El próximo sábado 16 de marzo, se ha convocado en Madrid una manifestación bajo el lema «No hay democracia sin derecho a decidir»
Dicha convocatoria no deja de ser basura callejera que puede cambiar el rumbo de España, pues eso es exactamente lo que nos jugamos en las próximas elecciones, y manifestaciones como la convocada pretende poner en pie de guerra a los elementos más casposos de la sociedad española, que viven anclados en el comunismo de los años 30.
No hay que olvidar, que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se intentó hace unos días poner el toda su correspondencia el logotipo republicano del 80 aniversario, y que además actualmente en éste y otros Ministerios se obliga a embajadores y funcionarios a poner en la correspondencia el logotipo del 8M. Además Irene Lozano, secretaria de Estado de España Global, también ha retirado de su logo la bandera de España, sustituyéndolo por un globo terráqueo con unos colores que no distan en absoluto de la bandera republicana.
Esta Manifestación con el lema de “No hay democracia sin derecho a decidir” no es para la autodeterminación, si no para la AUTO DE TERMIONACION DE ESPAÑA.
Según los convocantes «el juicio político que ha comenzado en el Tribunal Supremo no es solo contra las personas que se sientan allí como acusadas, sino contra todo el pueblo de Cataluña, también contra todas las personas republicanas de los pueblos en el Estado y contra todas aquell@s que somos demócratas.» Evidentemente las asociaciones izquierdistas que llaman a tomar las calles se olvidan de recordar que precisamente el simulacro de referéndum catalán trataba de privar a la mayoría del pueblo español de su derecho a decidir, dado que al señor de Jaén, o a la señora de Valladolid, nadie le quiso preguntar que concepto tenía de España, y si era favorable a la sedición.
Los convocantes refieren que «sin derecho a decidir no hay democracia. Votar, decidir, que la gente nos expresemos es la base de la misma. Y esto es lo que se juzga. Si no hay democracia para Cataluña, no la habrá para nadie», pero vuelven a olvidar que cuando el pueblo eligen lo que ellos no quieren, tratan por todos los medios posibles de deslegitimar los resultados.
La España tradicional, la verdadera España, no se decide, ni se elige democráticamente, pues España es una herencia del pasado que hemos de aceptar con unidad y respeto, sin someterla a falsos referéndum que jamas serán capaces de derogar la herencia del pasado.