El remedio inventado por Lenin y Trotsky, la supresión general de la democracia, es peor que el demonio que se suponía que iba a curar.
Rosa Luxemburg
[mks_dropcap style=»square» size=»52″ bg_color=»#000000″ txt_color=»#ffffff»]E[/mks_dropcap]n estas seguimos cien años después. Con los mismos métodos: delación, persecución, encarcelamiento, tortura y asesinato, disimulado, claro; en una gradación que depende del poder que detentan porque todo vale en esa tarea de suprimir la democracia en un descarado culto al líder, aunque como en Nicaragua se encamine a una guerra civil[1], en Venezuela lleve al colapso total de un régimen y en España se camine hacia lo mismo.
Así lo reconoce Amnistía Internacional escandalizada por las vulneraciones de derechos humanos en el país donde dos bomberos pueden ser condenados a 20 años de cárcel, en las terribles cárceles venezolanas (que en nada se parecen a las españolas), por una broma sobre Maduro, líder máximo e intocable que dice sacrificarse por el bien del pueblo, de ese pueblo al que ha llevado a la crisis humanitaria más aterradora que recuerda el continente a la que organismos de la ONU ya comparan con la de Siria. Y mientras su pueblo se muere de hambre, él, El JEFE MÁXIMO, acude a un restaurante de lujo junto a su mujer en Estambul a darse un homenaje pantagruélico. El festín de carne que Nicolás Maduro y Cilia Flores, primera combatiente revolucionaria, disfrutaron en Estambul ha elevado el nivel de indignación en un país golpeado por el desabastecimiento y la escasez de alimentos y ha extremado las críticas de la oposición. La última encuesta de Meganálisis confirma la profundidad de la crisis humanitaria: el 30,5% de los venezolanos sólo come una vez al día, el 28,5% no come nada o casi nada un día a la semana y el 78,6% reconoce serias carencias para alimentarse.
Los vídeos del banquete turco surcaron a toda velocidad medios y redes sociales, pese al intento presidencial de controlar los daños. «Atendí una invitación para visitar el centro histórico de Estambul y almorzar con algunas autoridades de la ciudad», explicó Maduro. En las imágenes se veía también como Maduro fumaba sus propios puros habanos, extraídos de un humidificador personalizado con su nombre. «El habano, el reloj de oro, el banquete, la abundancia de carne, la actitud de sobrado, todo eso viniendo del presidente de la República es inmensamente ofensivo para el pueblo venezolano, que está literalmente huyendo del país por la miseria. El país entero está indignado», resumió Leonardo Padrón, uno de los escritores locales que mejor ha retratado el derrumbe que sufre el país. Lo mismo ocurría en la URSS. Mientras millones de seres morían de hambre, Stalin y la cúpula de poder, se daban homenajes similares. Maduro se justificó lanzando un alegato contra el consumismo: «Es el capitalismo el que nos convirtió en seres consumistas». La indignación no sólo ha anegado al pueblo venezolano, sino a cualquier persona con mínima sensibilidad.
[mks_pullquote align=»left» width=»300″ size=»24″ bg_color=»#000000″ txt_color=»#ffffff»]Mientras millones de seres morían de hambre, Stalin y la cúpula de poder, se daban homenajes similares[/mks_pullquote]
Amnistía Internacional denuncia cientos de ejecuciones extrajudiciales en Venezuela. Con nombres y apellidos. Las madres, las primeras denunciantes: «Que el mundo sepa que están matando a nuestros jóvenes acá en Venezuela». Aracelis Sánchez perdió a su hijo, Darwilson Sequera, tras una operación policial efectuada en junio de 2013 en su domicilio de Caracas. La desesperación de Aracelis es la misma que la de Glory Tovar, otra «madre coraje», porque coraje hay que tener en Venezuela para exigir justicia por el asesinato de sus seres queridos. En este caso dos hijos y dos sobrinos hace dos años a manos de unos cuerpos policiales que perpetran cientos de ejecuciones extrajudiciales cada año, principalmente en los barrios pobres de las grandes ciudades, y cuyas víctimas son jóvenes a los que se estigmatiza como delincuentes comunes, según concluye un informe sobre violencia institucional de Amnistía Internacional. «Si no denunciamos, estamos contribuyendo a la impunidad», asegura Sánchez en el testimonio recogido por Amnistía Internacional. Tanto el hijo de Aracelis como los familiares de Tovar fueron asesinados por agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), cuyo modus operandi consiste en ejecutar a jóvenes de sectores excluidos, robar a sus familias y alegar que se trató de un enfrentamiento con delincuentes. «Escuché como once tiros más o menos y ahí me desmayé. Mataron y robaron y después se fueron como si nada», se lamenta Glory, cuya denuncia cayó en saco roto durante mucho tiempo hasta que una Fiscalía asumió la investigación.
