Perdonadme si comienzo este artículo con una medio carcajada amarga, para antes de entrar en materia económica contaros una anécdota que aprendí en el Instituto Cristiano, en la cual había un hombre que se estaba ahogando y rogando a Dios que le salvara.
Bien, pasó una barca a su lado y las personas que iban en ella empezaron a decirle que se agarrase fuertemente a las cuerdas que le lanzaban para atraerle al bote y así poder salir de la situación en que se encontraba. Este hombre respondió que no le hacía falta, pues era Cristiano y estaba seguro de que Dios le iba a salvar.
Cansados de la testarudez del semi-ahogado, lo dejaron por imposible. Vino otra barca y sucedió lo mismo, la misma respuesta del hombre en medio del mar. No obstante, llegó una barca mucho mayor que las anteriores, pero con el mismo resultado. El hombre no quiso agarrarse a las cuerdas que le enviaban. Al final se ahogó.
Cuando este hombre llegó a la presencia de Dios, le recriminó preguntándole que porqué no le había salvado, pues él era un Cristiano desde su niñez, que confiaba plenamente en el Creador y que Su Palabra decía que le salvaría de todos los males, a lo que el Señor le respondió: Te envié tres barcas para que te salvases, pero tú no quisiste cogerte a ninguna.
Desgraciadamente, para nosotros hoy en día, nos está pasando lo mismo con los desgobernantes que tenemos en España. Aunque claro, estos no conocen a Dios, sino que aman el poder y el dinero por encima de todo.
Porque estamos viendo que aún sin gobierno y sin presupuestos generales, España va hacia adelante, por lo cual yo me pregunto: ¿No será que sobran políticos y falta gente que de corazón trabaje para la nación española sin preocuparse de sus propios bolsillos?
La desaceleración económica es profunda, en vías de volver de nuevo a la recesión, debido al alto endeudamiento estructural y, que cada vez se va haciendo mayor, debido a lo cual, vamos a encarar el 2019 / 2020, sin tener margen de maniobra porque, sin una política fiscal ni monetaria suficiente, nos vamos a ir al fondo, como el ahogado del cuento.
Debido a las inminentes elecciones, los inversores optan por la cautela, creando así el desasosiego económico para los planes de gobierno y, no solo eso, sino que, si le sumamos la ingente subida del SMI en momentos cruciales como los que estamos atravesando, redundará en los puestos de trabajo, los cuales serán en menor cantidad y mayoritariamente temporales.
Por RAFAEL MORA. Economista| ESTEPONA (Málaga)