“La incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor”, decía el Papa Bergoglio.[1] Esa incoherencia ha llegado al más alto grado en Cataluña, donde, ha sucedido lo que el propio Papa Francisco advertía, “los cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su propia incoherencia” y se entiende que quien está más obligado a dar ejemplo, son aquellos que por sus votos tienen la responsabilidad de curar almas y no tanto soliviantar a sus feligreses, tal como está ocurriendo en la región catalana.
Por ello ha causado estupor y enfado el hecho de que unos trescientos sacerdotes y diáconos de la zona hayan firmado una carta abierta a los obispos de toda España en la que instan a no repetir «el error de la Guerra Civil« con motivo del proceso separatista. Vienen presionando desde hace tiempo. Ya el 21-9-18 un nutrido grupo de curas nacionalistas publicó una “Declaración sobre el referéndum de autodeterminación convocado por el gobierno de Cataluña” firmado por 412 presbíteros y 38 diáconos empeñados en imponernos el referéndum, saltarse la ley, y contribuir a nuestra ruina y disolución social, además de animar con ello a miles de fieles a alejarse de una Iglesia que perciben como instrumento al servicio del ídolo más letal del siglo XX. Dos días después los mismos curas lazis enviaban una carta al Papa pidiéndole que intercediera ante el gobierno nacional para que “revise su visceral oposición a este referéndum y cesen sus actuaciones represivas”.
Pero quizá lo que más molestó fue la utilización del monasterio benedictino de Montserrat, −miembro de la Congregación italiana de Subiaco[2], − para rezar la siguiente plegaria durante el oficio de Vísperas:
“- Al llegar a esta hora vespertina, rogamos por el restablecimiento del gobierno catalán y por la libertad de los consejeros elegidos democráticamente. Roguemos al Señor: Señor ten piedad, Cristo ten piedad.
– Para que ningún gobierno maltrate la dignidad de las personas y respete siempre sus derechos. Roguemos al Señor: Señor ten piedad, Cristo ten piedad.”Plegaria inaudita y excluyente (dice Germinans Germinabit). Inaudita por la instrumentalización del lugar donde se reza y excluyente porque reclama la restauración de un gobierno destituido, al que en las últimas elecciones solo apoyó el 47 % de la población. Inaudita porque no se limita a rezar por la libertad de los presos, sino que tiene que acaramelarlo con ese ruego por el restablecimiento del gobierno y el respeto a los derechos de los consejeros y envenenarlo con esa alusión a un gobierno maltratador de su dignidad. Excluyente porque solo se reza fervorosamente por la libertad de unos determinados presos, sin que se incluya en la oración a presos de otras causas u otros lugares. Inaudita porque ni tan siquiera efectúa la típica llamada al amor y a la concordia ni menciona a ese 53% de catalanes que discreparían del contenido de la oración. Y excluyente, en suma, porque esta plegaria no viene a ser más que otro instrumento de división entre los ciudadanos de esta tierra, similar a aquellos otros que nos han conducido a la triste situación actual.
Instrumentalizar el Santuario de la patrona de Cataluña, ponerlo al servicio de determinada orientación política, en evidente menosprecio de las restantes fuerzas y de la mayoría del pueblo catalán, significa que ese monasterio permite su utilización partidista y excluye a la mitad de Cataluña de su carácter simbólico. La Virgen de Montserrat es un símbolo para un buen número de catalanes, de todas las tendencias políticas, por lo cual permitir que en su Casa se ore únicamente por una parte de ellas y se ofenda a las demás, representa apropiarse de ese símbolo sagrado, excluyendo de él a esos catalanes que se sienten ofendidos por esa plegaria. Debe ser la nueva versión de la hospitalidad y acogida de la Regla de San Benito: sólo oramos por los nuestros.[3] El ejemplo más conocido es el de la monja Forcades, también benedictina y del Partido Constituyente en Cataluña.
