El asunto Khashoggi ha removido a reflexión a muchas personas, pero ni aún por su salvajismo debería extrañarnos. No es nuevo, es práctica habitual en países totalitarios, comunistas o capitalistas, si no tienen un poder que contrarreste el omnímodo que tienen, y, por supuesto, en caso de que lo tuvieren, ya se encargan de que aquel poder sea eliminado.
Andreu Nin, Oswaldo Payá, Fernando Alberto Albán Salazar y últimamente Jamal Khashoggi, son personajes de distintas épocas, culturas, nacionalidades y personalidades muy diferentes, que sin embargo, por mor de los totalitarismos, bien que de distinto signo, han acabado sus días a manos de ese poder absoluto.
Andreu Nin, maestro y periodista español, anarquista, que se convirtió al marxismo al ser testigo de la revolución rusa. Militó en la Unión Federal Nacionalista Republicana, en la Federación Catalana del PSOE y en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y fue uno de los creadores del POUM. El 14 de octubre de 1936 siendo consejero de Justicia de la Generalidad implantó por decreto los Tribunales Populares. Durante aquellos meses las ejecuciones extrajudiciales continuaron produciéndose, sin que Nin lo impidiera. Como el historiador Hugh Thomas recoge, «Nin no se había caracterizado por sus escrúpulos humanitarios respecto a la «burguesía»», ni tampoco a la Iglesia y a lo vinculado a ella. Es famosa su frase: “La clase obrera ha resuelto el problema de la Iglesia sencillamente, no dejando en pie ni una siquiera”[1] en los enfrentamientos de las “jornadas de mayo de 1937” entre anarquistas y troskistas por un lado y el Gobierno de la República y la Generalidad de Cataluña, por otro.
Muchos miembros y líderes anarquistas no tenían demasiado aprecio por Nin, al que consideraban un renegado de la CNT y, por supuesto, ninguno por parte de las derechas, pero que desapareciera y no fueran encontrados ni sus restos, sí levantó un clamor. Hoy, con el caso Khashoggi vemos que los métodos para acallar disidentes, no han cambiado entre los totalitarios, sean del signo que sean.
Según el historiador e hispanista Paul Preston, Nin fue despellejado vivo el 22 de junio de 1937 por orden de Alexander Orlov, un agente de la NKVD, el antecedente de la KGB, la que entonces era la policía política soviética. En esas fechas, la II República Española había puesto en marcha las Brigadas Especiales, que se centraban desde principios del 37, según Preston, «en la detención, interrogatorio y, a veces, eliminación de elementos sospechosos, con lo que se aludía no solo a franquistas, sino también a miembros de la CNT de Madrid», que se creía que estaba fuera de control e infiltrada por agentes provocadores. No hay dudas entre los analistas de que la orden de ejecución de Nin provino de Moscú. Orlov atribuyó al anarquista catalán la responsabilidad de la revuelta de mayo de 1937 y ligó estos hechos a la desarticulación de una importante red de espionaje del bando franquista. Nin lo negó en los tortuosos interrogatorios durante los cuatro días en los que se le mantuvo secuestrado. No sirvió de nada. El entonces presidente de la República, Juan Negrín, prefirió no investigar la evidente implicación de sus agentes por orden de los soviéticos. Así no se comprometía la ayuda militar que estaban recibiendo desde Moscú, argumenta el historiador Hugh Thomas.
