Una comunidad católica en Bangladesh está conmocionada por el secuestro de una joven, Teresa Sheuly Rozario, de 19 años, que ha terminado en manos de traficantes de seres humanos. Otra mujer, Ranjita Das y su hija de tres años también fueron secuestradas con ella pero, en este caso, con final feliz porque fueron rescatadas. Sin embargo, no hay noticias de Teresa Sheuly Rozario desde el 22 de marzo. Todas son miembros de la iglesia católica de Bonpara a Natore, en la diócesis de Rajshahi, en el norte de Bangladesh.
Teresa, de diecinueve años, participa activamente en la parroquia. Su padre, Pakrashus Rozario, cuenta a Fides: “Nuestra hija iba a la iglesia. Era una alumna brillante y soñaba con un buen trabajo. Desapareció, fue secuestrada y estamos muy preocupados”. Pakrashus Rozario y su esposa e hijos la buscan por todas partes: “Mi esposa se está enfermando, no come, llora y reza a Jesucristo y a la Virgen María”. Los padres presentaron una denuncia ante la policía de Natore en el norte de Bangladesh. La policía conoce de la actividad de estos traficantes de personas en busca de mujeres jóvenes. La parroquia ha solicitado a la policía que busque sin descanso a Teresa Sheuly Rozario. Mahmad Rafiq, inspector de la estación de policía de Natore, relata a Fides: “Estamos buscando a Hasan y otros traficantes. Creemos que hay una banda de traficantes de personas en esta zona”.
El testimonio de Ranjita Das, de 28 años, lo pone de manifiesto. El 5 de marzo regresaba a casa de la escuela con su hija de tres años. Dos mujeres con burka la detuvieron y le dijeron que podía ser beneficiaria de un plan de construcción de viviendas financiado por el gobierno. Le ofrecieron comida, pero la mujer perdió el conocimiento: al despertarse se encontró en un lugar desconocido, dentro de una habitación cerrada controlada por el musulmán Athur Rahman Hasan. En el pasado, el hombre a menudo se había presentado a la aldea, declarándose falsamente como miembro del gobierno local dispuesto a ayudar a las familias necesitadas. Hasan aseguró que quería casarse con Ranjita, quien lo rechazó. Permaneció prisionera unos días. Amal, el marido de Ranjita, pidió ayuda a la policía local y a los fieles de la iglesia. Ranjita logró hacer una llamada telefónica a su hermana, informándole del secuestro. El 27 de marzo su hermano mayor la encontró y la salvó, mientras la policía buscaba a Hasan. La familia de Ranjita pide “un castigo ejemplar para los traficantes”.
Bangladesh es una de las áreas de Asia donde el fenómeno de la trata de personas está más presente. Según las cifras reportadas por el periódico Daily Star, entre febrero de 2012 y junio de 2018, se registraron 4.152 casos de secuestros debidos a la trata de personas pero solo 25 personas fueron condenadas.
Un estudio realizado por la Indian Border Security Force indica que alrededor de 50.000 niñas de Bangladesh son secuestradas y llevadas a la India cada año. Existen informes policiales de bandas de traficantes de personas en Libia e Irán que secuestran a mujeres de Bangladesh y las mantienen como rehenes. Las víctimas de estas redes de trata son sobre todo las personas más necesitadas.
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La Iglesia advierte de los secuestros de mujeres católicas por parte de traficantes de seres humanos
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