La feminista Fundación Mujeres ha reaccionado ante la que consideran injustas «decisiones del juzgado nº 5 de Colmenar, por las que se ha retirado todo contacto de dos niñas con su madre basándose en las valoraciones de un equipo terapéutico propuesto y pagado por el padre», y en un comunicado de prensa manifiestan su apoyo al «comunicado que ha realizado la Asociación de psicología y psicoterapia feminista, en relación con la valoración del SAP (Síndrome de Alienación Parental) y sus perversos efectos sobre el bienestar de los niños y las niñas y las familias.»
Lo primero que sorprende es que se apoye a una Asociación de psicología y psicoterapia feminista, pues no comprendemos como los profesionales de la psicología pueden defender su ciencia, no desde conocimientos científicos, sino desde postulados ideológicos. ¿A alguien racional se le ocurriría defender una Asociación de psicología machista, racista, o supremacista?, creemos que la respuesta es necesariamente negativa, por lo que no comprendemos como se puede defender la existencia de una asociación profesional que únicamente defiende postulados ideológicos.
La Fundación Mujeres apuestan que los «colegios profesionales de psicología reaccionen ante el uso profesional que se hace de este inexistente síndrome y también pedimos que se aumenten los esfuerzos en formar adecuadamente a los y las profesionales de la psicología incorporando una perspectiva de género, que sea respetuosa con la igualdad entre mujeres y hombres y con los derechos de los niños y las niñas.» Particularmente creemos que hay suficientes evidencias científicas para defender la existencia del SAP, no obstante sino queremos llamarlo así, digamos que existe suficiente experiencia práctica para defender que existe lo que toda la vida se ha llamado manipulación, manipulación de los menores, manipulación que puede ser ejercida tanto por la madre, como por el padre, aunque la experiencia demuestra que son las madres la que la ejercen con mayor maestría (no solo manipulando a los menores, sino manipulando también a los hombres).
Resulta curioso que se defienda que las mujeres tienen un sexto sentido (la intuición) y que no se puede defender que algunas mujeres hacen un uso magistral, de la doblez, la insinuación y la manipulación.
En su comunicado la Fundación Mujeres recuerdan que «han sido ya muchas las instituciones y organizaciones que se han manifestado contra el uso judicial de este inexistente síndrome y han denunciado sus consecuencias, en especial en relación con la vulneración de los derechos fundamentales de los niños y las niñas, que ven cómo este síndrome se utiliza para obviar sus declaraciones ante los tribunales y apartarles del entorno materno sin las mínimas garantías procesales y, muchas veces, en contra de sus deseos.», evidentemente habría que recordar a esta Fundación que en cualquier juicio no es válido cualquier testimonio, ni cualquier testigo, ni cualquier declaración, por eso la práctica forense ha desarrollado numerosas teorías para tratar de descubrir cuando estamos ante una declaración falsa, o una declaración viciada, o inducida. Parece que las feministas quieren volver a establecer una excepción en los procedimientos de familia, y que en los mismos no rijan las mismas normas lógicas que en el resto de procedimientos. Los grupos feministas pretende decirnos que cualquier prueba propuesta por las mujeres ha de ser válida, y cualquier prueba propuesta por el varón ha de ser inválida … y se quedan tan panchas.
En su comunicado consideran que es «urgente que se pongan en marcha las medidas oportunas para evitar que siga habiendo menores y familias enteras victimas de esta mala praxis profesional», requiriendo al «Consejo General del Poder Judicial que abra investigación sobre los juzgados que pudieran estar aplicando este síndrome o la terapia para su supuesta “curación”, en los que se puedan estar vulnerando los derechos de los niños y las niñas y perjudicando de forma indebida la relación materno filial» exigiendo igualmente a «los Colegios Profesionales de la Psicología que realicen las manifestaciones necesarias para denunciar esta mala praxis profesional en su ámbito de actuación y que inviertan en formación de profesionales de la psicología desde una perspectiva de género que incluya el principio de igualdad en las relaciones familiares y la importancia de garantizar los derechos de los niños y las niñas en los procedimientos judiciales». Estas dos peticiones orwuelianas tienen un tufo dictatorial y demoniaco difícil de esconder. Otra vez, el movimiento feminista, como excrecencia del comunismo, pretende introducir el totalitarismo dogmático, como primer paso para implantar los juicios populares, en los que la justicia era impartida desde el dogma ideológico, y en aplicación del odio al diferente.
Igualmente, en su comunicado piden «al Ministerio de Justicia y las Consejerías competentes de las Comunidades Autónomas con competencias en materia de justicia, que emitan las instrucciones necesarias para evitar que las actuaciones profesionales de los equipos psicosociales e institutos de medicina legal apliquen el SAP o cualquiera de las terapias que se derivan de este inexistente síndrome así como cualquier otra actuación profesional que pueda perjudicar los derechos de los niños y las niñas en los procedimientos judiciales». Evidentemente esta Fundación no pide en ningún momento que se adopten medidas para evitar los miles de niños huérfanos por decreto legislativo, y por aplicación de una Ley de Violencia de Género, que sólo ha servido para destruir el sagrado instituto de la familia.
Cierran su comunicado con una soflama política, al defender al gobierno ultraizquierdista y nacionalista encabezado por el doctor Sánchez pues lamentan «profundamente que la coyuntura política no nos vaya a permitir el refuerzo de los derechos de la infancia y la adolescencia y su protección frente a la violencia, ya que el ante proyecto de Ley que se estaba ultimando no podrá ser aprobado en el plazo previsto».
Recomendamos a nuestros lectores, que ante cualquier noche de insomnio, se lea íntegro el comunicado de Fundación Mujeres, por cuanto no tiene desperdicio, y es un claro fruto de fantasías oníricas que a nuestro entender requieren tratamiento médico urgente.