Lo justo es defender siempre a la víctima, independientemente de su sexo, raza o condición, sin embargo nuestra sociedad actual parece apostar por la discriminación, una discriminación como nunca hasta la fecha había existido, y una discriminación que además afecta principalmente a las víctimas.
Recientemente informaba el diario ABC que la Policía Municipal de Madrid había detenido a un hombre acusado de violar o otro hombre en un apartamento del distrito Centro de Madrid.
Parece que ambos habían concertado un encuentras mediante una aplicación de citas para el pasado sábado.
Según relata la víctima, o la presunta víctima, ambos quedaron en un apartamento de la Corredera Baja de San Pablo, en el madrileño barrio de Malasaña , y el presunto violador ofreció al joven una vaso de agua que según la denuncia contenida alguna sustancia, pues la víctima perdió la conciencia, conciencia que recobró durante la violación.
Igualmente se relata en la denuncia que al percatarse de estar siendo violado, trato de usar su teléfono para llamar a la Policía, cosa que impidió el agresor arrojando el móvil.
El presunto agresor tiene 39 años, y la presunta víctima 32.
Ante esta noticia, no hemos encontrando ni en la calle, ni en internet, ninguna campaña, ninguna denuncia, o ningún rechazo ante este tipo de conductas violentas, lo que nos permite cuestionarnos sino será que a los grupos de presión sólo les interesa defender a las víctimas cuando estas son mujeres, o inmigrantes, y cuando los agresores son varones heterosexuales blancos.