Pienso que fue una verdadera estupidez el haber abolido el servicio militar obligatorio en este país.
Una de las cosas más importantes que tiene el ejército es que vincula a personas de diferentes regiones, por ello, es una institución que une españoles.
Además, educa a la ciudadanía. Ayuda en la disciplina y hace amar a la patria, cosa muy necesaria hoy día, por desgracia.
Por otro lado, seamos sinceros, a un país se le teme, sobre todo, por su fuerza militar.
Se debe decir que, el ejército, está para la defensa de la unidad nacional. Lo digo porque, si tiene que intervenir en alguna región del país, que lo haga.
Tampoco he comprendido nunca el ser el Ministro de Defensa un civil cuando debiera ser un experto en la materia, es decir, un militar. Esa es otra de las cosas que para mi se debiera cambiar.
Se deben reorganizar las fuerzas armadas y dotarlas de medios adecuados. Sin olvidarnos, por supuesto, de las fuerzas de policía.
Sigo con lo mismo, deberíamos salir de la OTAN.
Las tropas están repartidas por diferentes lugares del mundo, donde, yo creo que, no pintan nada. Entre otras cosas se dice que ¿para luchar contra el terrorismo yihadista?; al ritmo que vamos, con la entrada masiva de inmigrantes de religión islámica en España sin apenas control el problema le tendremos, no tardando mucho, mas dentro de nuestras fronteras que fuera de ellas. Las tropas deben estar aquí, cuando encima, peligra ya hasta la unidad nacional. Y no sólo son necesarias que estén aquí para mantener la unidad nacional y controlado el terrorismo, sino por los problemas exteriores de Gibraltar y el del Sahara Occidental (u otros) que aún siguen ahí, luego nunca se sabe si necesitaremos las tropas también para resolver eso en su día, por lo menos, para »enseñar con ellas los dientes» a quien toque.
La verdad que un día para olvidar, la entrada de España en la OTAN, ese fatídico 30 de Mayo de 1982.
Siempre lo he dicho y lo repito, la política exterior española debería ser, Península Ibérica, América latina, Norte de África, (sin olvidarnos de Guinea Ecuatorial), y del Pacífico influencia sobre las Filipinas, creación española e islas en el mismo océano que también fueron nuestras (Guam, por ejemplo). ¿Europa?, mirarla sin duda con cierto sentimiento de amistad. Claro que esa Europa a mirar debe ser una Europa de las naciones, tradicional, cristiana, pues sin eso, para mi, no es Europa es otra »cosa».
No me canso de repetir tampoco que debemos formar un bloque, una Confederación o una especie de »mancomunidad» (como se quiera) iberoamericana, para plantar cara al mundo anglosajón y también al mundo asiático, siendo como sería esta organización un contrapeso y recuperando con ello nuestro lugar a nivel mundial.
Acabando, el ejército es de España, y lo que hagamos con el sólo nos compete a los españoles, para eso le mantenemos con nuestros impuestos y nutrimos sus filas. No es un ejército mercenario. Por ello, el ejército, debe estar al servicio, únicamente, de las políticas españolas, no extranjeras y menos las anglosajonas opuestas, la mayoría de las veces, a las españolas.