Contaba Julio Camba en una de sus lamentablemente olvidadas terceras de ABC, allá por noviembre de 1913 y desde un Berlín que casi olía a la pólvora de la gran guerra que iba a cambiar tantas cosas, una historia que, en apariencia inocente, llevaba escondida en los dobleces una sorpresa.
Para evitar que la cabecera de Vocento me persiga legalmente, me limitaré a hacer un resumen precipitado del magnífico texto del solitario del Palace.
Julio, con un amigo, se fue a un cabaret en Munich. Esto no puede extrañarnos. Recordemos que cuando en plena guerra estaba como corresponsal en Francia, en lugar de seguir los avatares de la política internacional, nos deleitaba con sus impresiones tras un paseo por el cementerio de Montmartre o lo bien que se lo había pasado merendando con una dependienta de las Galerias Lafayette.
Pues bien, en ese cabaret resultó que la principal atracción era una violinista rubia que interpretaba con su rostro oculto tras una máscara. Aunque el amigo de Camba opinaba que eso se debía a que era muy fea, el rumor decía que se trataba de una gran dama inglesa que no quería atentar contra el honor de su familia.
Al acabar su interpretación, pasó un álbum de firmas. El público, encantado por lo que acababa de escuchar, firmaba plagando de elegantes “Herr Doktor” y “Von” las páginas. Al amigo de Camba se le ocurrió la humorada de firmar como “O. de Cologne”, a lo que le siguió, humor español, un “Whisky and Soda” y otras firmas absurdas.
Pasó el tiempo y se supo que la dama del antifaz era lady Grace de Westmore, sufragista que se dedicaba a recorrer el mundo convirtiendo al sufragismo a los hombres y pidiéndoles firmas para demostrar su apuesta por la emancipación política de la mujer. Recogió firmas de gente muy poderosa, de grandes dignatarios… y sufrió la profanación de dos desaprensivos que habían firmado como “O. de Cologne” y “Whisky and Soda”.
Camba cerraba su artículo preguntándose ¿Por qué engañaba? ¿Por qué mixtificaba al público? Pero dejemos a Julio en 1913 y vayamos a nuestro momento presente.
Puede parecernos un engaño, de puro inocente, irrepetible. Para evitar esa impresión, les ruego que busquen en la tan manida Wikipedia a Francisco Polo. Verán que se dice, textualmente, que es “un empresario, político y activista LGTB español. Desde el 19 de junio de 2018 es Secretario de Estado para el Avance Digital en el gobierno de Pedro Sánchez”. Francisco Polo, si siguen buscando, verán que fue el impulsor de Actuable, la plataforma de activismo online de habla hispana con mayor crecimiento, que se unió a Change.org, la mayor plataforma de movilización ciudadana en Internet. Fue, hasta su cargo de secretario de Estado de Agenda Digital, director en España de Change.org. También fue asesor, desde el 2009, del PSOE, en su secretaría de política internacional, y su secretario de Emprendimiento, Ciencia e Innovación.
Dicho esto ¿seguro que todos los que han firmado alguna campaña de Change.org sabían lo que firmaban y el uso que se le iba a dar a su firma, a sus datos?
Por Juan V. Oltra (Dr. Ingeniero Informático. Profesor de la Universidad Politécnica de Valencia).
Artículo publicado por primera vez en la revista Reino de Valencia.