España está considerada una potencia abortista. Pero, ¿el artículo 15 de nuestra Constitución no defiende el derecho a la vida?, ¿entonces?, ¿por qué se permite el aborto?.
Vamos a ver, ¿hay algo más antinatural, que la propia madre matando a su propio hijo antes de nacer?.
Seamos claros, la mujer, es el eje de una familia, núcleo este de la sociedad humana y con ello de una nación.
Por eso mismo quiere ser destruida la familia, pues es el núcleo principal de un Estado.
La labor de una mujer dentro de una sociedad ha sido para mi siempre, incluso, más importante que la de un hombre. Aunque eso no tiene que subirse a la cabeza tampoco. Luego, este odio hacia el sexo masculino que se pretende fomentar es absurdo.
Si la mujer nos falla, sucumbiendo ante este circo infernal, ¿qué humanidad nos tocará ver y padecer, tanto a nosotros como a nuestros hijos?. Yo os lo digo, grotesca, caótica, sin sentido.
Las organizaciones de »feministas radicales», parece ser que utilizan sobre todo dos símbolos para identificarse. Uno es el de las dos manos, juntas, haciendo una »pirámide» con ellas (¿vagina?, ¿símbolo de Venus-Tanit?) y el otro, el supuesto símbolo del sexo femenino, círculo, en el centro un puño (iris), (puño – comunismo), »cinco» dedos cerrados, pentagrama, que conecta con una cruz invertida, símbolo del anticristo. ¿Paranoias mías o realidades?.
Repugnancia, también debo decir, siento al ver a esas mujeres que desnudan y pintan sus cuerpos para salir en las cámaras abalanzándose sobre personas públicas o simplemente en manifestaciones, sin ningún rubor, como si fueran unas locas escapadas del manicomio. Y luego, esas mismas mujeres, ¡van pidiendo por ahí dignidad!.
En fin, ¿somos conscientes de quien está, como siempre, detrás de todo esta tontería destructora?.
Resumiendo, la masonería, »religión de Lucifer», controla las instituciones y es en gran parte a través de ellas como van hacia la destrucción de la familia, el último baluarte de la humanidad, mediante una ingeniería social atroz.
La idea final, es crear masas humanas informes, sin patria e identidad alguna, fáciles con ello de manipular y de controlar.