¿Por qué no se da la importancia que se merece, al hecho de que más de 220 iglesias y grandes capillas públicas fueran incendiadas sólo en Barcelona? ¿O al asesinato allí de más de 2.000 religiosos en seis meses? ¿No es falso y engañoso que un hecho de tanta gravedad haya sido calificado en algún caso de simple producto de «excesos» y de «arbitrariedades»? Es lo que escribía Jordi Albertí al final de su libro La Iglesia en llamas – 4.000 templos fueron saqueados, quemados o derribados en Cataluña-. En el libro relata y enmarca el asesinato de 2.400 sacerdotes, religiosos de ambos sexos, entre 1936 y 1939 en Cataluña. Entre ellos los 23 monjes montserratinos, al parecer olvidados por sus actuales hermanos,[4] a los cuales por ello recordamos: los PP. Roberto Mª Grau (prior), Fulgencio Albareda (mayordomo), José Mª Fontseré, Pedro Vallmitjana, Domingo González, Juan Roca, León Alesanco, Luis Palacios, Ambrosio Mª Busquets, Plácido Mª Feliú, Odilón Mª Costa, Ángel Rodamiláns, Sebastián Mª Feliú, Veremundo Mª Boqué y Raimundo Lladós (que residía entonces en El Pueyo y fue asesinado en Barbastro, aunque era profeso de Montserrat); los clérigos Dom Francisco Sánchez, Dom Narciso Mª Vilar y Dom Hildebrando Mª Casanovas; y los Hermanos Bernardo Vendrell, José Mª Jordá, Ildefonso Civil, Eugenio Mª Erausquin y Emiliano Mª Guilà.
Como no obtuvieron todo el éxito que buscaban con el primero, acaban de volver a presentar un nuevo manifiesto nacional-catalanista los mosens lazis: “Carta abierta de sacerdotes y diáconos catalanes a sus hermanos en el ministerio y a los obispos de España. Por el diálogo, el respeto y la justicia”. O sea: no va dirigida a sus hermanos en el ministerio catalanes que no están por la idolatría prusesista, que son la mayoría y los tienen mucho más cerca, sino a los malvados españoles a los que de alguna manera, amenazan:
Han provocado un conflicto: “A todos nos duele constatar que las relaciones mutuas que se están dando entre cristianos y entre comunidades «de aquí y de allí», y los sentimientos recíprocos que expresamos, no son en muchos momentos lo que deberían ser sentimientos propios de hermanos en la fe”. Pues muy bien por reconocer que se han cargado la concordia eclesial, pero la ruptura no es entre Cataluña y España, sino entre los católicos catalanes, y la habéis provocado vosotros.
Aviso de guerra: “Las cuestiones identitarias tienen una extraordinaria fuerza emotiva. De hecho, están en la base de muchos conflictos y contiendas graves en los últimos siglos. Si se llegó a la guerra significa que no se hizo todo lo posible para conseguir la paz. (…) Puede parecer fuera de lugar aludir a nuestra historia en la guerra civil“.
Juzgar a políticos nacionalistas por delinquir está mal: “No es aceptable pretender resolver un problema social tan complejo a base de la fuerza policial o del derecho penal. (…) Está a punto de iniciarse un juicio penal contra muchos líderes políticos y sociales catalanes. Esta situación tiene una gravedad especial. (…) Hay personas procesadas y encarceladas por perseguir lo que muchos de nosotros consideramos justo y adecuado a derecho, y que otras personas juzgan y condenan”.
La solución es aceptar las demandas nacionalistas. “Deberá tomarse una decisión sobre el fondo del conflicto. (…) buscar y aceptar las soluciones justas, que respeten los derechos de Cataluña como se deben respetar los de todos los pueblos”. (Excepto el de los españoles no catalanistas)
Fariseísmo: “Atendamos, pues, más a lo que nos une que a lo que nos separa, no anteponiendo nunca ideologías ni leyes humanas al respeto recíproco y a la verdadera justicia”. Pero ¿estos curas no son los que llenan sus templos de propaganda ideológica? ¿Los que cuelgan cubanas de sus campanarios y churros pro presos políticos en las fachadas de sus iglesias?
