Primero fomentaron al inmigración de población que no tienen la misma identidad que el pueblo español, y mira que España tiene fácil recibir inmigración de nuestros países hermanos, otrora integrantes de la hispanidad, población con nuestras misma religión, nuestra misma lengua, nuestras mismas costumbres y nuestra misma identidad, sin embargo la oligarquía internacional se empeño en que recibiéramos inmigración musulmana.
Ahora, una vez conseguido su primer objetivo de destruir nuestra identidad, la ONU apuesta por seguir profundizando en nuestra disgregación y para ello nos acusan de discriminación.
El relator especial de la ONU (Fernand de Varennes ) sobre cuestiones de las minorías tras su visita a España, considera que, pese a los avances de los últimos años, el nivel de discriminación contra la población gitana sigue siendo motivo de preocupación, sobre todo la segregación en las escuelas.
El relator también señala que la Ley de Seguridad Ciudadana ha tenido el efecto perverso de que las minorías presenten menos denuncias.
Esa ley, según el relator especial, que entre otras cosas impone multas elevadas por filmar a los agentes del orden público, ha hecho que los grupos minoritario no denuncien todos los actos discriminatorios cometidos por las fuerzas de seguridad y que no se investigue ni se juzgue a los autores de delitos contra las minorías, en particular contra los afrodescendientes. Evidentemente este dato es una hipótesis interesada por parte de la ONU, que nos pretende convencer que en España discriminamos a los extranjeros, cuando la realidad es que la población extranjera de religión musulmana acapara las ayudas públicas, discriminando a la población autóctona, y a la inmigración de origen hispanoamericano, que en la mayoría de los casos se adapta sin el menor problema.
Además, la ONU señala que España no recopila sistemáticamente datos desagregados sobre las lenguas, las culturas o la religión de su población que serían necesarios para diseñar políticas y programas mejor orientados y más efectivos.
Es decir que para la ONU es necesario que los españoles se adapten a los inmigrantes subsaharianos, en lugar de que estos se adapten a la cultura católica y occidental.