Se justificó su desaparición juzgándole como agente fascista. Durante aquellos días los ministros comunistas, que sabían la verdad, colaboraron con entusiasmo en la campaña propagandística e institucional que el PCE ya había desencadenado contra el POUM. Debajo de las pintadas en los muros que preguntaban “¿Dónde está Nin?”, los servicios de propaganda comunista escribían “!En Salamanca o en Berlín!” en una palpable campaña de cruento cinismo. Julián Gorkin, importante miembro del POUM atrapado con motivo de la gran redada catalana, tuvo ocasión de charlar durante su detención con el inspector general de prisiones de Madrid, miembro del PNV y amigo personal de Irujo, Garmendia, quien confesaría a Gorkin que sabía perfectamente dónde se hallaba detenido Nin pero que intentar proceder a su liberación se traduciría en un enfrentamiento armado, “una verdadera batalla con otras fuerzas militares”. El resultado final era que pudiendo haber liberado a Nin se optó por abandonarlo a su destino, ¿en una prudente, cobarde o interesada actuación para desarmar mejor al POUM?.
Nin se hallaba confinado en un chalet que habitualmente utilizaban el general, jefe de la Fuerza Aérea Republicana, Ignacio Hidalgo de Cisneros y su aristocrática esposa (nieta de Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII y sobrina de Germán Gamazo),Constancia de la Mora Maura[2]. En su interior, Orlov y sus agentes le sometieron a sesiones interminables de tortura− cuyos detalles conocemos de primera mano por los datos suministrados por el ministro comunista Jesús Hernández− con el fin de arrancar a Nin una confesión de que era un espía de Franco para así poder iniciar un proceso similar a los que estaban ya celebrándose en Moscú contra los rivales de Stalin.
El riguroso estudio que realizó Manuel García Muñoz en su libro «Los fusilamientos de La Almudena» cita a los agentes Fernando Valentí Fernández, Julián Aguirre Cepeda, Juan Bautista Carmona Delgado, Alberto Castilla Olavarría, Antonio Ramallo Miño y Jacinto Rosell Coloma como responsables del «rapto y asesinato del líder del POUM». También los señala el historiador Ángel Viñas en su obra «El escudo de la República». A todos ellos Carmena quiere hacerles un homenaje[3]. Del asesinado tan vilmente, nadie se preocupa, es más, se descubrieron unos restos que se sospechó podría tratarse de los de Nin, pero el gobierno decidió tapar el asunto[4].
Oswaldo Payá, líder opositor por excelencia, fue «eliminado», apartado de una trayectoria política que lo legitimaba como claro exponente de la oposición en Cuba, con un liderazgo indiscutible y una determinación férrea para lograr objetivos políticos concretos desde el Movimiento Cristiano por la Libertad. Fue una de las mentes más preclaras de la oposición cubana dentro y fuera de su patria. Los métodos de su lucha, su antagonismo sosegado, argumentativo y pro derechos democráticos frente al régimen de los Castro, lo colocaron en la diana de una dictadura que desoye a sus ciudadanos desde que llegó al poder. A su desaparición física se le ha llamado crimen, accidente automovilístico, muerte en extrañas circunstancias, asesinato. Sin embargo, la palabra capaz de agrupar todas las teorías es “eliminación” porque, efectivamente, querían hacer desaparecer su reclamo infalible, auténtico, de una Cuba democrática y libre para todos los cubanos.
Su visibilidad internacional era otra espina clavada para los opresores cubanos, antidemócratas convencidos de su verdad absoluta que le vigilaron e investigaron hasta apresar a integrantes y activistas próximos a sus proyectos e ideas. En el año 2002 a Payá le fue otorgado el premio Sájarov a los Derechos Humanos por el Parlamento Europeo. También estuvo nominado como premio Nobel de la Paz en cinco ocasiones. Pero su mayor logro fue su paciente persistencia, su inteligente resistencia. Fueron aquellas 25.000 firmas de electores cubanos recogidas entre 2002 y 2004, como parte del Proyecto Varela[5], para impulsar leyes verdaderamente democráticas desde la sociedad civil en Cuba.
