«Judas se ahorcó: pero dejó una numerosa descendencia, y puede reconocer entre sus descendientes a los que después de haber aprendido la doctrina del Salvador le han hecho traición y se han atrevido a hacerle la guerra a Cristo. Por desgracia, aparece también entre los mismos católicos en muy distintas formas».
Se parecen a Judas los católicos que se han comprometido a pertenecer a una agrupación destinada a la defensa de los derechos de Dios y de la Iglesia, y después de obtener tal compromiso, de desempeñar tal o cual cargo o de hacer tal o cual trabajo, se echan en brazos de la pereza. Y se parecen a Judas, porque saben ellos que sin un esfuerzo serio de organización y de trabajo y propaganda, Cristo seguirá siendo abofeteado fuera del hogar y del templo, y entregado en manos de los sayones por los mismos que lo abandonan […]
Judas se ahorcó. Hizo bien. La tierra no lo hubiera soportado. Todos los que forman parte de su descendencia, sea porque son como él o porque se parecen mucho a él, como un hijo se parece a su padre, deben pensar en hacer algo. No les aconsejamos que se ahorquen, porque el suicidio es una infamia. Les aconsejamos que hagan un examen de conciencia y que dejen de ser Judas