1- La más famosa cita de Shakespeare, la cual quedó inmortalizada en Hamlet, una de las joyas de la literatura inglesa, bien podría servirnos para conocer que ocurre en el interior de la mente de los británicos con el controvertido asunto del Brexit. Y lo que ocurre no es otra cosa que el país es como un mar de confusión desde el primer momento en el que el Brexit, se presentó a la ciudadanía como una necesidad, casi vital, para la supervivencia de la nación. Atrás quedaron los escoceses con su referendum de independencia y sus ansias de romper el vínculo que viene manteniendo a ambos países unidos bajo una misma corona, la inglesa, gracias al acta de unión de 1707. Lo cierto es que los ingleses son especialistas en el arte de la confusión, e históricamente es proverbial su hábil manejo de las situaciones más complicadas de las cuales son auténticos maestros en obtener ventajas. No en vano fue Lord Palmerston quien acuñaría una de las frases más emblemáticas y que mejor definen a los ingleses, cuando el 1 de marzo de 1848 y en un discurso en la Casa de los Comunes dijo aquello de «We have no eternal allies, and we have no perpetual enemies. Our interests are eternal and perpetual, and those interests it is our duty to follow» En síntesis «Inglaterra no tiene amigos permanentes, solo intereses permanentes y es nuestra tarea seguirlos» Así que al arte de la confusión habría que añadir que poseen el don de la oportunidad y, honestamente, parece que nunca les ha ido mal. Al menos hasta ahora. Si tuviéramos que calificar de alguna manera la relación que el Reino Unido y la UE han mantenido desde que Londres hiciera efectiva su admisión a la entonces CEE en 1973, sólo podríamos calificarla de tormentosa, los británicos han sido constantemente muy particulares, y a la vez unos privilegiados en el marco de la UE, todo hay que decirlo. No obstante antes de la UE, y aún antes de la CEE, a los británicos les iba muy bien, y posiblemente, si el gobierno británico consigue sus objetivos con el Brexit, no deberíamos suponer que les irá mal. El Reino Unido, guste o no, en modo alguno es un país de tercer nivel.
2- Sin embargo con el Brexit todo podría cambiar pues ¿quién en su sano juicio abandonaría uno de los clubes más influyentes y poderosos del mundo y el segundo mercado más importante del planeta? Nadie que no fuera o muy estúpido, o por el contrario, muy listo. Por lo que salirse de este club, teniendo en cuenta el primer supuesto, podría acarrear a los británicos consecuencias muy graves, algunas imposible poder determinarlas a largo plazo pero que se pueden aventurar en un espacio de tiempo muy corto, no obstante es de suponer que el que fuera el imperio más grande de toda la historia de la humanidad habrá sopesado esas consecuencias. Por el contrario si aceptamos el segundo supuesto como posible, entonces deberíamos sentirnos preocupados ya que, nos guste o no, debemos sospechar que el gobierno Británico sabe algo que el resto de los gobiernos de la UE ignoran completamente. En este sentido, y con ese don de la oportunidad tan «british» como el pragmatismo Inglés, las consecuencias y los daños, y la factura a pagar por salirse de este club, serían el menor de los problemas a los que tendría que enfrentarse el pueblo del Reino Unido, y puestos a pensar mal, quizá la clase de problemas que la UE todavía no haya descubierto y que están a la vuelta de la esquina, tal vez por ello el gobierno de su Graciosa Majestad haya decidido que lo mejor es irse antes de que sea demasiado tarde. Por supuesto existe la posibilidad manifiesta de que todo sea una burda escenificación, de que ellos solos se metieron en un lío del que ya no pueden salir sin mostrarse ridículos, por lo que estando al borde del precipicio, hayan decidido dar un paso al frente… en la dirección equivocada. Sin embargo ¿Por qué el Brexit? ¿Qué ha motivado al pueblo Británico a lanzarse hacia una huida a ninguna parte? Recordemos que en el arte de la confusión son unos verdaderos maestros de hecho, y ahora mismo, el gobierno está confundido, la ciudadanía está confundida, Bruselas está tan confundida como Londres, y los ciudadanos Europeos están tan perplejos como lo pueden estar los ciudadanos Británicos. Y es que cuando David Cameron estaba tranquilamente residiendo en Downing Street les dijo a los escoceses: «si ustedes rompen el lazo histórico que nos une, deben saber que quedarán fuera de la UE» y los Escoceses muy preocupados por no quedar excluidos del más poderoso club de naciones del mundo, le compraron el mensaje, y se lo compraron para enterarse un día que el mismo gobierno que les había lanzado semejante advertencia, había decidido por sí mismo romper el lazo que le vinculaba a la UE! Si el Brexit culmina como está previsto, Londres va a tener que enfrentarse en muy poco tiempo no solo a la ira de los escoceses, sino también a la de los galeses y a la de los irlandeses del norte, quienes solicitarán al futuro gobierno británico sendas consultas de independencia.