Según La Habana, Oswaldo Payá falleció a causa de un accidente automovilístico en el oriente de Cuba, el 22 de julio de 2012. Basándose en relatos de protagonistas y testigos y otras evidencias, tanto su viuda, Ofelia Acevedo, como su hija, Rosa María, sostienen que tal accidente no existió sino que se trató de un asesinato premeditado orquestado por la Seguridad del Estado de Cuba, cuando uno de sus autos embistió al Hyundai de turismo que conducía el joven político español Ángel Carromero. El informe de Human Rights Foundation (HRF) reproduce los testimonios presentados por el Gobierno, incluidos los obtenidos mediante coacción a Carromero y al sueco Jens Aron Modig, compañeros de viaje de Payá y Harold Cepero; los que ofrecieron a la familia otros testigos; y los de los dos extranjeros una vez fuera de Cuba.
En sus conclusiones señala que Payá y Cepero murieron “en circunstancias cuyo esclarecimiento ha sido activamente impedido por el Estado” cubano. Destaca asimismo que las autoridades del régimen “a través de numerosas violaciones de las normas básicas del debido proceso que están orientadas hacia la búsqueda de la verdad sobre hechos en controversia, han impedido de manera deliberada este esclarecimiento”. Y afirma: “La evidencia excluida de manera deliberada apunta a que los hechos ocurridos no fueron un accidente, como fue calificado rápidamente por las autoridades en los medios estatales (…) sino el resultado de un incidente automovilístico provocado deliberadamente por agentes del Estado con la intención de asesinar a Oswaldo Payá y a los pasajeros que viajaban con él con la intención de causarles graves lesiones corporales o fue realizado con negligente y/o aviesa indiferencia ─y un alto riesgo injustificado─ por la vida del activista por la democracia más importante de Cuba en los últimos 25 años”. Por tanto, considera, asimismo, al Gobierno de Cuba “responsable internacionalmente por la violación de los artículos 5, 8, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y los artículos 18, 25 y 26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, desarrollados e interpretados por un amplio número de instrumentos internacionales que, en conjunto, constituyen un sistema jurídicamente vinculante de promoción y protección de los derechos humanos”.[6]
Como bien dice la página web cubanet.org a su desaparición física se le ha llamado crimen, accidente automovilístico, muerte en extrañas circunstancias, asesinato, pero la palabra capaz de agrupar todas las teorías es “ELIMINACIÓN” porque, efectivamente, querían hacer desaparecer su reclamo infalible, auténtico, de una Cuba democrática y libre para todos los cubanos.
Fernando Alberto Albán Salazar[7] otra de las víctimas eliminadas es coincidente con Oswaldo Payá, además de por su lucha para integrar a su país en una democracia, por sus profundos valores cristianos. Y, naturalmente, la confluencia de los dos factores era demasiado para ambas dictaduras comunistas.
Fernando Albán fue detenido el 5 de octubre de 2018 en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar por haber formado parte de una delegación opositora que había asistido a la Organización de las Naciones Unidas, y por responsabilizarle de estar involucrado en el atentado con drones el anterior mes de agosto en Caracas así como de estar involucrado en otros «actos desestabilizadores». Según el fiscal de Venezuela Tarek William Saab el concejal Fernando Albán murió tras lanzarse del décimo piso del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) cuando pidió permiso para ir al baño. Similar declaración hizo el ministro del Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, pero el abogado de Fernando Albán, Joel García, negó los hechos y sostuvo que el supuesto permiso que pidió su cliente para ir al baño es «totalmente falso«, dado el nivel de vigilancia y seguridad que hay en las instalaciones del Sebin que en ningún momento permitirían al detenido ir sin policías. Añadió que estaba convencido de que su cliente era inocente y rechazó la versión del suicidio.
