¿Cuál es el mejor deseo para el nuevo año? ¿Tener un Feliz Año Nuevo o tener un Año Bueno?
Parecen coincidentes, el tener una vida feliz y una vida significativa, pero entre ambas existe una importante diferencia.
¿Se ha de perseguir la mera felicidad, porque ser feliz lo es todo en la vida? En el mundo natural, la búsqueda de la felicidad no distingue a los humanos de los animales, lo que los distingue es la búsqueda del sentido, que sí existe en los humanos.
Para algunos psicólogos, tener una vida feliz está asociado con ser un tomador. Sin un significado, la felicidad se caracteriza por una vida relativamente superficial, e incluso egoísta, que implica darle al ego lo que éste quiere y que la primacía del ideal de una cultura hedonista sea el objetivo a conseguir, que conduce a evitar las complicaciones para que todo esté bien y poder así satisfacer los deseos y las necesidades sin dificultad. La gente feliz muestra su alegría al recibir de los demás. Ser feliz puede parecer ser suficiente, pero ser bueno es mejor.
Tener una vida significativa está asociado con ser un dador, con obtener alegría al dar a otros. En la vida significativa el sentido trasciende al ego.
Desear un año bueno supone reconocer la superioridad del significado sobre la alegría momentánea. El término bueno tiene un especial significado en la Torá (el Pentateuco). En el Génesis, después de cada día de creación, Dios ve su obra y la proclama buena. Y cuando completó su obra, Dios vio todo lo que había hecho y “he aquí que era muy bueno”.
¿De qué forma era bueno el mundo? Es decir, con bueno se indica que cada parte de la creación cumplía con el propósito de Dios, era buena porque era lo que debía ser. Aplicado a nosotros, somos buenos cuando logramos nuestro propósito; aplicado a nuestra vida, es buena cuando ella cumple lo que tenemos que hacer. Se puede tener una buena vida, a pesar de tener que sufrir infelicidades, llevar una vida de sacrificio en lugar de placer y dejar un legado de inspiración y logros que no se habrían alcanzado de preocuparnos solamente por la gratificación personal.
Así pues, desde una perspectiva espiritual, un AÑO BUENO contiene mucha más bendición que uno simplemente feliz. Así que os deseo un AÑO BUENO, Shaná tová a todos.
Por Julio Gómez Bahillo (artículo publicado previamente en la revista Reino de Valencia)