Desde que Óscar de Alfonso fuera elegido máximo dignatario de la masonería española la división en las filas masónicas es un hecho incuestionable.
Numerosos masones han acusado a Óscar de Alfonso de anteponer su lucimiento personal a los intereses de los masones españoles: sus numerosos viajes, sus continuas polémicas y sus salidas de tono, están causando gran revuelo entre la propia masonería.
Sin embargo, hoy 9 de marzo, el salto al vació del líder masónico puede ser total, pues en la Gran Asamblea convocada para hoy, Óscar de Alfonso pretende conceder la medalla de la Orden Masónica del Fundador con distintivo rojo a su Majestad el Rey, Felipe VI.
Algunos hermanos masones, sin embargo, no consideran apropiada dicha exposición mediática, preocupación que puede ser compartida por el inquilino de la Zarzuela, que a la sazón es actualmente el Gran Maestro de la Orden del Toisón de Oro, de la Orden de Carlos III, de la Orden de Isabel la Catolica, de Montesa, Alcántara, de la Orden de Calatrava, Gran Maestre y Comendador mayor de Castilla de la Orden de Santiago, de la Orden de la Damas Nobles de María Luisa, de San Raimundo de Peñafort, de la Orden de Alfonso X el Sabio o de la Orden de Cisneros, honores todos ellos incompatibles con la pertenencia a la masonería.
Dentro de la masonería hay voces que consideran que Óscar de Alfonso está buscando notoriedad social, a la par que con su conducta está tratando de incentivar que algunos «hermanos», a los que considera molestos, abandonen la Gran Logia.
La concesión de la medalla a Felipe VI, figura en el punto 23 del orden del día, y cualquier decisión va a ser polémica, pues si se concede la medalla, sin duda todos los medios informarán sobre la concesión de dicho honor, con el consiguiente desdoro de la figura del rey, y en el caso de no concederse los titulares seguirán siendo igual de preocupantes, tanto para la monarquía, como para la masonería pues ¿puede alguien imaginarse el efecto que puede tener un titular de prensa tal como “los masones niegan una medalla a Felipe VI”?
Voces críticas dentro de la masonería consideran el debate sobre la concesión o no de la medalla como «una autentica irresponsabilidad cuyo único objetivo es tratar de lograr medrar socialmente».