El partido de oposición Primero Justicia de Venezuela, abundando en estas declaraciones, calificó directamente el hecho de asesinato: «El concejal Fernando Albán murió asesinado en manos del régimen de Nicolás Maduro en el SEBIN de Plaza Venezuela« y añadió: “era un hombre fuerte y de profundos valores cristianos» que en ningún momento se hubiera planteado suicidarse y exigen «la verdad de las cosas«. Denuncian también que el cuerpo de Albán fue entregado «sin procedimientos mínimos forenses y obstaculizando el camino hacia la verdad«. El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el exilio también se manifestó sobre los hechos, rechazando la muerte del opositor. «Otra vida que se pierde bajo la responsabilidad de un régimen de terror en Venezuela. Que su partida sea un ejemplo de vida«, indicó en su publicación en Twitter. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenó la muerte de Albán y señaló que es «responsabilidad directa de un régimen torturador y homicida».
El Parlamento Europeo reclama que la Unión Europea se una a la iniciativa de países latinoamericanos para que la Corte Penal Internacional investigue al gobierno venezolano por presuntos crímenes de lesa humanidad. Indicó que «en Venezuela existe un clima de violencia creciente y total impunidad debido a que las autoridades no exigen responsabilidades a los autores de graves violaciones de derechos humanos, incluido el asesinato«. Jean-Claude Juncker, titular de la Comisión Europea, abogó este miércoles por llevar al presidente Nicolás Maduro ante la justicia internacional luego de su primera reunión con el jefe de Estado colombiano, Iván Duque, en Bruselas. La UE impuso en el último año sanciones contra Venezuela porque, a su juicio, «menoscaba la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. Además, mantiene al país sumido en una crisis política, económica y humanitaria«.
Naturalmente ninguno de los partidos que conforman este nuevo Frente Popular en España, han expresado crítica alguna contra los excesos de Maduro y la hambruna a la que está llevando a su pueblo, en el país con las segundas mayores reservas de petróleo. Mientras, José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente de España, dice que las reacciones políticas conducen a la confrontación, es decir, hay que soportar las crueldades a las que un bárbaro quiera someter a su pueblo. Agregó Zp que la paz puede lograrse a través de un proceso de diálogo, y que la solución de los conflictos se alcanza con la toma de una serie de decisiones. “La tarea preventiva de paz se hace con el dialogo y creyendo en el dialogo.”, señaló. Olvida que no existe diálogo cuando uno de los interlocutores impone sus criterios bajo encubiertas penas de muerte. Pablo Casado, presidente del Partido Popular (PP) de España, aseguró que Fernando Albán, fue asesinado en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), caso que consideró de igual importancia que el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi.
El saudí Jamal Khashoggi was born in Medina on 13 October 1958. [1][6][11] His grandfather, Muhammad Khashoggi , who was of Turkish origin (Kaşıkçı), married a Saudi Arabian woman and was personal physician to King Abdulaziz Al Saud , the founder of the kingdom of Saudi Arabia .Jamal Khashoggi, es otro “eliminado”, si bien, no por regímenes comunistas como los anteriores, sino por una monarquía absolutista que, pese a los esfuerzos actuales para modernizarla, todavía se mantiene como un sistema feudal en el que la dinastía de los Al-Saud gobierna de manera autocrática y dictatorial. Es por ello coincidente con los anteriores en su manera de actuar contra los opositores.
Nació Jamal en Medina el 13 de octubre de 1958. Su abuelo, Muhammad Khashoggi, de origen turco, se casó con una mujer de Arabia Saudita y fue médico personal del Rey Abdulaziz Al Saud, el fundador del reino. Tuvo relación de parentesco con personajes conocidos como Dodi Al Fayed, − su primo hermano, quien murió junto a Diana de Gales en circunstancias controvertidas− y Adnan Khashoggi, su tío, reconocido traficante de armas de Arabia Saudita conocido por su participación en el escándalo Irán-Contra[8] que se estimó que tenía un valor neto de 4 mil millones de dólares americanos a principios de 1980. Se licenció en Administración de Empresas de la Universidad Estatal de Indiana en los Estados Unidos en 1982, momento en el que se unió a la organización de la Hermandad Musulmana[9]. Fue crítico con el salafismo[10], el movimiento sunita ultraconservador. [23]
En los años 80 y 90 conoció en Afganistán a Osama Bin Laden, le entrevistó varias veces, según Al Arabiya, y fue el único árabe saudí no real que supo del trato íntimo de la familia real con Al-Qaeda en el período previo a los ataques terroristas del 11 de septiembre; pero se distanció de Osama cuando abogó por la violencia contra Occidente y se desvinculó de él totalmente tras los ataques. Nunca combatió junto a los muyahidines en guerra contra los soviéticos, pero sí hizo suya su causa, financiada por la CIA estadounidense y los servicios secretos saudíes.