3- Desempolvando la historia En cualquier caso no sería la primera vez que Inglaterra rompe con Europa, en rigor tenemos las «Henry VIII clauses» conocidas también como «The infamous Henry VIII clauses» escrito por Ockham en 1495 y que casi 39 años después de haber sido escritas, le sirvieron al rey Henry VIII (cuya primera esposa, no lo olvidemos, fue Catalina de Aragón, quinta hija de los Reyes Católicos, y una de las reinas más amadas por el pueblo Inglés) le sirvieron al rey, decimos, para consumar el primer Brexit de la historia de Inglaterra, el de la ruptura con la iglesia y con la Europa Católica. La cuestión es que aquel «Brexit» no trajo nada bueno a Inglaterra sino un periodo oscuro, de gran violencia, sangre y destrucción, eso sin contar con el daño que, de entrada, provocó en la economía inglesa. Así pues; si la historia se repite, y aun teniendo en cuenta que las circunstancias no son las mismas, cabría esperarse al menos un periodo de gran incertidumbre. Al parecer el gobierno de Londres habría recuperado y analizado con detenimiento las Henry VIII clauses. La confusión está servida. Lo cierto es que los expertos en el arte de la confusión han sabido «jugar muy bien sus cartas» ya que en la campaña pro-Brexit supieron cómo y de qué manera convencer a una gran mayoría de ciudadanos y es que podemos recordar aquellas palabras del apóstol Pablo a los Corintios cuando les decía: «Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.» Para los ciudadanos británicos preocupados por el tema de la inmigración tenían un claro mensaje, y para los ciudadanos preocupados por el agujero en el Sistema Nacional de Salud (NIH) tenían otro mensaje, y para aquellos preocupados por la futura integración en la UE de países no occidentales, también tenían el mensaje perfecto, pero sobre todo el que más caló en la psique británica fue el de que libres de la tiranía de la UE, el Reino Unido recuperaría el esplendor y la gloria que habían tenido como Imperio… En este sentido el folleto «Official information about the referendum on 23 June 2016» era bastante explícito pero se trataba de información que no era del todo cierta. Cuando se estaba distribuyendo este folleto, y por motivos profesionales, me encontraba viviendo en Wales, por lo que la información me llegó, y aún la conservo, tanto en inglés como en galés
4- Así que ahora viene el momento de hacer uso del don de la oportunidad, del cual también son consumados expertos. ¿Qué podemos esperar? Siempre que me han formulado está cuestión he ofrecido la misma respuesta: En primer lugar, que aún tengo mis dudas de que el Brexit culmine finalmente siquiera en un mal acuerdo, y menos aún con éxito. Y en segundo lugar, que a estas alturas el número de ciudadanos que exigen la convocatoria de un segundo referéndum es abrumador, y eso ha sido consecuencia de que la información veraz ha salido por fin a la luz y ha llegado a un mayor núcleo de ciudadanos británicos, lo que extraña entonces es el empecinamiento del gobierno de Londres en seguir adelante con esta locura. Ese empecinamiento deriva en una sospecha, lo comentábamos al principio «¿quién en su sano juicio abandonaría uno de los clubes más influyentes y poderosos del mundo y el segundo mercado más importante del planeta? Nadie que no fuera o muy estúpido, o por el contrario, muy listo» Por lo tanto si el gobierno Británico (el de Theresa May no muy popular en estos momentos y con muchos problemas de estabilidad política) si el gobierno británico cede al clamor popular y se aviene a convocar un segundo referéndum, entonces es que todo ha sido el resultado de un planteamiento estúpido abocado al fracaso desde el principio, pero si el gobierno británico no acepta «democráticamente» el deseo del pueblo para revertir el error provocado por la confusión que sembraron los políticos, entonces habrá que empezar a preocuparse, porque eso significará que el Reino Unido sabe algo que el resto de países de la UE ignora por completo, lo cual es sería inquietante. Podría ser que el Brexit marque el camino de otros países donde el euro-escepticismo podría echar raíces entre la ciudadanía en un corto espacio de tiempo, los cambios políticos se empiezan a suceder con cierta rapidez y ya no es descabellado sostener que, tal vez no tardando mucho, una nueva agenda política, que nada tiene que ver con los partidos tradicionales hoy en franco retroceso, determine el futuro de la UE. ¿Por qué razón el gobierno de Londres y los políticos británicos persisten en seguir adelante con el Brexit? A esta pregunta nadie como Lord Palmerston para responderla. Y es que hablando con un francés este le decía que: «Si yo no fuera francés, desearía ser inglés» a lo que Lord Palmerston le contestó «Si yo no fuera inglés, desearía ser inglés» Creo firmemente que para comprender mejor el Brexit hay que tener mentalidad británica.
Tomás Fisher | Londres