Pero esto no es lo importante, porque ya estamos acostumbrados a que sean los curas quienes alejen a los fieles sencillos de la Iglesia. Lo que nos llama la atención es que la cartita está firmada por 254 curas y 22 diáconos. Casi un 40% menos que los firmantes de hace 1 año. 174 capellazis menos.[5] Sin embargo, en la mayoría de la lista figuran muchos obispos y arzobispos, jesuitas, algún franciscano, y claretianos a los cuales parece se les hayan olvidado las enseñanzas de San Antonio María Claret quien fundó la orden en 1849 en Vic, y también de los 109 claretianos beatificados, sólo hace trece meses, en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. La mayoría de ellos fueron asesinados en Cataluña con el consentimiento de Companys, presidente de la Generalidad. Pertenecían a las comunidades de Cervera, el Mas Claret y Solsona (60), de Barcelona (8), de Sabadell (8), de Lérida (11), de Vic y Sallent (15)[6].
Según se afirma en la misiva de los 300, «puede parecer fuera de lugar aludir a nuestra historia en la guerra civil de 1936, pero creemos que no. En aquel momento, la mayor parte de la Iglesia española se inclinó por una opción determinada, condicionada en buena medida por la persecución religiosa. Pasada la terrible guerra y los años de posguerra, la Iglesia ha tenido que reconocer que aquella decisión fue un error histórico«.
Es decir, que la Iglesia española se pasó de rosca, reconociendo agradecida que por la lucha de ciertos militares quedaron unos cuantos curas vivos. Parece que “el amor misericordioso” que los firmantes de la misiva demuestran por los lazis se corresponde más con los asesinos que con los pobres inocentes que murieron de la manera más cruel llegando a ser despedazados o rociados con gasolina para quemarlos vivos. Tanto si eran hombres como mujeres, pero en este caso, religiosas y seglares se veían además atropelladas y violentadas de manera terrible. Sin embargo, a pesar de las penalidades que sufrieron, no se produjo ni una sola apostasía. Se mantuvieron fieles a la Iglesia, por eso, por su ejemplo, el pueblo y sus compañeros de vocación apoyaron y vitorearon sin reservas y muy agradecidos al ejército que, con su general al mando, les liberó de torturas, checas y seguro asesinato. No es posible suponer que estos individuos del “error histórico” desconozcan la verdad de la historia, de modo que nos inclinamos a pensar que quizás esta indignante actuación de los prelados independentistas no solo se deba a su compasión misericordiosa por los que están en prisión, sino a otra intención, de momento y relativamente, más oculta.
Poco se habla de la implicación de la masonería dentro de las políticas nacionales, pero una vez legalizada y con libertad de actuación, se explica su influencia en parte de nuestras actuales políticas socio-económicas como los separatismos, de los que España ya tuvo terribles experiencias. Desde el movimiento cantonal de la Primera República, hasta los separatismos de Cataluña en la segunda, bajo el pretexto falso de las libertades individuales, han desmoronado todos los imperios europeos, en especial el español, a cuyas naciones han destinado gobiernos corruptos y un bajo nivel de seguridad y de calidad de vida. La masonería siempre ha reivindicado su papel en grandes revoluciones y cambios políticos. Destacan por ejemplo la influencia de la Logia de St. Andrew, en Boston, en el incidente del “té de Boston“, y la presencia de su ‘hermano’ Benjamin Franklin en el proceso que llevó a la creación de Estados Unidos. Su huella, defienden, está presente en otras revoluciones como la francesa o la independencia de Hispanoamérica y siempre con la misma constante dicen no meterse en política y en religión, pero no han hecho otra cosa desde el siglo XVIII. Se han metido en política para activar procesos revolucionarios y secesionistas.
Siguiendo esta línea, los masones catalanes no quieren quedarse fuera del proceso independentista. Un grupo de masones ha creado una asociación para aportar los valores del colectivo a una Cataluña independiente. Su impulsor, un masón de grado 33, defiende que en España sólo Cataluña ha declarado injusta la persecución que sufrieron por parte del régimen de Franco tras la Guerra Civil. Han creado una asociación, llamada Ágora Masónica, con el “objetivo de ayudar, desde el diálogo y la reflexión, a lograr una Cataluña independiente”, tal y como defiende su impulsor Jaume Salinas en una entrevista con el periódico ‘El Punt Avui’. La iniciativa de crear Ágora Masónica surgió en un chat entre miembros de la masonería catalana a raíz de lo acontecido en las elecciones del 27-S. Aseguran que vieron claro “que había que aprovechar el empuje para hacer algo por nuestro país”. Defienden, dicen, la implementación en Cataluña de valores surgidos de la revolución liberal y francesa como la libertad de pensamiento, de enseñanza, de religión, la separación de poderes, el principio de solidaridad… aunque la realidad es que desafían a la unidad de España, y a la legalidad constitucional, a la vez que tiene un marcado sesgo laicista y anticatólico.