Editor en jefe del diario saudí Al Watan en 2003 fue destituido en menos de dos meses por permitir que un columnista criticara al erudito islámico Ibn Taymiyyah (1263–1328), considerado el padre fundador del wahabismo, doctrina oficial del estado saudí. [34] This incident led to Khashoggi’s reputation in the West as a liberal progressive. Este incidente llevó a Khashoggi a ser reputado en Occidente como un progresista liberal. [25] En 2007 comenzó a trabajar como editor en jefe de Al Watan por segunda vez hasta el 2010 en que, a consecuencia de una publicación cuestionando las bases del salafismo tuvo que renunciar al puesto, según se dijo oficialmente, «para centrarse en sus proyectos personales». A column by poet Ibrahim al-Almaee challenging the basic Salafi premises was published in Al Watan in May 2010 and led to Khashoggi’s second departure, on 17 May 2010. [37]Al Watan announced that Khashoggi resigned as editor-in-chief «to focus on his personal projects».Sin embargo, se asegura que fue expulsado debido al descontento oficial con sus críticas a las duras reglas islámicas del Reino.
El multimillonario príncipe Al Walid bin Talal, le confió la dirección de Al Arab, gran canal de información. Pero este proyecto, que debía ser lanzado en 2015 desde Bahrein, tratando de burlar la censura saudí, jamás vio la luz, porque en menos de 11 horas, tras una prohibición de las autoridades de Manama, cercanas a Riad fue cerrado. El propio príncipe Al Walid fue detenido entre noviembre de 2017 y enero de 2018 en el hotel Ritz-Carlton de Riad con decenas de personalidades acusadas de “corrupción” por una comisión presidida por el príncipe heredero. Desde septiembre de 2017, en una tribuna publicada por el Washington Post, Jamal Khashoggi escribía: “Cuando hablo de miedo, de intimidación, de detenciones, de humillaciones públicas de intelectuales y dirigentes religiosos, y que digo que soy de Arabia Saudita, ¿están ustedes sorprendidos?”.
Ante esta situación, Khashoggi se mudó a los Estados Unidos en junio de 2017 y comenzó a escribir para The Washington Post. En él criticó el bloqueo liderado por Arabia Saudita contra Qatar, la disputa con el Líbano, con Canadá y la represión del Reino contra la disidencia y los medios de comunicación. Y criticó ferozmente la guerra de Arabia Saudita en Yemen diciendo: «Mientras más dure esta guerra cruel en Yemen, más permanente será el daño. La gente de Yemen estará ocupada luchando contra la pobreza, el cólera y la escasez de agua y la reconstrucción de su país. El príncipe heredero [ Mohammed bin Salman] debe poner fin a la violencia «y “debe restaurar la dignidad de su país, poniendo fin a la cruel guerra de Yemen «. Y, por si le faltaba enemigos, se enfrenta con Israel al criticar la construcción de sus asentamientos en los territorios palestinos ocupados, diciendo: «No hubo presión internacional sobre los israelíes y, por lo tanto, éstos se salieron con la suya en la construcción de asentamientos, demoliendo viviendas«.[11]
El New York Times informó que Khashoggi fue víctima de la campaña de acoso cibernético antes de ser asesinado.Saudi Arabia used an online army of Twitter trolls to harass Khashoggi and other critics of the Saudi regime. Arabia Saudita usó un ejército de trolls en Twitter[12] para hostigarle así como a otros críticos del régimen saudí, para contrarrestar sus casi dos millones de seguidores que le confirmaba como el experto político más famoso del mundo árabe. En 2018, Khashoggi estableció un nuevo partido político llamado Democracia para el mundo árabe ahora, que representaba una amenaza política para el príncipe heredero Mohammed. [25] He wrote in a Post column on 3 April 2018 that Saudi Arabia «should return to its pre-1979 climate , when the government restricted hard-line Wahhabi traditions. Women today should have the same rights as men. And all citizens should have the right to speak their minds without fear of imprisonment.»El 3 de abril de 2018 escribió que Arabia Saudita «debería volver a su clima anterior a 1979, cuando el gobierno restringió las tradiciones wahabíes de línea dura”.