Amnistía Internacional ha documentado exhaustivamente once casos relacionados con ejecuciones extrajudiciales (ocho de ellos, con acceso a los expedientes oficiales). Son sólo una gota en el océano de la brutalidad policial en el país más violento de América latina y uno de los más inseguros del mundo, con 89 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2017, según InSight Crime, y con un índice de impunidad del 92%. En un solo día las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES) mataron a 18 hombres en distintas operaciones contra la delincuencia (¿). Los familiares calificaron estos sucesos como ejecuciones extra sumariales, que también han sido investigadas por AI en los últimos años: en 2017 se habrían producido 2.379 en todo el país. El mapa del horror incluye homicidios, ejecuciones, linchamientos, nuevas formas de secuestro, impunidad y tácticas militares para reprimir a la población, así como torturas y tratos crueles contra detenidos políticos. Datos confirmados por la propia Fiscalía de la República, que en 2016 documentó que 4.667 personas murieron a manos de funcionarios de seguridad, el 22% del total de homicidios. En los seis primeros meses del año pasado, la fiscal destituida Luisa Ortega, exiliada hoy en Bogotá, certificó la muerte de 1.848 personas en las mismas circunstancias, para un total de 8.000 en tres años.
Sólo Siria, en plena guerra, supera las cifras venezolanas. «No entiendo de dónde salen tantas balas», se queja María Elena Salgado, emblemática luchadora contra la inseguridad del caraqueño Petare, una de las mayores favelas de América Latina. La violencia ha disparado demasiadas veces contra ella: ya le han matado a tres hijos, un sobrino y un nieto. Allá arriba, en su cerro, no ha podido proteger a sus seres queridos de las balas perdidas que los aterrorizan. Según Amnistía Internacional, el 90% de los homicidios es cometido con armas de fuego.
«Venezuela es el país más violento del mundo», alerta una y otra vez Roberto León Briceño, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y principal experto del país: cinco veces más homicidios que en México, tres veces más que en Brasil, dos veces y media más que en Colombia…
La manera de actuar es similar a la que emplearon en España durante la Segunda República. Entraron en su casa, metieron a su mujer embarazada y a su hijita en un coche y las tuvieron dos horas dando vueltas. Cuando las dejaron volver a su casa, su padre y marido, Jhonny Heriberto Blanco, de 37 años, estaba muerto. La masacre continuó en otros apartamentos, donde además se reprodujeron los robos de objetos, incluso la sustracción de un vehículo. La versión oficial aseguró que todos ellos «fueron abatidos en enfrentamientos», lo que niegan los familiares, quienes además preguntan en alto: «Y si hubo enfrentamiento, ¿por qué ningún agente resultó herido?». Uno de los casos más rocambolescos, denunciado por el diario El Nacional, lo protagonizó Euclides Quijada, de 24 años, que aparece en la lista de los ocho fallecidos en Fuerte Tiuna. Según su familia, fue detenido días antes del operativo en otro lugar de la ciudad. Cuando recuperaron su cadáver, presentaba un tiro en el corazón y tenía fracturas en la tráquea y en vértebras cervicales. El oscurantismo oficial ha imposibilitado que Amnistía Internacional conozca cuántos homicidios quedan sin castigo anualmente en Venezuela, pero «en un contexto donde las estimaciones de impunidad superan el 90% (menos de 10 de cada 100 homicidios van a juicio) es ineludible la responsabilidad del Estado ante el aumento constante de la criminalidad», advierte la organización, que airea la «innegable vinculación que existe entre la impunidad y la repetición de los delitos».
