El ministro de Asuntos Exteriores, José Borrell, defendió el pasado miércoles en Nueva Delhi la cesión de soberanía por parte de los estados miembros de la Unión Europea.
El ministro defendió que la cesión de soberanía formal a la Unión Europea, en realidad, es una forma de ganar soberanía real, sin embargo el propio ministro reconoció que todos los países europeos son reacios a ceder soberanía al no querer perder su capacidad de decisión.
Evidentemente desde Tradición Viva no compartimos las tesis defendidas por el liberalismo, no obstante resulta curioso que un ministro que supuestamente defiende la Constitución en la que se establece que la soberanía pertenece al pueblo, ahora en un foro internacional pretenda justificar que la soberanía reside en los estados, y trate de convencer sobre la cesión de soberanía a organizaciones supranacionales.
Según el ministro la cesión de soberanía es un instrumento necesario para crear una Unión Europea sólida capaz de defender los intereses europeos en el escenario internacional.
Borrell con estas afirmaciones esta dejando claro cual es el objetivo del mundialismo: seguir progresando en la revolución alejando el poder del pueblo. Efectivamente, la cesión de soberanía determinará que el poder se aleje del pueblo, residiendo en instituciones internacionales de difícil control, tanto por sus déficit de funcionamiento, como por su gran concentración de poder.