“Todos los ciudadanos deberían tienen derecho a decir lo que piensan sin temor a ser encarcelados«.[13] En un artículo que no llegó a ver publicado insistía «Lo que más necesita el mundo árabe es la libre expresión” y describía las esperanzas de la libertad de prensa del mundo árabe durante la Primavera Árabe[14] y su confianza en que una prensa libre del mundo árabe sea independiente de la nacional. Los gobiernos se desarrollarían para que «la gente común en el mundo árabe pueda abordar los problemas estructurales que enfrentan sus sociedades«.[50]
Estaba claro que en esa lucha que mantenía el considerado progresista liberal, Jamal Khashoggi, detractor de Mohamed bin Salman, todopoderoso príncipe heredero del estado capitalista y totalitario de Arabia Saudí, quien iba a perder sería, como siempre, el más débil. Y así ocurrió como se ha sabido después de muchas tensiones políticas y diplomáticas.
Entró en el consulado saudí en Estambul, pero aunque intentaron engañar a las cámaras de seguridad con un doble, nadie les creyó. El gobierno saudí admitió finalmente que había muerto allí, en el consulado, durante una «acalorada pelea». La U.E, especialmente Merkel y Macron han exigido una investigación a fondo, por sus propios intereses y por presión de los Estados Unidos donde varios senadores republicanos debaten en cuanto a cuáles de las sanciones económicas o de otro tipo deberían aplicarse a Arabia Saudita. No es fácil, los intereses económicos se cruzan con los políticos y las atrocidades que cometen algunos Estados suelen quedar diluidas en aquellos. Es lo que le ocurre a España atrapada por los contratos con el gobierno saudí.
En esta ocasión de Khashoggi, las presiones parecen dar resultado. Las investigaciones han permitido saber que el periodista fue asesinado y desmembrado −como hicieron los comunistas con Nin, ochenta y un año antes, en España−. Lo hicieron dentro del consulado unos 15 agentes sauditas que volaron expresamente a Turquía para realizarlo. Erdogan (presidente de Turquía) afirma públicamente que hay pruebas sólidas de que la muerte de Khashoggi fue «un asesinato planificado» y añadió «El asesinato pudo haber ocurrido en el consulado, oficialmente territorio saudí, pero está en nuestro país. No puede ser ocultado por la inmunidad diplomática», de modo que haciéndose fuertes en esta línea, han continuado sus investigaciones que han dado como fruto encontrar los restos enterrados en el jardín de dicha delegación.
Por este caso, el rey Salmán bin Abdulaziz despidió al jefe de inteligencia adjunto, Ahmed al-Assiri, así como a Saud al-Qahtani, asistente principal del príncipe heredero, pero éste, el supuesto jefe, continua impertérrito en su puesto. Otros tres funcionarios también perdieron sus puestos y 18 sospechosos fueron detenidos. El gobierno saudita anunció, además, que estableció una comisión que investigará lo sucedido y que estará integrada por funcionarios de seguridad nacional, el ministerio de Relaciones Exteriores y el ministerio del Interior. Y lo que es más sorprendente, se queja el canciller saudita Adel Al-Jubeir por la “histeria” que generó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El que la gente se preocupe de un asesinato atroz realizado con premeditación, alevosía, abuso de poder y ocultación, resulta ser una manifestación de histeria. A los saudíes les llama la atención que los estados democráticos clamen que se aclare lo sucedido, como si fuera una situación anómala. Al parecer, ellos lo tienen por habitual, nada extraordinario.
