El Diario de Avisos, en su edición del pasado 29 de diciembre publicaba una entrevista laudatoria a Xavier Molina, Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), en la que evidentemente no se trató sobre la historia de persecución y totalitarismo protagonizada por los masones.
Xavier Molina, en su entrevista trata de vender a los masones como una élite intelectual, que siempre ha sido perseguida por los poderosos, olvidando que en realidad desde el siglo XVIII la masonería ha estado en el poder, y ha sido la principal promotora de las grandes persecuciones religiosas e ideológicas, y ha estado detrás de hechos históricos nefastos como la Revolución Francesa, o la I y II repúblicas españolas.
Igualmente Xavier Molina olvida citar la importancia que tuvo la masonería en la perdida de las provincias de ultramar, y la entrega de las nuevas naciones hispanoamericanas a los poderes totalitarios que han sumido a la América Española en la pobreza y el enfrentamiento civil.
Como ejemplo transcribimos una parte de la entrevista aunque recomendamos a nuestros lectores que lean la entrevista original pulsando aquí:
-Fueron perseguidos durante el franquismo y ese mensaje caló en la sociedad, manteniéndose prejuicios y la leyenda negra, sobre todo en la archifamosa conspiración judeomasónica. ¿Cómo está la situación actual?
“La masonería es totalmente legal en España, pero ha trascendido una imagen que nos ha afectado. En Francia hay unos 150.000 masones, en Italia 30.000, en Portugal hay más de 3.000… Si en otros países ser masón es un prestigio y un honor, en la sociedad española no. La leyenda negra nace por un miedo a la masonería. Uno de los principios de la masonería es que cada uno puede expresarse libremente, no hay categorías, no hay ricos, poderosos, ni pobres, no hay ningún jefe, solo hay hermanos. Es cierto que hay niveles de hermanos, pero son niveles de progresión y conocimiento y la simbología se va estudiando a través de diferentes niveles. Sobre todo, hay un respeto absoluto a la libertad de opinión y de pensamiento, solo pedimos respeto a los derechos humanos y a la democracia, y a partir de ahí cada uno puede expresarse libremente. Ese foro de libre expresión que no estaba controlado ni podía controlar ni el gobierno ni la Iglesia creaba miedo pues creaban librepensadores, unas personas que a los gobiernos, sobre todo totalitarios, nunca les ha gustado. La masonería es una escuela de librepensadores, formada por gente crítica que tiene los argumentos en su poder para decidir en cuestiones que afectan a la vida del individuo y social. No es relevante si esa persona es de derechas o de izquierdas, lo importante es que la opinión que tenga sea motivada y ejercida de una forma libre”.