Hace un tiempo leí que ciertos altos mandos de nuestro ejército no quieren que les identifiquen con Franco.
Para empezar, renegar del Caudillo, al ser uno de los mejores jefes militares y gobernantes que ha dado nuestro país es, cuanto menos, de traca. Para una vez que hablan altos mandos en activo y es para decir una insensatez.
Aunque, ¿que se puede esperar de un ejército educado y controlado durante años, por unas instituciones liberales que parece que lo han convertido en un ejército, aparte de mercenario, en uno mudo?
El ejército, en otros tiempos, ante la situación actual española, hubiese, tal vez, hasta intervenido. Pero por eso había que desmantelarlo, pues era un peligro, por supuesto que no para el pueblo, pues, el pueblo, es la espina dorsal del ejército (que parece que se les olvida a algunos por ahí), sino para ciertos plutócratas, verdadero peligro para las naciones cristianas. Ojalá me equivoque, pero por lo que oigo, por ahora y por desgracia, parece que han conseguido »neutralizarlo».
Por qué, ¿dónde están las opiniones de altos mandos »en activo» del ejército español, hablando y opinando sobre la debacle nacional? ¿Qué es eso de callarse, mientras la patria peligra?, ¿simplemente, como se dice por ahí, para proteger sus sueldos y galones? Ante todo valentía frente a los enemigos de España, del orden y del cristianismo.
Lo de Cataluña, para mi, es la gota que colma el vaso. El ejército debería haber intervenido hace tiempo. Aunque también es verdad que, con un gobierno por un lado »cobarde», como el del señor Rajoy y uno »okupa» y traidor como este que se atreve a pactar con los enemigos de España, no se puede esperar otra cosa.
Ciertamente, la culpa de lo que ocurre en Cataluña, no viene de ahora, viene desde los principios de la »restauración demoliberal». Tanta Comunidad Autónoma y tanto pactar con quien no se debería haber pactado, nos ha llevado a esta situación. Bien es cierto, que no soy partidario de Constituciones liberales, pero debo reconocer que, creo que es el artículo 8 de la Constitución, dice, más o menos, que cuando peligra la unidad nacional, el ejército debe intervenir. ¿O es paranoia mía?
Para terminar, oigo también que se debe reformar el ejército. Cierto, pero a la vez, se debería también reformar a la sociedad que es la que va a engrosar sus filas.
Entre otras cosas, el servicio militar debería volver a ser obligatorio y la educación cristiana, tanto desde la escuela, la casa, como desde el cuartel. Debemos crear una sociedad y unas fuerzas armadas, totalmente patriotas y cristianas, dispuestas a enfrentarse al mal donde esté, es decir, a los enemigos de España y del cristianismo, sin pensárselo dos veces.