Ante la difícil situación en que se encuentra nuestra nación, conviene meditar sobre la similitud de ideologías de los totalitarismos y las del nuevo Frente Popular que de nuevo se impone en España, y en el hecho de que, quizás por su afinidad con esas ideologías, las izquierdas españolas tan calladas ante las tropelías cometidas por gobiernos comunistas, se muestren algo más exigentes ante Arabia Saudí. Es necesario matizar que la protesta podemita encierra un fin perverso como es el desestabilizar más a España repitiendo de nuevo la acusación de venderles fragatas, como si ésta hubiese sido la causa de la muerte, cuando en la misma sólo han utilizado cuchillos y sierra para desmembrarle. Nada que ver con el armamento de las fragatas, pero tratan de que los árabes se harten y retiren los millonarios acuerdos, lo que, como se ha visto, soliviantaría, lógicamente, a los trabajadores que se quedarían en paro. Las huelgas y revueltas siempre les han venido bien a las izquierdas.
Si no fuese una macabra ironía, podría decirse que, al fin y al cabo Khashoggi ha tenido suerte desde el momento en que parece que se le va a hacer justicia; muchos otros y de distintos países no tuvieron tanta suerte. Ni su familia ni su memoria, han sido resarcidos con una mínima legalidad. El poder absoluto y totalitario, sin contrapeso que le frene, ha dado suficientes muestras en muchos países de estos desafueros. Es igual. Son poseedores de la verdad y, camino vamos que también de la justicia, de esa justicia que nuestros antiguos definían como
la ley del embudo”.[15]
[1] La Vanguardia, 2 de agosto de 1936
[2] Constancia de la Mora Maura (Madrid, 1906-Guatemala, 1950) es un personaje admirado, casi una figura de culto, para lectores, historiadores y feministas que han hecho de su autobiografía, Doble esplendor (In place of Splendor, en su edición norteamericana de1939) un icono. (Incluso a sabiendas de que De la Mora necesitó la colaboración externa para finalizar y publicar sus memorias en Estados Unidos). Como jefa de la Oficina de Prensa Extranjera del gobierno republicano durante la Guerra Civil fue también una figura competente y respetada por parte de los corresponsales de guerra. Pero Constancia de la Mora es también un personaje controvertido que evolucionó a un comunismo feroz y por su personalidad dominante y avasalladora.
[3] https://www.abc.es/espana/madrid/abci-memoria-historica-policias-mataron-lider-poum-andreu-placa-almudena-201803250057_noticia.html
[4] hemeroteca. abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/Madrid/abc/2008/03/05/035.html
[5] El Proyecto Varela fue un proyecto de ley ideado y dirigido por el activista político cubano Oswaldo Payá en 1998, que abogaba por reformas políticas en Cuba a favor de mayores libertades individuales, un proyecto de referéndum que se denominó “Proyecto Varela”. Como lo tituló el diario “La Nación” de Buenos Aires, este hecho representó un “desafío sin precedente para el régimen castrista”. Pocos días después de la presentación del Proyecto Varela, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter durante su visita a Cuba brindó una conferencia en la Universidad de La Habana, ante la presencia del dictador Castro, en la cual mencionó favorablemente el Proyecto Varela y recomendó su difusión Se les persigue: 42 detenidos. la dictadura más prolongada de América Latina muestra su temor ante la posibilidad de verse sometida en las urnas al veredicto libre de su pueblo. Es que el régimen castrista se mantiene únicamente en base a la represión y el miedo que ejerce sobre sus habitantes
[6] https://www.cubanet.org/noticias/muerte-de-oswaldo-paya-y-harold-cepero-no-fue-un-accidente-segun-informe-de-hrf/
[7] Fernando Alberto Albán Salazar (Palmira, Valle del Cauca, Colombia, 1/10/1962- Caracas, Venezuela, 8 de octubre de 2018) fue un político venezolano 1 que sirvió como concejal del municipio Libertador de Caracas. Murió mientras estaba detenido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN). A pesar de que oficiales del gobierno informaron sobre la muerte como un suicidio, la familia y amigos de Albán, partidos de oposición y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, sostienen que la muerte del concejal consistió en un asesinato.