Y, abusando de esa libertad que les da la Constitución española que quieren abolir, hacen un llamamiento a todos los francmasones para que trabajen por la independencia de Cataluña.
Y, abusando de esa libertad que les da la Constitución española que quieren abolir, hacen un llamamiento a todos los francmasones para que trabajen por la independencia de Cataluña. José María Casal añade «tenemos también que darnos a conocer a todas las hermandades masonas por el mundo» con tal de expandir el movimiento separatista. Carlos Castellanos de la ANC, dice que la Masonería puede ayudar a tirar adelante con el movimiento y puede influenciar a muchos campos sociales e internacionales. Efectivamente, hasta en la Iglesia: «Solicitamos a la Iglesia católica, por su implantación cultural y territorial, que dé a conocer a sus fieles la Doctrina Social de la Iglesia sobre el derecho de autodeterminación«. Así ha instado el ala cristiana de la Asamblea Nacional Catalana, Cristians per la Independència, a la implicación de los creyentes y las instituciones religiosas en el referéndum.[7]
Mientras la cúpula toma postura, los cristianos agrupados en la ANC insisten en que «no podemos dejar pasar esta oportunidad» y aseguran que tanto Pablo VI como Juan Pablo II animaban al derecho de autodeterminación. «Estos derechos son principios morales, mucho antes que normas jurídicas». Escuchan lo que quieren. Por el contrario no harán caso a las palabras del Papa Francisco cuando habla de la incoherencia de los cristianos. Para introducirse mejor en la sociedad ha creado diversas secciones incluida la iglesia con la pretensión de lograr, como en el terreno político, la secesión. La ANC afirma que tras la secesión la «iglesia catalana» será un ejemplo en todo el mundo gracias a haberse desligado de la iglesia española, porque la reformaremos a fondo, según asegura Félix Martí Ambel[8]. Hasta destruirla, claro.
Se veía venir. Después de una hipotética Cataluña independiente tocaría una Iglesia de carácter nacional y democrático, porque según Martí Ambel: “Cataluña, por su historia, cultura y tradición, habría podido tener un catolicismo abierto y muy ilustrado. Se nos ha impuesto o se nos ha querido imponer, con más o menos éxito, un catolicismo poco ilustrado, poco culto, y un cristianismo poco abierto, poco celoso de la verdad católica (…) Con la independencia de Cataluña (…) podremos recuperar la tradición de un catolicismo culto, ilustrado, crítico con muchos de los aspectos que han sido la tradición católica de estos últimos siglos». «Desde Cataluña seguramente contribuiremos a la evolución que necesita la Iglesia católica universal. (…) Cuando Cataluña sea independiente, las comunidades católicas de Cataluña recuperarán este empuje de apertura en relación a los derechos humanos, de modernización de la comprensión de la fe, de la ilustración, y podremos contribuir a la evolución del mundo católico». Y en esa evolución entra el nombramiento de obispos, que según dicen serán las mismas comunidades religiosas de Cataluña las que deberán escoger a sus obispos por procedimientos de talante democrático”.Este es el asunto. Quieren conseguir la disgregación total, ni territorio, ni lengua ni iglesia. Quieren tener una iglesia propia como la Iglesia Nacional China, en la que quizá más de uno de los 300, aspire a ser cabeza visible de esa iglesia nacional; llenar Cataluña de santuarios como el de Gallifa donde sustituyen a la Virgen por la diosa Artemisa-Ishtar en una iglesia católica transformada en “santuario ecológico”.
