En términos futbolísticos, jugar a la contra es una táctica. Consiste en esperar jugada tras jugada con una defensa ordenada y aguerrida para ejercer un ataque rápido y letal, desarbolando al rival para superarle desde su propia continuidad como argumento base. Sí trasladamos el argot del futbol a la política y nos abstraemos de colores y extremos (Derechas e Izquierdas) comprobamos que, en ese campo, el juego a la contra es el único que existe.
El partido de gobierno toma decisiones y las oposiciones esperan en su terreno los fallos del adversario con la misma continuidad que en un partido de futbol, errores que van apuntando y sumando para ganar votos en cuanto objetivo exclusivo y por eso el país no evoluciona como debiera, porque se pasan cuatro años esperando y criticando, con debates estériles de cara a la galería, que cuanto más soeces y de peor nivel más se trasladan a la opinión pública a modo de entretenimiento, en lugar de buscar el interés general con consenso y en sintonía con las más estrictas reglas del sentido común.
Por primera vez desde hace mucho tiempo se respira un sentir diferente con un pueblo harto de tanta absurdez y populismo, reclamando elecciones en las que obtener un nuevo orden de país en cuanto a una representación parlamentaria que encauce de una vez el desaguisado producido con la irrupción de la demagogia y la sinrazón en las cortes. Los ciudadanos estamos llamados a las urnas el 28 de abril, una fiesta de la democracia que publicitan a modo de eslogan siempre que se abren los colegios electorales, sin embargo, en esta ocasión, la responsabilidad es máxima y los electores debemos exigir con el voto que se retome el consenso, la responsabilidad y el sentido de estado, porque ni España puede seguir asumiendo delirios que la pongan en riesgo, con carácter temporal o permanente, ni nuestra Constitución, norma que se pactó tras tanto sufrimiento, merece más ninguneo. Jugar a la contra es inservible en política salvo para el propio interés de partido y no puede volver a ser opción ni estrategia, porque en esta legislatura esa táctica ha concluido en jugar en contra, de España y de los españoles.
Jaime COMPANY GONZÁLEZ Abogado | MADRID