[mks_pullquote align=»left» width=»300″ size=»24″ bg_color=»#000000″ txt_color=»#ffffff»]«Venezuela es el país más violento del mundo», alerta una y otra vez Roberto León Briceño,[/mks_pullquote]
«Todas las cifras del informe de Amnistía Internacional coinciden con las nuestras, incluso les hemos ayudado», dice la diputada Delsa Solórzano, presidenta de la Comisión de Política Interior y principal ariete en la lucha por los derechos humanos del Parlamento democrático asediado entre otras cosas para boicotear sus investigaciones contra los constantes abusos del poder bolivariano. Las torturas a más de 355 privados de libertad por razones políticas documentadas en distintos informes de AI, se han convertido en parte del día a día de la parlamentaria, que vivió con indignación los malos tratos recibidos por su compañero en la Asamblea Nacional Juan Requesens quien lleva más de 29 días secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro, al tiempo de denunciar que ni sus abogados ni familiares, han podido verlo para constatar su estado de salud. Solórzano investiga hoy los secuestros que han puesto de moda las fuerzas especiales de Ejército y Policía: «Retienen a bebés, abuelas, familiares, lo que haga falta para apresar a la persona que buscan». Gracias a la intervención de la diputada, la campaña en redes sociales de varios activistas y a la valentía de Yudeyxy Vásquez, esta madre pudo recuperar a su niño de tres años, Ángelo. Efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana mantuvieron secuestrado al menor durante 39 días, con el objetivo de presionar a su padre para que se entregara. «La gente acude cada vez más a nosotros para denunciar este tipo de secuestros, después de hacerlo en otras instancias del Estado, donde no son escuchados», concluye Solórzano. Los mismos oídos sordos que se niegan a escuchar la tragedia venezolana.
También se refirió al caso del reportero gráfico Jesús Medina y del joven estudiante Lorent Saleh[2] y aseguró que el régimen, con este tipo de aprensiones, pretende “amedrentar a la prensa libre para decirle a los periodistas que no tienen por qué informar, y que si informan pueden correr la misma suerte[3] que Jesús Medina, esto es un hecho muy grave, que evidencia que en Venezuela hay una dictadura” porque demuestra una gravísima violación a la libertad de expresión, a los derechos y, particularmente, a la libertad de información, sentenció Solórzano.
El chavismo con sus peregrinas explicaciones lo achaca a los videojuegos, las telenovelas de narcos y, no se lo van a creer, hasta a Superman y Spiderman, en cuyos afanes voladores se basará para justificar su última muesca en el revólver. Me refiero al concejal opositor perteneciente al bloque Primero Justicia (PJ), Fernando Albán Salazar, que murió defenestrado, (se duda de que haya sido por voluntad propia), mientras se encontraba detenido por el régimen de Nicolás Maduro en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), −que viene a ser nuestra terrible checa de Fomento en la guerra civil donde también sucedían hechos similares−. Su partido responsabiliza directamente a Nicolás Maduro y a su régimen torturador de lo ocurrido.” Exigimos la verdad y declaramos que esta dolorosa situación demuestra lo peor de la dictadura: un sistema de muerte que penetra en la conciencia de quienes defendemos la libertad en Venezuela».