En su delirio hablan de recuperar “la tradición de un catolicismo culto” al tiempo que hablan de evolución y modernización; tal parece que el ejemplo y las enseñanzas de Cristo les resultan anticuadas, por eso quieren modernizarlas y lo hacen ellos, que por su egolatría, se creen superiores sin reconocer que la tradición sostiene que la Iglesia católica fue fundada por el mismo Jesucristo. El Nuevo Testamento registra las actividades de Jesús y de la enseñanza, su nombramiento de los doce apóstoles, y sus instrucciones a ellos para continuar su trabajo. La Iglesia católica enseña que la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, en un evento conocido como Pentecostés, marcó el comienzo del ministerio público de la Iglesia. Es igual, no lo quieren saber porque su objetivo es convencer a la sociedad de que eso está anticuado y lo moderno es el laicismo cuanto más radical mejor, para acabar con la Iglesia, con la Iglesia Católica.
Recordemos, por último, las palabras que, el entonces Cardenal Wojtyla, dijo en el congreso eucarístico de Filadelfia en 1977:
“Estamos ante la confrontación histórica más grande que los siglos jamás han conocido. Ante la lucha final entre la iglesia y la anti-iglesia; entre evangelio y anti-evangelio… pero ahora hemos llegado al final de esta batalla que muy pocos realmente perciben en el mundo actual y que los hace incapaces de discernir los signos de los tiempos y entender lo que está pasando en el mundo de hoy en sus más profundas causas ontológicas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni tampoco entienden.”
[1] Javier Caraballo, El Confidencial, 14-11-2018
[2] De aquel “Orden Benedictino” que creara León XIII en 1893 para fortalecer la estructura de los cenobios benedictinos, quedan en España dos de las 21 Congregaciones que forman actualmente esta Orden, a saber; la congregación italiana de Subiaco o Congregación Sublacense,(la de mayor amplitud) y la congregación francesa de Solesmes o Congregación Solesmense.
La Congregación de Solesmes la forman en España las abadías de “Santo Domingo de Silos” (Burgos), “San Salvador de Leyre” (Navarra), “Santa Cruz de El Valle de los Caídos” (Madrid), y el priorato de “Nuestra Señora de Montserrat” o “Montserratico” (Madrid capital), dependiente de Silos.
Conviene saber que aunque ambas Congregaciones pertenecen a la misma “familia monástica”, las realizaciones del proyecto benedictino difieren entre sí, precisamente por la autonomía jurídica que caracteriza a cada una de ellas, haciéndolas independientes una de la otra. Cada Congregación se rige por Constituciones propias y está bajo la autoridad y jurisdicción de un Abad-Presidente. Conservando la misma raíz, varían, sin embargo, las directrices, los estilos, las observancias…, las resoluciones concretas de lo monástico da lugar a un extremo abanico de formas y proyectos de vida.
[3]Germinans Germinabit: “Plegarias excluyentes en Montserrat”05-02-2018
[4] Quizá por influencia de mosén Hilario Raguer (historiador y figura muy respetada en Cataluña) que habla de los mártires como fusilados en la Guerra Civil (de manera que parece que los fusiló Franco) Y añade sin ningún respeto: «Yo discuto la condición de mártir, sostengo que no les mataron por su fe, sino porque se les identificaba con una ideología”. Ideología que para Raguer parece ser más atroz que la que se impone en Cataluña.
[5] https://www.dolcacatalunya.com/2018/11/el-manifiesto-de-curas-separatistas-pierde-el-40-de-firmantes/
[6] De fuera de Cataluña la causa incluye a mártires de las comunidades de Castro Urdiales en Santander (3) y de Valencia (4).
[7] https://www.burbuja.info/inmobiliaria/politica/764455-masones-de-cataluna-a-favor-del-separatismo-y-de-anc.html
[8] Miembro del Consejo Permanente de la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), la plataforma que impulsa, con dinero público estas acciones; ex-directivo de la secularista Pax Romana, ex-empleado de la UNESCO en Cataluña, del Ayuntamiento de Barcelona, de la Generalitat; ex-responsable del pintoresco Parlamento de las Religiones, de instituciones subvencionadas y de varios lobbies europeos de carácter supraestatal. Se desconoce su tarea de apostolado católico, pero es portavoz de los católicos separatistas que veneran a la nació«