El llamado, »Pacto Global sobre Migración, segura, ordenada y regular», de la ONU es un pacto bochornoso, pues entre otras cosas, provoca un enorme efecto llamada. Pero apenas se ha hablado de ello en los grandes medios, distrayéndonos con otros temas. España, nunca debió firmar semejante pacto, pero con el gobierno del »okupa» Sánchez, apoyado por la anti-España, tampoco nos debe sorprender.
Con tanto inmigrante de »mundos» distintos al nuestro, traerá como consecuencia un cambio radical de la cultura cristiana europea, que con el tiempo desaparecerán y serán sustituidas por las suyas, de mayoría, por cierto, islámica. E incluso provocará con el tiempo choques dentro del continente, creando el caos. Pero, como ya dije en su día, esa es la idea.
Desde hace décadas, buscan la destrucción de los estados nación cristianos europeos, tanto atacándolos desde dentro (leyes antinaturales y anti nacionales) como desde fuera (inmigración masiva). No sólo por ser naciones, sino por ser, sobre todo, cristianas. Más que la lucha por la supervivencia de las naciones (que también), es una lucha por la supervivencia de la cultura cristiana. Esta criptocracia »luciferina» no soporta el cristianismo.
Porque, ya lo dije en su momento y lo vuelvo a repetir.
¿Que necesidad tiene España de tanto inmigrante, cuando hay entorno a 6 millones de parados, muchos de ellos teniéndose que marchar del país para buscar trabajo al no encontrarlo aquí?. Hay que ayudar al nacional primero, esa debe ser la máxima responsabilidad del gobierno español. Y ya está bien de »buenismos».
¿Se los necesita, al haber una baja tasa de natalidad?. Esto es ridículo, pues si hay una baja tasa de natalidad es porque se ha permitido matar a miles de seres por medio de abortos indiscriminados, por ejemplo.
Es sencillo aumentar la natalidad de una nación. Basta con impartir una educación familiar cristiana desde los colegios. Proporcionar trabajos, con sueldos dignos al obrero. Ayudar a las familias españolas, con premios de natalidad. Suprimir el aborto, controlar o suprimir directamente el divorcio y no permitir matrimonios entre gente del mismo sexo.
Por otro lado, sigo diciendo lo mismo, deben colaborar todos los países europeos, en aportar educación y trabajo en los respectivos países de origen de esos inmigrantes. Y no, como hace la UE o la ONU, junto con las ONGS, (todas estas organizaciones controladas por la criptocracia, por cierto) introducirlos masivamente de forma bochornosa en Europa, convirtiéndose en una especie de »hordas bárbaras invasoras», en pleno siglo XXI.
Pero claro, no interesa el aumento de la natalidad europea, pues se necesita para justificar la necesidad y entrada de inmigrantes en los países del continente. Ni potenciar de nuevo el cristianismo, siendo de nuevo base de las naciones, todo lo contrario, hay que hundirlo.
La verdad, es que la criptocracia mundial, ya parece no cortarse y no oculta sus verdaderos objetivos respecto a Europa occidental y su civilización cristiana.
Los gobiernos de los Estados no sólo tienen que defender a las naciones contra este ataque, deben contraatacar. Deberían perseguir a los principales autores de todo esto, a la criptocracia luciferina (nuestros verdaderos enemigos) y a sus organizaciones, empeñada en destruir la cultura occidental cristiana (plan Kalergi, puro y duro), para luego traer su NOM, porque, esto último, es el motivo de fondo.
El señor Jean-Claude Junker, presidente de la »Comisión Europea», es admirador de Kalergi, lo llama »el padre de Europa». ¿Que podemos esperar de esta UE, teniendo un presidente al frente con semejantes pensamientos?.