara al Sol ni dieran los gritos de rigor; enfrentamientos en Tarragona entre carlistas y falangistas-franquistas, con un muerto; denuncias en Barcelona contra los carlistas por negarse a admitir la insignia del «Auxilio Social».
En 1941, en Tarragona el Gobernador prohíbe una Misa por María de las Nieves, la reina carlista muerta; prohibición del acto de bendición de un panteón en Montcada en honor a los carlistas asesinados; multa de 500 pesetas al carlista tortosino Miguel Llopis.
En 1942, son detenidos en Gerona los carlistas Güell, Plana y Molina por repartir unos escritos denunciando el atentado falangista-franquista de Begoña en el cual, con lanzamiento de bombas, mataron a tres carlistas e hirieron a más de cien; prohibición de un acto de homenaje al jefe carlista de Valls, asesinado en 1936, y detención del carlista vallense Joan Guinovart.
En 1943, cuarenta carlistas son detenidos en Tarrasa, y ocho de ellos, multados con 10.000 pesetas y encarcelados; prohibición de un acto en el ermitorio de Mig Camí de Tortosa.
En 1944, es ahorcado en Tulle el resistente francés August Pierre Combes, que había sido voluntario en el Tercio de Montserrat.
En 1945, es multado con 250 pesetas el carlista tortosino Joan Segarra; cuando Don Javier de Borbón Parma fue liberado del campo nazi de Dachau, después de una Misa de acción de gracias en Barcelona, una manifestación de 3.000 carlistas es disuelta por la Policía con el resultado de varios detenidos, cinco de los cuales pasan a prisión.
En 1946, son detenidos varios carlistas que intentan romper el cordón policial que procuraba evitar una Misa en el cementerio de Montcada; prohibido un acto carlista en Villalba de los Arcos.
En 1947, un autobús con 30 carlistas que se dirigían a un encuentro en Bellpuig es interceptado por la Guardia Civil, y una decena ingresan en prisión de Lérida; varios carlistas son detenidos en el aplec de Montserrat y los discursos son censurados por la prensa.
En 1948, el aplec de Montserrat fue prohibido y, como alternativa, se hace un homenaje a Sivatte; en el mismo acto se inicia una colecta para construir el mismo monumento al Tercio de Montserrat que ahora quieren retirar; el Gobernador de Tarragona se enfrenta a un jefe carlista por negarse a colaborar con él en las elecciones municipales.
En 1949, se prohíbe de nuevo el aplec de Montserrat.
En 1950, el Gobernador de Lérida amenaza a los carlistas presentes en una ceremonia en el Vaticano por haber despreciado a las autoridades españolas.
En 1951, algunos requetés participan en la huelga de tranvías y lanzan una hoja de solidaridad; Don Javier de Borbón Parma jura los fueros catalanes.
En 1952, después de ser proclamado rey en Barcelona, Don Javier de Borbón Parma es expulsado por segunda vez por Franco.
En 1953, dos carlistas son encerrados 15 días en la Cárcel Modelo de Barcelona por desarmar y agredir a un miembro del SIM.
En 1954, un ataque conjunto de policías y falangistas disuelve a los carlistas concentrados en Montserrat y luego son detenidos y multados nueve de ellos, entre los que están los jefes Sivatte y Feliu de Travy; después el Gobernador manda cerrar el bufete de abogado de Sivatte.
En 1955, por solidaridad con Sivatte un numeroso grupo de abogados barceloneses escribe al decano para que se le levante la sanción impuesta.
[…]
Considero que esta relación de hechos deja bastante clara la postura antifranquista de aquel carlismo catalán que fue el creador del Tercio de Requetés de Montserrat. Por lo tanto, es necesario que se reflexione sobre este tema y se reconsidere infundada la motivación para retirar el monumento en cuestión.
Relación de hechos que no es exhaustiva, desde luego. Es una lástima que Josep Miralles Climent, quien como historiador se está dedicando especialmente al carlismo de posguerra, no haya alcanzado aún la formación doctrinal y la visión de conjunto que le permitirían evitar el error de identificar las desviaciones promovidas por el difunto Carlos Hugo con una especie de continuidad del carlismo, y aceptar acríticamente las contradictorias invenciones de aquella corriente. Porque antes de convertirse en «socialistas autogestionarios», filoseparatistas y constitucionalistas (sí, esto es posible: los «ekarras» pidieron el «sí» a la Constitución de 1978), Carlos Hugo y sus colaboradores habían empezado sus desviaciones promoviendo el colaboracionismo franquista. Precisamente. Pero ellos, como queda arriba explicado, poco tenían ya que ver con los heroicos requetés del laureado Tercio de Nuestra Señora de Montserrat. Éstos eran carlistas.