Como parte de su astuta guerra psicológica contra sus enemigos, el ilegitimo régimen anti-cubano de la pandilla Castro desempeña una astuta y bien calculada campaña basada en las tres “D”: Desinformar, Dividir y Desmoralizar.
Para hacer al régimen parecer «invencible» y robarles a sus enemigos el deseo de luchar y resistir, esta campaña presenta como “triunfos” las derrotas del régimen. Es una vieja estrategia que entiende que la mente del enemigo es nuestra arma más potente ya que si logramos derrotar al enemigo en su propia mente, hemos logrado derrotarlo en la vida real.
El castrismo, por eso, presenta como un «triunfo» las relaciones diplomáticas que por muchas razones prácticas ha tenido que establecer con Estados Unidos, país que hasta ayer rabiosamente denunciaba como “imperio criminal y asesino”. La realidad, por supuesto, es todo lo contrario.
UN DESCRÉDITO DEL RÉGIMEN ANTE SUS SECUACES
¿Cómo podemos creer que es un triunfo castrista tener que aprobar que EE.UU. instale su “bandera pirata de la explotación capitalista” en el mismo corazón de La Habana, capital del risiblemente llamado “primer territorio libre en América”? ¿En serio? ¡Esto más bien parece un descrédito descomunal de los Castro ante todos los socialistas, comunistas y compañeros de viajes del mundo! ¿No es una cobarde traición a los ídolos e ideales de la «gloriosa» Revolución? ¿No es una traición a la “patria socialista” y a la “heroica lucha anti-imperialista» de que tanto alarde siempre ha hecho el castrismo?
¿Cómo van los Castros, tan cínicos como asesinos, admitir como derrota el haber claudicado en sus llamados “principios revolucionarios»? ¿Cómo van a reconocer que traicionaron las consignas de “Socialismo o Muerte” o “Seremos como el Che”? ¡Que echaron el socialismo al basurero de la historia a cambio de que los norteamericanos les respeten la enorme fortuna criminal acumulada en 59 años de robo, muerte y represión! ¿Es esto un triunfo del castrismo?
¿Cómo van admitir los Castro que formalizar relaciones con quien hasta ayer condenaban como el “gran enemigo de la patria y de la humanidad” es una claudicación y una derrota? Jamás. Sin embargo, no faltan en el Exilio patriotas que ingenuamente y en contra de sus propios intereses políticos adoptan como suya la posición claramente engañosa del mentiroso régimen que combaten.
EL RÉGIMEN DISFRAZA SU CLAUDICACIÓN Y TRAICIÓN
¿Cómo es posible que, a estas alturas, existan en el Exilio quienes se crean la propaganda enemiga? Lamentablemente, esta falta de visión política y de desconocimiento de cómo opera el enemigo han ayudado a los marxistas avanzar en el mundo entero. Son demasiados los que permiten que los maestros del engaño les “trabajen” la mente.
Es de esperar que Estados Unidos, cuyos intereses políticos y comerciales son distintos y, a menudo, hasta contrarios a los del pueblo cubano, lidie con el régimen castrista como entienda conveniente. Pero, ¿son las relaciones con EE.UU. un triunfo del régimen? Obviamente, no.
¿Qué sí es un triunfo para los Castro? ¡Lograr que después de más de medio siglo de engaños, fraudes y embustes, existan los que crean que el pacto con EE.UU. sea un “triunfo” más del régimen! Eso sí es un verdadero triunfo del castrismo y mientras el régimen ejerza esa influencia mental sobre sus enemigos podemos vivir convencidos que podrá seguir oprimiendo a los pobres cubanos por muchos años más.
[*] Doctor en Derecho. Asesor político, vicedecano del Colegio Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio, tesorero de la Federación de Editores Hispanos de Estados Unidos, editor del periódico El Nuevo Patria, delegado de la Junta Patriótica Cubana y ex miembro de la Junta de Comercio Internacional de la Ciudad de Miami. Puedes contactarlo al P.O. Box 350002, Miami, FL 33135-0002 o en patrianews@aol.com.
DR ELADIO JOSÉ ARMESTO | MIAMI, ESTADOS UNIDOS