Por su parte, el también partido opositor Voluntad Popular ha condenado lo que ha descrito como un asesinato y ha responsabilizado al Gobierno de lo sucedido. «Asesinaron a un preso político que estaba bajo su custodia, para luego decir ante los medios de comunicación que fue un suicidio. ¿Cómo explican que alguien bajo resguardo, pudo saltar de un décimo piso, desde un baño al que no tienen acceso los presos comunes?», se ha preguntado la formación en un comunicado. «Alertamos a la comunidad internacional de una nueva arremetida de la dictadura, quienes continúan sembrando terror, torturando y violando los Derechos Humanos de quienes piensan distinto y luchan por un cambio en Venezuela», ha sostenido.
Por ello, Voluntad Popular ha pedido a la comunidad internacional que «condene esta atrocidad» y ha hecho un llamamiento a manifestarse en el extranjero para denunciar este «terrible acontecimiento». «Es momento de que todos los países aumenten la presión para evitar más torturas y asesinatos. Exigimos que se haga justicia y que se esclarezcan los hechos para que los responsables paguen por su delito», ha puntualizado. Primero Justicia, el partido del diputado muerto, aseguró que se trató de un asesinato. Tarek William Saab, un reconocido verdugo al servicio de la dictadura, informó que fue un suicidio. “Pero los compañeros de lucha y amigos de Fernando Albán sabemos que era un hombre fuerte y de profundos valores cristianos«, por lo que no creen la patraña oficial.
Otras asociaciones se han unido a la exigencia de aclaraciones y hasta el secretario general de la OEA, Luis Almagro, informó que el fallecimiento del político en prisión será uno de los asuntos que incluirá la investigación sobre las violaciones de los derechos humanos que realizará la entidad y aseguró que las torturas en Venezuela se realizan con «gerenciamiento» cubano. Esto es, organizado, dirigido y, es de suponer que, hasta pagado, por el gobierno cubano que es lo mismo que decir por los comunistas. Este es el régimen alabado por Monedero y Pablo Iglesias, que para eso cobran buenos dineros primero de Chávez y ahora de Maduro. El tormento al que tiene sometido al pueblo les importa un rábano.
No nos sorprende. Todo lo relatado: destrucción de carreras profesionales, secuestros, incursiones en las casas, detenciones ilegales, torturas, tratos crueles e inhumanos, presión psicológica, robos, persecuciones, asesinatos sin juicio, (por su famosa justicia del pueblo), comisarios políticos que presentan denuncias falsas, TODO lo padecimos ya en la España republicana durante la guerra civil por parte de los esbirros comunistas. Llevan utilizando el mismo método creado por Lenin y perfeccionado en maldad por Stalin, en todos los países cuyos pueblos se han creído su ideología. Muchos que lucharon denodadamente a su favor, cayeron en el más grande pesimismo al comprobar in situ en su idolatrada Meca de la felicidad, como consideraban a Moscú, lo falso de sus predicamentos.
Esto le ocurrió a Enrique Castro Delgado[4], el creador del famoso Quinto Regimiento durante la guerra civil, defensor acérrimo del comunismo desde el primer momento, cuando llegó a su idealizada URSS. Al principio intentó convencerse a sí mismo que la penuria existente y la hambruna, era consecuencia lógica del desalmado comportamiento de los países capitalistas; de modo que era necesario sufrir hasta que el ejército rojo dominara porque eso conllevaría que la situación mejoraría. Los bandazos políticos que los gerifaltes hicieron, primero a favor de los alemanes, luego en giro monumental, con los contrarios, los aliados, a los que durante tanto tiempo insultaban por ser malignos y explotadores capitalistas, haciendo un lavado de cerebro al pueblo para convencerle, siempre con mentiras, de la bondad que para ellos suponía este cambio. Cambio de posturas políticas brutal que iban en contra de los postulados que el comunismo les habían imbuido para ser buenos seguidores de Stalin. Esto supuso un gran desconcierto en la mente de Castro.
