Se trata de la obra de nuestro Javier Barraycoa titulada “Lo que no dice mi Libro de Historia del Carlismo”.
Se trata de una acertadísima divulgación de lo que es el Carlismo. Nos atrevemos a afirmar que no conocemos otra mejor.
Desgraciadamente, la lucha política nos obligó a configurarnos como un ejército, en un principio y a lo largo de tres guerras. En la paz como un partido político, que ponía en práctica, mechas veces, las mismas tretas que los partidos liberales o separatistas con los que se veía obligado a competir. Y eso perjudicó nuestra imagen y ocultó nuestro verdadero ser.
En la obra de Barraycoa las guerras carlistas ocupan muy poco espacio. El inevitable. Así presenta al Carlismo como latente en la doctrina que ha dado vida al ser de España desde el III Concilio de Toledo del año 589. Resalta que no es una ideología que pretenda configurar la realidad a un prejuicio preestablecido. Como hacen las ideologías nacidas de la Revolución.
El Carlismo ha surgido en el siglo XIX cuando las esencias católicas de España han sido atacadas por la Revolución. Se ha presentado más fuerte cuando el ataque a dichas esencias era más violento. Y se ha debilitado cuando la Revolución ha dulcificado su agresión.
Por ello Barraycoa llama la atención que los peores enemigos del Carlismo no han sido los liberales exaltados ni los comunistas, sino los católicos tibios que se proclamaban, y se proclaman, defensores del “mal menor”. Es decir: se manifestaban católicos, pero transigían con determinadas formas políticas de la Revolución, para terminar siendo ellos mismos revolucionarios.
La obra alimenta nuestra esperanza. Porque en estos momentos nuestra organización política no es ni sombra de lo que era en otros tiempos, nos recuerda que el Carlismo es algo que nos supera. Aunque desaparezca nuestra organización, el Carlismo volverá a resurgir porque nuestros principios están arraigados en el mismo ser de España. Desaparecerá en Carlismo cuando la Revolución haya conseguido triturar a España. Es lo que nuestro Rey Carlos VII decía en su Testamento Político: “Si España es sanable, a ella volveré aunque haya muerto”.
Terminamos diciendo que la todo carlista debe leer la obra y difundirla. Pues hará atractivo el Carlismo a todas las personas de buena voluntad que, engañadas por los falsos estereotipos que sobre nosotros ha difundido la Revolución, hoy recelan de nosotros.
Este artículo se publicó primero en Ahora Información: El libro que hay que leer y difundir