[8] El escándalo Irán-Contra, también conocido como Irangate, es un acontecimiento político ocurrido en 1985 y 1986, en el cual el gobierno de los Estados Unidos, bajo la administración del presidente Ronald Reagan, vendió armas al gobierno iraní cuando este se encontraba inmerso en la guerra Irán-Irak y financió el movimiento conocido como Contra nicaragüense (movimiento armado creado y financiado por los Estados Unidos para atacar al gobierno sandinista de Nicaragua, durante el periodo conocido como Revolución nicaragüense). Ambas operaciones, la venta de armas y la financiación de la Contra, estaban prohibidas por el Senado estadounidense.
[9] La Hermandad Musulmana es un grupo religioso y político fundado en la creencia de que el Islam no solamente es una religión, sino una forma de vida. Aboga por un alejamiento de la laicidad y por un regreso a las reglas del Corán como base para la salud de las familias, comunidades y estados. El movimiento rechaza de manera oficial el uso de medios violentos para conseguir sus objetivos. Sin embargo, anteriormente se relacionó a ciertas ramificaciones del grupo con algunos ataques y los críticos culpan a la Hermandad de provocar problemas en otros lugares de Medio Oriente. Muchos lo consideran el precursor del islamismo militante moderno. Fue ilegalizada en Egipto tras el derrocamiento del primer presidente electo democráticamente de Egipto, Mohamed Morsi , en un golpe militar el 3 de julio de 2013.
[10] El salafismo, también conocido como el movimiento salafista, es un movimiento islámico suní (devotos de la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos al profeta Mahoma) de carácter reformista y ultraconservador que surgió en la península arábiga durante la primera mitad del siglo XIX y que defiende un retorno a las tradiciones del salaf, creadas por las tres primeras generaciones de defensores del islam, los «compañeros» de Mahoma. Hacen una lectura literal y ortodoxa de los textos fundadores del islam, el Corán y la Sunna, y consideran que su interpretación es la única legítima.
[11] “El periodista saudita Jamal Khashoggi le dice a la BBC:’Los acuerdos de Oslo están muertos’”. The Washington Post .El Washington Post . 11 September 2018.11 de septiembre de 2018.
[12] “Saudis ‘Image Makers: un ejército troll y un conocedor de Twitter”.: The New York Times .El New York Times . 20 October 2018.20 de octubre de 2018.
[13] Khashoggi, Jamal (17 de octubre de 2018).” Lo que más necesita el mundo árabe es la libre expresión” «What the Arab world needs most is free expression» . . The Washington Post.El Washington Post .
[14] Las manifestaciones del mundo árabe de 2010-2013, conocidas como Primavera Árabe, correspondieron a una serie de manifestaciones populares en clamor de, según los manifestantes, la democracia y los derechos sociales organizada por la población árabe y, en muchos casos, financiadas por potencias occidentales.
[15] Expresión acuñada popularmente para denunciar una injusticia evidente que nadie se atreve a subvertir y que a menudo surge de alguna confrontación o disputa en la que vence siempre el más fuerte, no el que tiene más razón, atentando contra el justo principio de la equidad. En este caso los fuertes son ellos e imponen su criterio.
Andrés Nin versus Joaquín Maurín, la venganza comunista frente al perdón franquista.