La cúpula del PCE le encargó al llegar a Moscú la sección española del Komintern y como tal se preocupó por la agonía de los exiliados españoles en Rusia que trabajaban en ínfimas condiciones. Nueva desilusión. Mientras estos pobres morían de hambre, en alojamientos insalubres con falta de higiene y sin ropa en el terrible invierno ruso, los conocidos y admiradísimos jefes del PCE vivían muy bien y disfrutaban de muchos privilegios sin preocuparse por sus compatriotas, en contra de lo que teorizaba el socialismo. La persecución a que fue sometido por su denuncia y defensa de los exiliados, las puñaladas que sufrió por parte de los jefes del PCE, desembocó en su muerte política y aniquiló sus ilusiones.
Estas vivencias le motivaron a escribir un libro que los bien pensantes del comunismo deberían leer para objetivar la ideología que defienden. Dicho libro lleva por título un significativo título:”Mi fe se perdió en Moscú”. Una narración indescriptible, la más adecuada para cumplir con su objetivo: mostrar el proceso agónico de la apostasía, el camino de un renegado; ajustar cuentas consigo mismo y su pasado comunista con un memorial de agravios, su inmolación en aras de evidenciar la putrefacción de aquello que le destruyó como hombre: el comunismo. Castro, aún hoy, continúa hundido en el desprecio. Los “historiadores políticos”, como él los nombraba, le siguen incluyendo en la troika de los despreciables renegados a sueldo de la CIA, junto a Jesús Hernández y Valentín González, “El Campesino”. Habrá quien se jacte en sus libros de no nombrar a Castro, las memorias son traicioneras, aunque harán uso de las que convengan a sus fines.
Castro les es incómodo. Nunca fue agradable un paseo por las alcantarillas del PC, tan rebosantes de cadáveres. Ni siquiera pueden recurrir a una supuesta hipocresía, mentira o exageración de Castro: fue el primero en denunciarse a sí mismo y en señalarse como un monstruo. Los muertos gritan: Juan Gris en 1934, las ejecuciones en el Cuartel de la Montaña en julio del 36, Paracuellos, Aravaca, las checas durante la guerra[5]…
De todos ellos se arrepintió, muy tarde, es cierto, pero hubo gerifaltes cuyas mochilas estaban cargadas con mayor o, al menos, igual número de muertos, que toda su vida vivieron para sí mismos a costa del PCE que no les importó destruir y defenestrar a compañeros en el exilio para que no les hicieran sombra en la cúpula del Partido, de lo que jamás se arrepintieron. A estos se les dedican plazas, calles y esculturas, bien es cierto que procuran ocultar todo el daño que hicieron. Es más, volvieron con todo tipo de boato, agasajos y deferencia a vivir de los españoles, aún de los descendientes de aquellos que asesinaron, mientras Castro vivió humildemente con las 15.000 ptas. que cobraba por la publicación de algunos artículos.
Es interesante comentar la transformación experimentada por Castro a causa de las vivencias padecidas. Una angustia por los muertos que causó en defensa de unos ideales, para luego comprobar que ni los grandes gurús del comunismo respetaban, le llevó a escribir la poesía que transcribimos a la que tituló Penitencia:
¡Quien supiera rezar
Para rezaros!
Y descargar con ello mi alma
De pecados.
Perdonadme….¡Muertos!
Si es que no os muerde el rencor,
Pues lo mío es lo peor….
Es un vivir sin vivir
A solas con mi conciencia
¡Que es mi mayor penitencia![6]
Claro que no es eximente de sus atrocidades en la guerra civil, pero hay que reconocer que ninguno de los grandes gurús homenajeados, Largo, Negrín, Pasionaria, Carrillo, etc, hicieron nunca demostración pública de su pesar por similares comportamientos pasados. Posteriormente a “Mi fe se perdió en Moscú”, escribió “Hombres made in Moscú”, en el que describe desde su etapa infantil y juvenil de pionero comunista hasta el final de la guerra civil, en el que expresó sus íntimos sentimientos respecto al comunismo y en su dedicatoria, que viene a ser todo un manifiesto, deja clara su intención pedagógica hacia los ingenuos del mundo que todavía creen y confían en la doctrina comunista. Dice Castro:
“A LOS DESCONTENTOS DE TODOS LOS PAISES DE TODOS LOS CONTINENTES DE TODAS LAS RAZAS:
¿Conocéis a los Comunistas?
No.
Os habéis limitado hasta ahora a soñar, a vivir los sueños maravillosos que ellos os han metido en la cabeza; a soñar sin intentar romper el encanto, sin intentar despertar jamás, porque de la desilusión habéis pasado a convertiros en unos enfermos de ilusiones.
No conocéis a los comunistas.
Para conocerlos bien hay primero que no escucharlos para no dejarse envenenar; segundo, mirarlos día y noche hasta llegar a lo hondo de cada uno de ellos, a donde otros hombres tienen el alma; tercero, ver su socialismo a través del hombre y no de la propaganda ni las estadísticas.
Yo los conocí mirándome a mí mismo.
Creo por ello que este libro os servirá de algo”.
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Esperemos que así sea para que España no siga por esta deriva frentepopulista a la que nos arrastran el débil PSOE con la colaboración, ni desinteresada ni generosa, de Podemos, esos que tan orgullosos están del avance del comunismo en Venezuela. Volvemos sobre situaciones anteriores. No avanzamos.
[1]En algún momento el pueblo nicaragüense se hartará de protestar pacíficamente por los asesinatos causados por los paramilitares del gobierno por pedir libertad, respeto a los derechos humanos y cierre del centro de detención El Chipote, otra checa como la de Fomento. La similitud es mayor cuando vemos que también acusan a los curas, igual que en el 36 en España, de ocultar armas y disparar con ellas a la policía.
[2] Dirigente de Operación Libertad y estudiante de la Universidad del Táchira, cumplió cuatro años de arresto sin ninguna razón ya que, a juicio de Delsa Solórzano, este joven venezolano no ha cometido ningún delito y, sin embargo, aún se encuentra en El Helicoide.
[3] A tenor de las informaciones que cuestionan la ejemplaridad de los ministros del Gobierno de Sánchez, la vicepresidenta Carmen Calvo, propuso «debatir una posible regulación de la libertad de expresión». Expertos en Derecho Constitucional responden que «limitar el sistema actual es establecer la censura», asegura Isabel Serrano, profesora de Derecho Constitucional del departamento de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Los doctores en Ciencias de la Información se remiten constantemente al artículo 20 de la Constitución, en el que se recoge el derecho a «expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción», así como el de «recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión». (A.G. Mateache-La Razón 11de octubre de 2018). Así estamos en España desde la unión de PSOE y el comunista Podemos, entrando en la senda de coartar nuestra libertad.
[4] Enrique Castro Delgado (Madrid, 1907 – Madrid, 2 de enero de 1965) fue un dirigente comunista español. Miembro del Partido Comunista de España, durante la Guerra Civil Española tuvo un papel destacado y llegó a ser el primer comandante del Quinto Regimiento. Al final de la contienda marchó al exilio, instalándose en la Unión Soviética. Quedó relegado del Partido Comunista y de la Historia del comunismo. Su nombre sólo podía pronunciarse embalsamado en una liturgia de asco y desprecio que comenzó en mayo de 1944, cuando fue apartado del Comité Central. Las acusaciones fueron muy precisas: de “enfermo” a “salvaje”, de “sapo” a “sanchopancesco”. . Consiguió, con mucho esfuerzo, escapar de la URSS y llegar a México acompañado de su mujer y de un joven cuñado. En 1948 terminó Mi fe se perdió en Moscú y poco después Hombres made in Moscú.
Regresó a España en 1964 de la mano de Manuel Fraga, es decir, viviendo Franco. Cobraba quince mil pesetas mensuales por sus artículos, donde trocó su primer pseudónimo en la prensa comunista, “El espíritu de la miseria”, por el de “Jorge Manrique” en las páginas del diario Ya. Nunca renegó de su nuevo credo: la democracia. Murió en enero de 1965.
[5] Sergio Campos:El Camarada fantasma” : https://www.jotdown.es/2011/12/el-camarada-fantasma/
[6] Ibidem